Natalia Litvinova gana el Premio Lumen de Novela, que se queda en la Argentina por segundo año consecutivo
La escritora bielorrusa, que vive en Buenos Aires desde que tiene diez años, obtuvo el reconocimiento hoy por “Luciérnaga”, ópera prima que será publicada en septiembre en todo el territorio de habla hispana
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Con una ópera prima, la escritora y editora bielorrusa afincada en Buenos Aires Natalia Litvinova (Gómel, 1986), que escribe y publica en español, resultó ganadora de la segunda edición del Premio Lumen de Novela 2024 por Luciérnaga, que será publicada en todo el territorio de habla hispana. La autora recibirá 30.000 euros. El jurado del premio (en el que solo pueden participar escritoras) estuvo compuesto por la exministra de Cultura de España y cineasta Ángeles González-Sinde, la escritora española Luna Miguel, la escritora argentina residente en España Clara Obligado, la directora de la librería madrileña Rafael Alberti, la española Lola Larumbe, y la directora literaria de Lumen, la escritora argentina María Fasce.
Las integrantes del jurado declararon ganadora “por unanimidad” la novela que se presentó con el título “La niña de los brazos de acero”. Litvinova es ciudadana argentina desde 2012.
“No estoy sin palabras pero tiemblo -escribió Litvinova en su cuenta de Facebook-. Y el temblor es como una campanita que suena hoy cada vez que me muevo. Es temprano en Buenos Aires. No dormí. No estoy pensando bien. Me dejo llevar por la campanita de la luciérnaga. Quiero agradecer, solo en eso puedo pensar con claridad, a mi familia y a mis seres queridos y bien amados. A María Cardona Serra por su confianza plena y enorme. A Martín Sancia Kawamichi por haber leído esta novela con humor, con atención, con una sonrisa que auguraba cosas buenas. También al maravilloso jurado que dijo hoy, en la rueda de prensa, palabras que no voy a olvidar. Y a Lumen por abrir este Premio a escritoras”.
Por segundo año consecutivo, después de que en 2023 la escritora y editora Leticia Martin ganara el premio con Vladimir, el Lumen se queda en la Argentina. En esta edición se presentaron en total 549 manuscritos procedentes de la Argentina (117), Colombia (22), Chile (18), España (326), Estados Unidos (17), México (42), Perú (2) y Uruguay (5).
“Una voz deslumbrante y conmovedora, con la difícil cualidad de la sencillez -destacó el jurado sobre la obra-. En la tradición de la mejor literatura rusa, pasa del realismo a lo mítico con naturalidad y sabe recurrir al humor y la ironía para narrar una historia que todavía no habíamos leído. La guerra y la emigración, la vida en Bielorrusia (’el país que se rompe’) como telón de fondo sobre el que se narran los recuerdos de una infancia marcada por el desastre de Chernóbil y la resistencia de las mujeres. Una novela luminosa y radiactiva”.
Según se anticipó, Luciérnaga “emprende un viaje hacia un pasado entre dos mundos: el de su país de origen, Bielorrusia, en el que la autora nació pocos meses después de la explosión de la central nuclear de Chernóbil, en un momento de caos, pobreza y miseria, y el del país de acogida, Argentina, adonde la familia de Natalia emigró en 1996 en busca de un futuro mejor, pero que se reveló menos acogedora de lo previsto”. La autora recupera el relato oral de las mujeres de su familia (a algunas de las cuales no conoció, como su abuela materna) en una memoria personal.
“Lo primero que recuerdo es que nuestros ahorros acá no valían nada -dijo Litvinova en 2019 en diálogo con LA NACION, al recordar su llegada al país, a los diez años-. Era todo mucho más caro. Enseguida nos fuimos a vivir a un hotel familiar por la zona de Congreso. Una familia también rusa que vivía al lado nuestro se hicieron nuestros amigos y después nos robaron todo”. El padre de la escritora murió poco tiempo después de emigrar, víctima de una trombosis.
“Llegué a Buenos Aires en septiembre de 1996 -dijo Litvinova este mediodía en la rueda de prensa-. Leí por primera vez la poesía de Lorca a los catorce años, lo cuento en la novela, y me enamoré del español. Es el idioma en el que vivo y en el que amo. No me gusta cómo escribo en ruso, no soy yo”. La autora reveló que gracias a la poesía había encontrado “la belleza del equilibrio” para narrar tanto los grandes acontecimientos históricos (la caída de la Unión Soviética, el accidente de Chernóbil) como los pequeños. “La poesía entra por una mirilla”, graficó.
La autora contó que su abuela, durante la Segunda Guerra Mundial, había sido secuestrada por los nazis y, de regreso en Bielorrusia, tuvo que soportar el rechazo de los hombres de su comunidad, que la consideraban una espía y una traidora, y refugiarse entre mujeres. Relacionó su novela con un título de la Nobel Svetlana Alexiévich, La guerra no tiene rostro de mujer. “Hay muchos conflictos que tienen su profundidad en Luciérnaga -dijo-. Yo estoy obsesionada con Chernóbil; tengo una gran necesidad de continuar con este tema”. En su novela, consigna su experiencia como “niña luciérnaga” que debía evitar a toda costa la “toxicidad radiactiva”.
“La novela va a tocar algo incómodo en relación con Europa del Este”, sostuvo la autora, que comenzó a escribir Luciérnaga durante la pandemia.
Litvinova es editora del sello Llantén de poesía, que ha lanzado títulos de Diego Muzzio, Susana Villalba, Tom Maver (cofundador de la editorial en 2017), Martín Vázquez Grillé, la colombiana Piedad Bonnett, la australiana Westonia Murray, la uruguaya Selva Casal y de las rusas Marina Tsvietáieva y Anna Ajmátova (ambas traducidas por Litvinova), entre otros autores. Nació en Bielorrusia en 1986 y vive en Buenos Aires desde 1996, donde imparte talleres de poesía. Publicó varios libros, entre otros, Todo ajeno (2013), Siguiente vitalidad (2016), Cesto de trenzas (2018), La nostalgia es un sello ardiente (2020) y Soñka, manos de oro (2022). Su obra ha sido publicada en Alemania, Francia, España, Chile, Brasil, Colombia y Estados Unidos. Luciérnaga es su primera novela.
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