Nace la Fundación María Elena Walsh, casa de la poeta
A siete años de la muerte de la escritora, nace la Fundación María Elena Walsh (1930-2011). La poetisa, cantante y compositora argentina, quien hoy hubiera cumplido 87 años, cuenta desde diciembre con su propia fundación.
La fotógrafa Sara Facio, quien fue su compañera durante 30 años –hasta el final de sus días– y a quien nombró su albacea, es la impulsora de esta iniciativa, cuya finalidad es reunir su monumental obra, continuar con su divulgación y promover la creación artística en distintas ramas.
Tras un año exacto de gestiones administrativas para su creación, la entidad recibió su aprobación definitiva del Ministerio de Justicia el 17 de diciembre. “Está el libro de actas todavía sin empezar”, dice la fotógrafa, y, con evidente emoción, lee la documentación: “Autorízase a funcionar con carácter de persona jurídica a la entidad denominada Fundación María Elena Walsh. Presentamos la propuesta el 1º de febrero de 2017, fecha de su cumpleaños; el 15 de junio se aceptó en la Inspección General de Justicia y se aprobó de forma definitiva en diciembre”.
La fundación, cuya sede se ubica en un espacio de la calle Paraguay 1480 conectado al taller de Sara Facio, tiene como principales propósitos resguardar y difundir la obra literaria y musical de la autora, resaltar sus valores morales y conducta cívica, asistir a quienes deseen desarrollar sus conocimientos en literatura, música y fotografía por medio de becas, premios y concursos y, entre otros objetivos, colaborar con bibliotecas y centros artísticos y culturales. Además, la entidad convocará el Premio Fundación María Elena Walsh, que, en su primera entrega, estará dedicado a la literatura. Los consejeros de la fundación son Diego Bashkansky, Mario Bunge, Leopoldo Brizuela, Enrique Echeverría, Mariana Facio, Guillermo Gasió, Pedro Pablo García Caffi, Graciela García Romero, Esther González Varona, Leila Guerriero, Silvia Mangialardi, Magdalena Ruiz Guiñazú y Rodrigo Ures.
Como primer paso, la fundación estrenará este mes su página web, el primer sitio oficial dedicado a la genial creadora. “Hay decenas de webs sobre María Elena, pero no había ninguna oficial”, señala Facio, autora de los contenidos gráficos y biográficos del portal. El sitio (www.fundacionmariaelenawalsh.net.ar), que está en su etapa final de construcción, llevará en la portada un retrato de Walsh tomado e intervenido por Facio y el logo de la fundación, cuyo diseño son sus iniciales: M.E.W.
A través de esta nueva ventana al conocimiento de su obra, los navegantes podrán acceder a una biografía sintética de Walsh, a una compilación de su obra y a diverso material audiovisual de su música y apariciones públicas. Se incluirán apartados referentes a su producción literaria, poética, musical y periodística, y en cada sección figurará un listado con letras, textos y composiciones.
Otra etiqueta estará dedicada al compromiso social que caracterizó a esta prócer cultural, quien además de revolucionar la relación entre la poesía y la infancia y de enriquecer con sus canciones el imaginario colectivo se implicó en diversas problemáticas del momento. En la época de Alfonsín, por ejemplo, fue parte del Consejo para la Consolidación de la Democracia junto a los intelectuales más destacados de la época, en 1985 fue nombrada ciudadana ilustre de la ciudad de Buenos Aires, y en 1990 recibió el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Nacional de Córdoba. “Ella ayudó siempre a muchísima gente, es algo que se sabe en el medio, pero de lo que ella nunca hizo promoción: a las escuelas, a los comedores, a los actores (¡la cantidad de cirugías estéticas que pagó!)”, cuenta Facio. “Tenía tanta gente amiga, todo el espectro político y social que uno se pueda imaginar. Horacio Verbitsky, cuando estaba recontraescondido y María Elena estaba enferma de cáncer, la iba a visitar una o dos veces por semana, con impermeable, a lo Humphrey Bogart, o Amalita Fortabat, que en ese momento era un personaje importantísimo de la sociedad argentina, que estaba en todos lados, venía a casa a su cumpleaños, se sacaba los zapatos, bailaba, tengo fotos de todo eso”, añade la fotógrafa. Entre las amistades del mundo del arte cosechadas por Walsh figuran, entre otros, Dina Rot, Guillermo Roux, Josefina Robirosa y los fallecidos Elena Tasisto, Cipe Lincovsky, China Zorrilla, el fotógrafo Pepe Fernández, Antonio Berni, Carlos Gorriarena y Gyula Kosice.
“María Elena fue, primero, una artista, en la más alta acepción de la palabra, y, en segundo lugar, una persona con todos los atributos más destacables que puede tener un ser humano: inteligente, compañera, honesta y generosa. En Nueva York, en Leipzig, en Copenhague o donde fuera, íbamos por la calle y siempre venía un argentino y la abrazaba o lloraba, todos la querían”, concluye quien fue su compañera durante tres décadas.
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