“No quiero mostrar eso”: la historia detrás de la obra de Berni que permaneció oculta durante tres décadas y se exhibe en arteba
“La Torturada”, un collage-objeto realizado en 1976 por el artista rosarino en París, estuvo guardado hasta que en 2006 se mostró en el MNBA de Neuquén; su biógrafo cuenta por qué, antes de que la galería Cosmocosa lo ofrezca en la feria por medio millón de dólares
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Entonces, otoño de 2004, las visitas a la casa de la calle Boulogne Sur Mer se habían vuelto parte de una rutina. Lily esperaba en el primer piso con la sonrisa sufrida y un cigarrillo que se no se apagaba nunca. Ya habíamos hablado lo suficiente como para tener su testimonio como hija y heredera de parte de la inabarcable obra de Antonio Berni y, entonces, abrió las puertas del depósito que le había diseñado Tatato Benedit en los años en los que Ruth Benzacar había sido algo así como su mano derecha.
Tomamos café y hablamos de política internacional y después bajamos a ver las obras. Recuerdo, entre tanto casete borrado, el impacto de estar frente a La siesta, un capo lavoro de los años cuarenta que ahora está en Bellas Artes y un embalaje en el estilo de Christo al que evitó referirse de manera deliberada. Era una obra tapada, aún en un lugar privado y de acceso muy limitado. Pero Lily confiaba en mi entusiasmo por la obra y la vida de su padre que, con los meses, iba tomando la forma de su primera y (hasta ahora) única biografía: Los Ojos.
La segunda vez que visité la reserva de ese pasaje en el Once fue siguiendo un encargo de Oscar Smoljan, director de la franquicia patagónica de Bellas Artes en Neuquén. Quería llevar una muestra antológica de Berni a ese museo que limitaba casi con el desierto. Pensé en un diseño que siguiera la idea del pintor como alguien que en su iconografía había estado escribiendo notas al pie sobre este país en el siglo XX. Le puse el nombre de Sucesos Argentinos porque, claro, las series de Berni eran el negativo de ese noticiero rimbombante que se pasaba en los cines.
En esa visita fui explícito: qué hay en ese envoltorio, Lily. La mujer pequeña hubiera preferido que no le preguntase nada. “No quiero mostrar eso”, me dijo. No hay mayor anzuelo para atraer a un periodista, aunque estuviera disfrazado, por un rato, de curador.
Cuando Lily descubrió el velo apareció La Torturada. La obra le había sido restituida desde París no mucho tiempo antes y así como llegó se había quedado: la imagen en dimensiones reales de una muñeca a la que dos represores mutilan a golpes de picana eléctrica era demasiado. Berni la hizo en su taller en el pasaje Cité Prost en 1976 con la información que llegaba en la voz de los exiliados, pero nunca había sido (ni sería, enfatizó la hija) exhibida.
No fue fácil convencerla, pero accedió a sumarla en el conjunto que se subió a un camión para hacer los 1158 kilóm. tros que la separaban de Neuquén. En la primavera de 2006, Sucesos Argentinos puso, por primera vez, ese collage-objeto frente al público. Lily seguía diciendo que era muy fuerte, que no era una obra para ser vista. Pero ahí estaba, ineludible en la cadena de sucesos argentino
En 2023 volvió a exhibirla Cosmocosa, la galería que la ofrecerá por medio millón de dólares en arteba. Esa misma semana, la ahora vicepresidenta Villarruel sugirió que la exESMA (la brutalidad de la represión que daba cuenta Berni) se reconvirtiera de sitio de memoria en otro de esparcimiento.
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