Nostalgia de Borges entre los vecinos de Adrogué

El aniversario del nacimiento de Jorge Luis Borges -hoy hubiese cumplido 112 años- es recordado como nunca antes por los vecinos de Adrogué, en la provincia de Buenos Aires, donde el autor de El Aleph pasó muchos de su veranos.

Por iniciativa de la Municipalidad de Almirante Brown, los vecinos más antiguos de la zona rescataron de sus archivos familiares las fotos de Borges paseando por las calles de Adrogué -en algunas de ellas acompañado por María Kodama-, los libros autografiados por el escritor y los recortes de los diarios que registraban sus visitas.

Hasta fin de mes se exponen en la vidriera de la Casa Municipal de la Cultura de Adrogué esos recuerdos, a los que probablemente se refiera Kodama en la disertación, de entrada libre y gratuita, que dará allí el 2 de septiembre.

Las actividades del denominado Mes de Borges incluyen un diálogo sobre su figura entre los escritores Claudia Piñeiro, Guillermo Martínez y Pablo De Santis y el periodista Osvaldo Quiroga, y la exhibición, por primera vez en Buenos Aires, de las fotografías tomadas a Borges por Sara Facio entre 1960 y 1980. Hay también pinturas de Huadi y del periodista adroguense Martín Dinatale. El viernes último, otro oriundo de esa ciudad, el escritor Ricardo Piglia reunió allí a medio millar de asistentes para hablarles sobre Borges. Y el sábado unas 1200 personas disfrutaron de las milongas borgeanas interpretadas por Jairo.

"Quisimos recuperar la figura de Borges por todo lo que significa para los nacimos o crecimos en este lugar", dijo a LA NACION Sandra Aguis, coordinadora de artes visuales de Almirante Brown.

Aguis anunció que durante el encuentro con Kodama se presentará el libro Jorge Luis Borges Adrogué , del que la Municipalidad de Almirante Brown hizo 2000 ejemplares y que no tendrá un fin comercial. Se trata de la reedición de una selección de poemas de Borges, publicada en 1977 con el título de Adrogué.

A la nueva edición se suman testimonios de familias tradicionales del lugar que durante su niñez compartieron con el escritor comidas, paseos y largas conversaciones, y cuya dimensión cultural pueden valorar sólo ahora.

De ahí que uno de ellos, que hacía las veces de lazarillo cuando Borges visitaba su casa, ahora de grande se lamente: "¡Pucha, lo que me perdí!".

Uno de los poemas de ese libro es el que escribió a Adrogué, ciudad que Borges visitó con sus padres, donde residía su hermana Norah y donde veraneó entre 1947 y 1952. En esas visitas se alojaba en casa de su hermana o en el hotel La Delicia, que estaba en el mismo predio donde se halla la Casa de la Cultura y del que sólo quedó una escultura, junto a la cual Borges aparece varias veces fotografiado. Esa estatua se encuentra ahora en el Paseo la Delicia, en uno de los accesos de la Casa de la cultura.

En el poema que lleva el nombre de esa ciudad, Borges canta a sus eucaliptos, cuyo olor "medicinal" y "antiguo", "más allá del tiempo y del ambiguo lenguaje, el tiempo de las quintas nombra". Y, al recordar la casa de su hermana, añora: "El antiguo estupor de la elegía/me abruma cuando pienso en esa casa/y no comprendo cómo el tiempo pasa,/yo, que soy tiempo y sangre y agonía".

Adrogué y muchos de sus ciudadanos aparecen también en otras obras de Borges, un hombre que no se rindió nunca en su búsqueda de la verdad y la belleza, como lo atestigua la frase que los organizadores de la muestra fotográfica eligieron para presidirla: "Al cabo de los años he observado que la belleza, como la felicidad, es frecuente. No pasa un día en que no estemos, un instante, en el paraíso".

Otros actos

• Jornadas internacionales: entre hoy y pasado mañana, estudiosos argentinos y extranjeros participarán del encuentro "Borges lector", en la Biblioteca Nacional, Agüero 2502.
• Muestra permanente: en el Centro Cultural Borges (Viamonte y San Martín) estará abierta, de 11 a 19, "Constelación Borges", terminal virtual de gran formato que permite navegar sobre el mundo del escritor.