Nueva subasta de una obra de arte creada con inteligencia artificial
Rostros que cambian todo el tiempo. "Memories of Passersby I" (Memorias de transeúntes I), una obra creada con inteligencia artificial, será ofrecida mañana por la casa británica Sotheby's en una subasta de obras de arte contemporáneo en Londres con un precio de base de entre 30.000 y 52.000 dólares.
La obra –la segunda de "Arte AI" que sale a subasta– del alemán Mario Klingemann, está hecha con un mueble de madera, una computadora y dos pantallas enmarcadas que reproducen retratos creados en tiempo real por la máquina, rostros imaginarios de hombres y mujeres o indefinidos.
A diferencia de los trabajos con inteligencia artificial que se han exhibido o vendido anteriormente, éste no es un producto final hecho por seres humanos sino que es una obra completamente autónoma.
'Memories of Passersby' es una máquina que creé, que continuará generando retratos de personas no existentes por siempre", dijo Klingemann a la prensa y agregó que "parece mágico" el dispositivo de creación imágenes en tiempo real. "Por supuesto que para mí es difícil soltar la obra al mundo sin estar a su lado, pero confío en que está preparada para seguir creando retratos de forma infinita, como siempre había imaginado. Espero que cuando alguien se siente delante de las pantallas y vea pasar estos rostros fugaces, tenga la misma sensación que yo", afirmó el artista que ha explorado durante años el potencial de lo que llama "neurografía", una técnica de Redes Generativas Antagónicas (RGAs), dos redes neuronales que compiten mutuamente.
Hay tres ediciones de la obra y dos pruebas del artista, pero como cada edición genera nuevos retratos de forma continua, ninguna es idéntica.
La sucesión de imágenes que aparecen en las pantallas es el resultado del análisis que realiza la inteligencia artificial en tiempo real, dado que contiene todos los algoritmos necesarios para generar retratos nuevos siempre que esté funcionando, sin repeticiones.
Si bien los retratos han sido comparados anteriormente con trabajos de Francis Bacon, los pares de retratos han sido influenciados por obras de entre los siglos XVII y XIX, así como por la propia inclinación de Klingemann por los trabajos surrealistas de artistas como Max Ernst.