Nik editó un nuevo libro y prepara la aparición de Gaturro en TV
El personaje de la tira diaria será el protagonista de una producción que llegará al exterior
Aún no cumplió un mes de casado y ya es "padre" por 15a. vez.
Nik, el humorista gráfico de LA NACION, acaba de publicar "Anikilados" (Sudamericana), su libro número 15 en diez años. Y en 2003 volverá a ser padre. En esta ocasión, de un Gaturro televisivo que aparecerá en una tira de media hora, sin perder el estilo de la historieta gráfica, y que se podrá ver en las pantallas argentinas y en el exterior.
El lanzamiento de Gaturro por TV es un proyecto muy avanzado, que su creador trabaja con Celina Lecouna, de la productora Central Park.
Gaturro tendrá el formato de un títere, con voz, y no será un dibujo animado. Su familia gatuna será interpretada por personas con maquillaje teatral. Nik trabaja desde hace dos años junto con su mujer, Laura, en "la creación del universo de Gaturro". Vale decir, su falta de rumbo en la vida gatuna, sus vaivenes amorosos y su anhelo por formar una familia.
"Quiero que en el futuro esa producción televisiva sea educativa. Yo voy a las escuelas y recibo muchos mails de maestros que me piden usar a Gaturro para atraer a los chicos a contar historias. Y me cuentan que los chicos se enganchan. Usan la tira con los globitos en blanco y los alumnos los completan. Así, a los 6 o 7 años ya aprenden a armar diálogos y a contar", comentó el humorista en una entrevista con LA NACION.
Un año en peligro
Su último libro -"Anikilados"-, del que se editaron 12.000 ejemplares, recorre, en palabras del dibujante, "el año que vivimos en peligro", en referencia al dramático 2002. Y tiene dos ejes: la consigna popular ¡ que se vayan todos! y el corralito. Allí están, mezclados y en chistes, los últimos días de la presidencia de Fernando de la Rúa; los cinco presidentes que la Argentina tuvo a fines de 2001; las vicisitudes de los ahorristas, los cacerolazos, las idas y venidas de los precandidatos presidenciales, las largas negociaciones con el FMI y la presidencia de Eduardo Duhalde.
Cuenta Nik que un 15% de los chistes incluidos en esta obra son inéditos. "Son aquellos que por diversas razones no salieron publicados en LA NACION y encuentran en el libro su espacio ideal". Y confiesa que el libro es su primer amor: "Yo empecé a dibujar cuando era muy chico. Y cuando tenía 20 dibujos los encuadernaba con tapas duras. El libro me inspiraba una línea sobre una temática. Si tenía 20, llegaba a los 40 dibujos para encuadernarlos".
De inmediato dice que "hay miles de formas de dibujar y mil caminos para contar. Pero si se elige el camino equivocado, se puede arruinar un chiste". Hay temas, comenta, sobre los que uno no puede reírse ni hacer reír. Por ejemplo, la desnutrición, las tragedias, el desempleo.
Reivindica que su tarea es "hacer reír sin opinión al lector". Para Nik, el sueño de todo humorista gráfico es contar un chiste y que lo entiendan en todas partes del mundo. "Esa es la máxima realización de un humorista, porque se comunica una idea a una persona a través de una pieza gráfica. Quizá si ambos intentaran hablar, no se entenderían", señala el dibujante. Dice luego: "Creo que cuando alcanza universalidad, el humor gráfico se aproxima al arte".
Nik mantiene un diálogo frecuente con los lectores a través del correo electrónico. Cuenta que su amor por la gráfica es porque le "permite descubrir una mirada, asociar ideas, jugar con las palabras. La gente pide hoy un humor comprometido y que le digan las cosas. Creo que encuentran una pequeña revancha en el chiste. Me propongo sorprender al lector y no aburrirlo. El chiste es un guiño cómplice con la gente".