Murió Roberto Cortés Conde, historiador de la economía argentina
Reconocido por sus trabajos sobre historia económica argentina, integró una de las generaciones de investigadores en ciencias sociales más destacadas del país
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Ayer, a los 92 años, murió en la localidad de San Isidro el reconocido historiador Roberto Cortés Conde. Había nacido el 5 de febrero de 1932 en Buenos Aires y en la infancia vivió con sus padres en la ciudad de Paraná. En la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA) se graduó de abogado y luego realizó un posgrado en Sociología en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Se lo considera el “padre” de la historia económica argentina y un analista atento (y tal vez resignado) de las reiteradas crisis socioeconómicas en el país.
Desempeñó varios cargos institucionales. De 1973 a 1983 fue presidente del Consejo de Administración del Instituto Torcuato Di Tella, donde dio clases. A inicios de la década de 1980 fue fundador y presidente de la Asociación Argentina de Historia Económica y, de 2015 a 2017, presidió la Academia Nacional de la Historia. Dio clases en la Universidad Católica Argentina, la UBA y la Universidad de San Andrés, donde era profesor emérito. Desde 2003 era académico titular de la Academia Nacional de Ciencias Económicas. Fue presidente honorario de la Asociación Internacional de Historia Económica.
Falleció Roberto Cortes Conde, el padre de la historia económica argentina, rigor académico y compromiso con la realidad, el maestro de todos nosotros.
— Pablo Gerchunoff (@pgerchunoff) September 22, 2024
Cortés Conde dio clases como profesor visitante en las universidades de Harvard, Chicago, Texas y Yale. Fue un gran amigo de Ezequiel Gallo, Tulio Halperin Donghi y Natalio Botana, entre otros reconocidos intelectuales argentinos de proyección internacional. Estaba casado con Sara Jorge y era padre de cuatro hijos. Colaboraba en LA NACION.
En su última columna de opinión para este diario advirtió que, en el “moderno clientelismo de masas”, los dirigentes dejan de ser mandatarios que responden al pueblo y se convierten en quienes otorgan privilegios “como el ejercicio monopólico de un comercio o un oficio”; todo a cambio de sumisión. “El populismo es un clientelismo en tiempos de las masas y utiliza técnicas modernas de propaganda y comunicación”, concluía.
Fue un autodidacta. “No estudié economía formalmente, la estudié en buena medida como un autodidacta -le dijo al economista Juan Carlos de Pablo-. Alguna vez me hice esa reflexión, pero a diferencia de otros historiadores que no se preocuparon mucho en saber economía, traté de leer mucho, probablemente no siempre bien dirigido. En sociología aprendí estadística, después estudié cálculo. […] En cuanto a historia, es bastante más simple porque uno lo que en realidad necesita es leer mucho, y yo soy un gran lector y había leído mucho, no solo de historia argentina”. Era hijo de un profesor de lengua y literatura.
“Cortés Conde fue un enorme historiador de la economía argentina, en particular del período que va entre el siglo XIX tardío y mediados del XX -dice el historiador Julio Djenderedjian, director del Instituto Ravignani, a LA NACION-. Siempre se preocupó por poner en diálogo la labor de investigación local con la internacional. En plena dictadura, en una época en que era difícil formarse, dialogar y analizar con criterios profesionales el trabajo académico, él buscó, junto con otras y otros colegas, crear ámbitos de comunicación y discusión, como las Jornadas de Historia Económica, que continúan, y tendrán su XXIX edición el año próximo en Jujuy. Su impulso al diálogo con los grupos de historia económica más importantes del mundo fue también clave para nuestra profesión, ayudando a repensar la agenda de investigaciones, las preguntas, las teorías y los problemas. Ese diálogo continúa hoy, con trabajos en conjunto y participación en grupos y foros internacionales. Su obra sobre la Argentina del final del siglo XIX e inicios del XX es absolutamente clave. Desde la Asociación Argentina de Historia Económica, que actualmente presido, tenemos una gran deuda de gratitud con él, por sus iniciativas institucionales, aportes a la especialidad, y gran calidad humana”.
Gran tristeza por la muerte de Roberto Cortés Conde, gran historiador y economista. Sus investigaciones iluminaron aspectos claves de nuestra historia económica.
— Emilio Ocampo 🇦🇷🇺🇦 (@ocampo_emilio) September 22, 2024
Fue un lujo tenerlo como maestro y amigo.
QEPD. Acá dejo la entrevista que le hizo JC de Pablo en 2007…
El historiador Fernando Rocchi, que integra el Departamento de Estudios Históricos y Sociales de la Universidad Torcuato Di Tella, fue alumno de Cortés Conde. “Fue uno de los más grandes historiadores argentinos e integró una de las generaciones más prolíficas en términos de investigación en ciencias sociales -destaca-. Incursionó en varias áreas, si bien su eje de trabajo se centró en la historia económica. Escribió libros memorables que siguen siendo hitos en la historiografía argentina. Fui alumno suyo en el posgrado del Instituto Torcuato Di Tella y me encontré con un profesor ejemplar. Iba con entusiasmo a sus clases. Con su muerte perdemos a un verdadero maestro y su ausencia será un vacío difícil de llenar”.
Publicó El progreso argentino (1979); Dinero, deuda y crisis. Evolución fiscal y monetaria en la Argentina (1862-1890) (1989), que obtuvo el Primer Premio Nacional de Historia; Progreso y declinación de la economía argentina (1998), el clásico Historia económica mundial. Desde el Medioevo hasta los tiempos contemporáneos (2003), La economía política de la Argentina en el siglo XX (2005), que se publicó en inglés Cambridge University Press; Poder, estado y política. Impuestos y sociedad en la Argentina y en los Estados Unidos (2011) y El laberinto argentino (2016). Con Gerardo Della Paollera, Laura D’Amato y Javier Ortiz Batalla dirigió el volumen La economía de Perón. Una historia económica (1946-1955), de 2020.
“Fue el padre de la moderna historia económica argentina, y quizás el historiador económico de más relieve internacional que ha dado nuestro país -define el historiador e investigador Roy Hora a Cortés Conde-. Fue un historiador intelectualmente ambicioso, que siempre se hizo grandes preguntas. Y pese a que era un autodidacta, pues no estudió economía, sino abogacía, sus estudios marcaron un hito por cuanto puso de relieve la importancia de la evidencia empírica cuantitativa, y de un tratamiento teóricamente informado de esa evidencia, en el estudio del pasado. Los trabajos que publicó en las décadas de 1970 y 1980, en especial el muy influyente El progreso argentino, transformaron la manera de hacer y entender la historia económica argentina, y fueron decisivos para colocar a la disciplina en un nuevo rumbo. Nuestra comprensión de la etapa que arranca hacia 1880 cambió de manera drástica gracias a sus estudios. Cortés Conde también se destacó como un activo gestor de instituciones académicas, por momentos bastante osado, y dejó un valioso legado cuando estuvo al frente del Instituto Di Tella, la Asociación Argentina de Historia Económica, la Asociación Internacional de Historia Económica y la Academia Nacional de la Historia. Su prioridad fue construir instituciones académicas de calidad. Siempre tuvo claro que la prioridad tenía que ser la investigación y la enseñanza de calidad, y que las restricciones presupuestarias tenían que subordinarse a este imperativo. A lo largo de su vida sus afinidades políticas pasaron de la izquierda a la derecha y eso, sumado a rasgos de personalidad, lo anestesió contra el fundamentalismo intelectual y le permitió apreciar otras formas de ver los problemas. Se sentía cómodo con gente que pensaba distinto. Como se dice de Schumpeter, no le importaba tanto qué pensaran los colegas, mientras tuvieran algo interesante para aportar a la conversación intelectual”.
“La noticia de su fallecimiento me conmueve por lo que representó para sus amigos embarcados en la empresa de fundar nuevas formas de hacer historia en el país y para las sucesivas generaciones de historiadores inquietos por develar los nudos o enigmas del pasado y el presente argentino”, dice la historiadora e investigadora del Conicet Beatriz Bragoni. En redes sociales, historiadores e intelectuales como Pablo Gerchunoff, Hugo Vezzetti, Mariana Llanos, Emilio Ocampo y Walter Sosa Escudero despidieron al profesor Cortés Conde.
“Es una de la principales referencias de la historiografía económica latinoamericana por cuanto ha participado de los debates académicos desde la década de 1960 hasta nuestros días -concluye la historiadora e investigadora del Conicet Agustina Rayes-. De acuerdo o no con sus conclusiones, las nuevas generaciones rara vez podemos esquivar una obra tan rigurosa en términos teóricos y metodológicos. Para algunos, fue, es, y seguramente será, una fuente de inspiración para seguir pensando la historia económica de nuestra región”.
El velatorio será este domingo de 12 a 14 en la avenida Maipú 2860, en Olivos, y el entierro será a las 15 en el Memorial de Pilar.
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