Natu Poblet: lectora incansable y alma máter del libro en la Argentina
No es raro que hubiera estudiado arquitectura. Aunque Natu Poblet no terminaría dedicándose a esa profesión, su mejor obra, la obra de su vida, fue una casa, una verdadera casa para los libros. El alma máter de la Librería Clásica y Moderna murió ayer, a los 79 años, durante una internación por problemas derivados de su osteoporosis y del cáncer que había padecido.
Poblet había nacido en 1938 en Callao y Córdoba, muy cerca de la librería que administró con generosidad durante años y casi en coincidencia con su fundación.
La tradición librera le venía de familia. Su abuelo Emilio fundó la Librería Académica de Poblet e Hijos, y sus padres, Francisco Poblet y Rosa Ferreiro, crearon Clásica y Moderna en 1938. Pero luego, en los años ochenta, Natu, como la conocían todos, relanzó la librería, que se convirtió en un centro de reunión intelectual y musical. Solían pasar por sus anaqueles y por sus mesas figuras tan disímiles como Juan José Sebreli y Sandro, que se quedaba hasta tarde tomando champagne y que regaló un piano a la librería.
Natu fue una incansable difusora de libros y de lectura, no solamente en su librería sino también por intermedio de sus programas de radio (Leer es un placer) y su intensa actividad en las redes sociales. "Prefiero la novela al cuento, aunque eso dependa de quién lo escriba. La poesía me cuesta más", se definía. Fue sinónimo de puente cultural entre la Argentina y España, difusora incansable de escritores iberoamericanos, y recibió en 2013 la Orden de Isabel la Católica que concede el rey de España.
Se mostraba orgullosa de sus "descubrimientos", entre los que se adjudicaba a los escritores argentinos Samanta Schweblin, Selva Almada, Enzo Maqueira y las chilenas Lina Meruane y Andrea Jeftanovic.
Por su tarea, había sido propuesta en 2015 para el prestigioso premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, con el aval de, entre otros, el ministro Hernán Lombardi y del presidente de la nacion, Julio Saguier.
Era velada desde las 21 de ayer en la Casa de la Cultura.