Norman Foster: "Consideramos la posibilidad de que el Guernica vaya al Prado"
El arquitecto a cargo de la reforma del museo pretende crear un espacio en el que los antiguos maestros se enfrenten a los más contemporáneos
Norman Foster lleva mucho tiempo rondando el Museo del Prado, pero esta vez no se le ha escapado. El proyecto que ha presentado el arquitecto británico (Manchester, 1935) junto con el madrileño Carlos Rubio se realizará finalmente en el Salón de Reinos, junto al Casón del Buen Retiro, tras imponerse en el concurso a los presentados, entre otros, por Eduardo Souto de Moura y Rem Koolhaas, por nombrar a dos premios Pritzker como Foster.
Queda alguna decisión importante por rematar antes de que comiencen las obras de la ampliación, que costarán unos 30 millones de euros, según el gobierno. Entre las opciones que han manejado ambos profesionales figuran dos fachadas: una abierta y acristalada y otra más cerrada. "Es una decisión que debemos tomar junto con los responsables del Prado", afirma Foster. No será la más polémica, pero sí la más inmediata. En cambio, otra, la eterna lucha sobre dónde debe exponerse el Guernica de Picasso, no le corresponderá a él, aunque admite: "Mientras elaborábamos el proyecto, sí hemos explorado la posibilidad de que acabe en el Salón de Reinos".
-Intentó ya realizar la ampliación que finalmente proyectó Rafael Moneo a fines de los noventa. Su deseo de intervenir en el Prado se ha cumplido ahora. ¿Cambia mucho el proyecto que elaboró entonces con respecto a éste?
-Hemos cambiado el enfoque, pero mantenido los principios. El Prado fue construido con toda una filosofía de proximidad al ciudadano y, como complejo histórico, pretendemos regresar a esas raíces. Para mi gusto, consistían en crear una empatía de los habitantes con sus espacios. Debe estar conectado profundamente a la ciudad y a los edificios que lo rodean sin renunciar a lo que debe ser una pinacoteca moderna.
-¿A qué se debe esa insistencia con el lugar? ¿Recuerda la primera vez que lo visitó?
-La primera vez en concreto no. Debió de ser hace unos 40 años. El Salón de Reinos lo vi hace 20, cuando todavía era el Museo del Ejército. Ya desde el primer momento ambos me parecieron extraordinarios, dignos de esa tradición capaz de resistir impasible.
-Otra decisión, o más bien otra polémica recurrente, es la ubicación del Guernica. ¿Han contado con la posibilidad de que algún día se albergue en el Salón de Reinos?
-Lo hemos contemplado más como un sueño que como una posibilidad. Pero una de las características fundamentales que hemos tenido en cuenta es crear un espacio en el que los antiguos maestros puedan enfrentarse a los más contemporáneos.
-¿Y entre los contemporáneos en concreto Picasso y ese cuadro que él quiso que se quedara en el Prado?
-El Guernica es una obra tan descomunal que causa asombro donde se la exponga. Es extraordinario. Lo disfruté por primera vez en mi vida en Nueva York. Luego lo he visitado en Madrid y no ha variado mi opinión acerca de su talla, se encuentre donde se encuentre. Pero sí le digo que hemos explorado la posibilidad de que pueda ir al Salón de Reinos.
-¿Qué opina del concepto Milla del Arte, que se acuñó para unir el Prado con el Reina Sofía y el Thyssen? ¿Lo encuentra aún vigente o ya caduco?
-Más allá de ese concepto, creo que lo que debe primar en el entorno es la proximidad. Madrid cuenta con una diversidad fascinante de barrios diferentes entre sí. Lo ideal es que queden conectados unos con otros de forma natural, que se pueda caminar, porque merece la pena. La ciudad debe invertir en ella misma y tender a eliminar barreras como el tráfico o, al menos, contemplar cambios que lo aminoren. Hoy en día, las bondades de las urbes pedestres se aprecian cada vez más.
-Parece que mantiene una relación cercana con la alcaldesa Manuela Carmena. ¿Lo ha consultado ella sobre decisiones importantes respecto del diseño de ciudad que desea?
-Hemos hablado de las grandes cualidades que ofrece Madrid, pero no de su destino.
-De hecho, le gustan tanto esas cualidades que decidió abrir su fundación en el barrio de Chamberí.
-Estamos trabajando. Todavía lo estamos cocinando, pero también en los próximos meses podré ser más concreto.
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