Murió Narcisa Hirsch, artista de vanguardia y pionera del cine experimental argentino
A los 96 años, falleció en su casa de Bariloche; llegó a ver el reconocimiento internacional que comenzó a tener su trabajo en los últimos años
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A los 96 años, murió la artista de vanguardia y pionera del cine experimental Narcisa Hirsch. Días atrás tuvo un accidente cerebrovascular y falleció ayer en su casa, en San Carlos de Bariloche, tras una tormenta de nieve y acompañada por sus hijos -Andrea, Claudio y Daniel- y sus nietos. Hija del pintor expresionista Heinrich Heuser y de Narcisa Kilian, había nacido en Berlín en 1928. Llegó con su familia a la Argentina a inicios de la década de 1930. Se casó en Buenos Aires con el empresario Paul Hirsch, creador de la Fundación Antorchas y mecenas del arte y la ciencia en la Argentina.
En sus comienzos fue pintora y dibujante, y trabajó también en grabado y xilografías. Realizó muestras en la galería Lirolay. Motivada por las ideas del crítico de arte Jorge Romero Brest, director del Centro de Artes Visuales del Instituto Di Tella entre 1963 y 1969, Hirsch comenzó a realizar performances y “happenings”, como Manzanas y La marabunta (un esqueleto gigante recubierto de comida con palomas y cotorras en el interior), que documentó en fílmico. Desde entonces, su impulso creativo se unió a la cámara.
Hirsch empezó filmando en 16 mm y luego en Super 8, junto con un grupo de cineastas experimentales como Marie Louise Alemann, Claudio Caldini, Horacio Vallereggio, Juan Villola y Juan José Mugni.
“Cine es lo que fluye y se va, lo que no queda, una imagen cada vigésima cuarta parte de un segundo; cine es estar a oscuras con otros en una sala compartiendo un ritual. [...] El cine experimental, también llamado underground u oculto, es considerado muchas veces enigmático, porque junto con la poesía, su lenguaje requiere de una participación abierta, se diría casi ingenua del espectador quien generalmente ‘teme’ que las imágenes se vuelvan amenazantes por ser demasiado inesperadas”, escribió en 2018 para una muestra con obras suyas en la galería Henrique Faria.
Con profundo pesar despedimos a la admirada Narcisa Hirsch, cuya obra ha dejado una huella imborrable en el cine experimental argentino. Su lenguaje íntimo y poético nos invita a reflexionar sobre la condición humana y la esencia del arte.
— Museo del Cine (@MuseoDelCineBA) May 5, 2024
Abrazamos asus seres queridos y colegas pic.twitter.com/5ofpXso3jE
“La libertad de trabajar con muy poca plata es la libertad de no tener que vender, es la libertad de trabajar casera y artesanalmente, sin grandes equipos ni escenarios -agregó-. Ni apremio de tiempo. Se hace un fotograma por día, o por año. Cada uno elige su tiempo y su espacio. Por eso y por todo lo demás, el cine experimental es un arte subversivo, más que el cine documental o político”.
La mayoría de sus cortometrajes fueron hechos en las décadas de 1970 y 1980, y muchos se pudieron ver (digitalizados) en la retrospectiva Narcisa Hirsch. La intensidad de una mirada, en el Centro Cultural Kirchner, en 2023, con curaduría de Daniela Muttis y la colaboración de la Filmoteca Narcisa Hirsch, a cargo de su nieto, el cineasta Tomás Rautenstrauch. Se exhibieron además diarios fílmicos, fotos, dibujos, entrevistas, escritos, películas inéditas conservadas en su archivo desde la década de 1960 y reproducciones de piezas de gran tamaño utilizadas en los happenings. Y se presentó su película Materia oscura, de 2023.
El año pasado, el Fisher Museum de Los Ángeles inauguró la muestra Narcisa Hirsch: en relación, curada por Erin Graff Zivin. Y el Malba, Los Angeles Filmforum y el MoMA organizaron ciclos de cine con sus visionarios trabajos. “Este fin de semana hubo un foco muy lindo de Narcisa en Open City Docs Fest, en Londres -dijo Rautenstrauch a LA NACION- y a principios de junio va a haber un programa contundente en el festival (S 8), en La Coruña”.
Entre muchos otros, se pueden mencionar sus cortometrajes Come Out, Taller, A-Zona, Testamento y vida interior, Homecoming, A-Dios, La pasión, Ana ¿donde estás?, El mito de Narciso, El Aleph (sobre el cuento de Borges) y Patagonia. Hirsch residía en Buenos Aires y en San Carlos de Bariloche; amaba la Patagonia.
Publicó los libros La pasión según San Juan. Poema a partir de un guion cinematográfico (1992), Lugares de silencio (con Enrique Banfi), Aigokeros. Cuadernos patagónicos (con ensayos y haikus escritos en español y traducidos al japonés), La filosofía es una pasión inútil 1 y 2. Continuó haciendo instalaciones mientras filmaba, como El silencio y Predicando en el desierto, en colaboración con Banfi, y El grito, con Jorge Caterbetti.
“Se ha llamado a sí misma en broma una famosa cineasta desconocida, reconociendo su propia marginación pero también la libertad que conlleva con cierto grado de anonimato -escribió en su cuenta de Facebook la periodista Alicia de Arteaga-. Esta libertad le permitió montar happenings políticamente subversivos en las esquinas de Buenos Aires y Nueva York en las décadas de 1960 y 1970; recorrer Sudamérica y Estados Unidos, capturando sus viajes en los visores de sus cámaras; desafiar las claras distinciones de género entre lo diarístico, lo estructuralista, lo epistolar y lo mitológico; y experimentar con artistas como Carolee Schneemann, Marie Louise Alemann y Werner Nekes. Las pasiones de Hirsch han abarcado lo cósmico y lo cotidiano: la sexualidad y la integridad del cuerpo humano; la imagen fija y en movimiento; una composición sonora de Steve Reich, una ópera de Christoph Willibald Gluck y una canción de amor napolitana; los cuatro arquetipos del hombre, incluido el del ‘alquimista’; el mito de Orfeo y Eurídice; y el concepto de Aleph, en el que ‘cada segundo representa una instancia de vida desde el nacimiento hasta la muerte’”.
“Fue una amiga y disfruté muchísimo conversando con ella -dice la investigadora Andrea Giunta a LA NACION-. Era una mujer de una gran inteligencia y muy sofisticada. Cuidó mucho su obra y la de Marie Louise Alemann. Fue completamente innovadora en el cine y en el video. Cuando ella toma la cámara desarrolla una poética muy específica, con obras fundamentales como Taller”. Giunta y Cecilia Fajardo-Hill expusieron trabajos de Hirsch en la muestra Mujeres radicales: arte latinoamericano, 1960-1985, de 2017, en Museo Hammer Los Ángeles.
“Tenía una forma de producir muy peculiar; algunas obras suyas no se cerraban nunca -concluye Giunta-. Trabajaba con un archivo de imágenes que iba componiendo de distintas maneras, en collages de imágenes filmadas solo por ella. Después de la época de los homenajes se hicieron cosas muy lindas. Recuerdo cuando se proyectaron en Fundación Proa los videos de ella filmados en Super 8 y arriba el mismo film digitalizado, entonces se iba produciendo al principio un mínimo desfasaje, fue muy lindo verlo. Se va una de las grandes del arte argentino, una de las más grandes, una creadora e innovadora”. En 2013, en Fundación Proa se presentó el volumen El cine experimental de Narcisa Hirsch, con prólogo de Victoria Sayago, un estudio de Emilio Bernini y un escrito de la artista.
En 2018 recibió el Premio Distinción a la Trayectoria otorgado por la Academia Nacional de Bellas Artes y, en 2022, el Premio Konex de Platino en la disciplina Arte y Tecnología.
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