Noche de cúpulas: los alfiles de Bencich y otras curiosidades de Buenos Aires vista de arriba
En el marco del festival porteño Microcentro cuenta, que busca revalorizar la zona, se pueden recorrer algunos edificios emblemáticos de la ciudad; el ciclo continuará hasta marzo
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Es sábado y el microcentro está vacío. Los cartoneros circulan tranquilos, dueños del campo de batalla abandonado, y las callecitas oscuras desembocan en la arteria principal: Avenida de Mayo. A unos metros, en la Diagonal Norte, se erige entre otras maravillas arquitectónicas el edificio Miguel Bencich; en la puerta, un grupo de personas espera que se le dé ingreso para ver el atardecer desde allí arriba. Es la inauguración de Noche de cúpulas, un proyecto que fusiona arquitectura y arte. Esta vez se sumaron a la programación de Microcentro cuenta, una iniciativa del Ministerio de Cultura porteño para revalorizar la zona como faro cultural. La visita guiada está por empezar.
El público sube hasta el piso 9 y espera en el palier. Una mujer lustra el ascensor y prolonga la incertidumbre: “¿Están esperando a alguien?”. Algo tiene que pasar. La performance del grupo Lindalinda es ambiciosa e imprevisible. De pronto la mujer se cambia el delantal por un vestido negro y, ahora sí, explica: “El edificio es obra del arquitecto francés Eduardo Le Monnier, por encargo de los hermanos Massimiliano y Michele Bencich. Era 1927, un momento de fiebre de la construcción: arquitectos, artistas y diseñadores compartían el objetivo de modernizar y embellecer la ciudad inspirados en París y en sus felices años 20. Este ascensor, por ejemplo, tiene la botonera original. ¿La vieron? Se mandó a traer de Italia. ¡De Italia!”.
El recorrido sigue hacia arriba, primero se llega a un hall y después a unas oficinas de coworking desde donde se ven las cúpulas mellizas de enfrente, también obra de los Bencich. “Si ven los remates de las cúpulas, su parte superior, van a notar que se parecen a dos alfiles. Dicen que a los Bencich les gustaba mucho el ajedrez. ¿Y cómo se mueven los alfiles? En diagonal...”, la guía resalta el humor de los desarrolladores italianos. Todo es doble. Un mozo camina ofreciendo caramelos y desaparece detrás de una puerta. Al instante entra por el lado opuesto su doppelgänger. La similitud entre los actores genera un espejismo aterrador.
“Tomamos como punto de partida Los modos de ver, de [John] Berger y lo asociamos a la consigna de Microcentro cuenta, que está relacionado con la percepción de la belleza”, explican a LA NACION las creadores del espectáculo, Natalia Chami y Romi Sak. “Hay muchas cosas que no vemos porque caminamos mirando hacia abajo. Berger dice que las obras y los espacios no son en sí bellos, sino que es el contexto y el mismo sujeto el que lo determina. Nosotras trabajamos site specific, es decir, armamos una propuesta adaptada al lugar. Del Bencich tomamos elementos como las cúpulas gemelas y jugamos con el personaje de los gemelos. También trabajamos el concepto del tiempo. Mucha gente siente al multitasking como una victoria sobre el tiempo, como si hacer muchas cosas a la vez permitiera agarrarlo. Es una percepción”.
La guía vuelve a cambiarse, ahora tiene unas modernas calzas biker y saco fucsia. Se sienta frente a un aro de luz y le habla acelerada a la cámara del celular, como una filósofa influencer, tratando de comprimir todo rápido para no perder la atención del espectador. “Arquitectura en un minuto. Hoy: modos de ver. ¿Qué tiene sentido para nosotros? Todos tenemos una rutina y no la cuestionamos. No sé, deprimirnos el domingo, trabajar toda la semana, caminar sin sacar la vista del piso, hacer una visita guiada el sábado. El tema es que nuestro presente, nuestro contexto empieza a sostenerse en esa rutina y va construyendo sentido. Es decir, el contexto te va moldeando, sin consultarte, así un día te mirás al espejo y sentís que nunca estuviste tan bien y otro día ese mismo espejo parece decirte que necesitás comprarte otra cara. La pregunta entonces es: ¿Qué miramos cuando miramos?”.
Un canto femenino de ópera llega desde las escaleras. La cantante da vueltas entre los espectadores vocalizando. Ya no estamos en el siglo XXI. Atrás suyo, los gemelos uniformados imitan sus movimientos lentos y controlados. Los tres, prolijamente vestidos de violeta, parecen conserjes del Gran Hotel Budapest. La música clásica transforma el ambiente. Se abren las puertas del balcón y salen en fila. El público los sigue y mira: de un lado el Río de la Plata; del otro, el obelisco. Los vidrios de Diagonal Norte reflejan el atardecer y ya no importa si la belleza es relativa porque la belleza está ahí.
Para agendar
La performance en el Bencich se repetirá el próximo sábado 11 de febrero, a las 18 y 19, con reserva de entradas a través de este enlace. La programación del ciclo Noche de Cúpulas incluye visitas performáticas en la cúpula de San Martín 201 (el 8 de febrero se presentan Analia Couceyro y Ariel Farace), La Inmobiliaria (el 14 de febrero es la edición especial San Valentín, y el 4 de marzo, Ignacio Bartolone dirige una intervención) y Edificio Argentino (los días sábado 4 y domingo 5 de marzo se presenta Vivi Tellas) y se puede consultar en su cuenta de Instagram. La actividad es gratuita, con excepción de la fecha de San Valentín, que tiene un precio de $16.000.
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