Murió Limónov, el escritor de ficción que se convirtió en ficción
"El día de mi muerte será luto nacional", dijo Eduard Limónov hace dos años en una entrevista cuando su nombre y su particular historia había saltado a la fama en Occidente gracias a la biografía que Emmanuel Carrère le dedicó en 2011. El escritor, político y disidente ruso murió este martes a los 77 años en un hospital de Moscú. Todavía no han trascendido las causas. Según fuentes cercanas al autor, citadas por medios rusos, tuvo complicaciones después de algunas cirugías. En los últimos meses, Limónov había estado internado en varias ocasiones por problemas de salud.
Líder del partido de extrema izquierda La otra Rusia y opositor a Vladimir Putin, Limónov publicó más de 70 novelas y ensayos. Su libro autobiográfico Soy yo, Eddie, que escandalizó a Rusia cuando se publicó en 1991, vendió más de un millón de copias. La biografía de Carrére, que instaló su imagen en los medios europeos y americanos, fue traducida a 23 idiomas. "Carrère ofreció su visión de mí, una obra inspirada en mí, pero no soy yo, no me reconozco. Aunque le estoy agradecido porque lo hiciera. Tengo otros amigos que decían que iban a escribir un libro sobre mí, pero no lo hicieron. Carrère, además, es muy diferente a mí, él es un representante de la burguesía francesa, y yo no", declaró al diario español La Vanguardia en junio de 2019.
Nacido en Dzerzhinsk, una ciudad ubicada a 800 kilómetros al este de Moscú, Eduard Veniaminovich Savenko adoptó el apellido Limónov en la adolescencia. En 19974, se exilió de la ex Unión Soviética y se instaló en Nueva York, donde se hizo habitué del club punk CBGB, donde conoció a la mítica banda Los Ramones. De aquella época, es su título más conocido de los cuatro traducidos al castellano, Soy yo, Eddie. Los otros son Diario de un fracasado, Historia de un servidor, Retrato de un bandido adolescente e Historia de un canalla.
En Rusia, su papel de disidente lo llevó a protagonizar varios escándalos. En de la década de 1990, cuando volvió a Moscú de su última etapa en el exilio, en Francia, fundó el Partido Bolchevique Nacional, una combinación explosiva de grupos de ultraizquierda y ultraderecha que se oponían a Boris Yelstin. En pleno sitio de Sarajevo, en los años 90, se lo vio disparando una ametralladora junto al líder serbobosnio Radovan Karazdic.
En 2001, con Vladímir Putin en el poder, fue acusado de terrorismo, de tratar de derrocar el orden constitucional y de compra ilegal de armas. En 2007, la agrupación fue declarada ilegal. Fundó entonces La otra Rusia. En 2012 trató de presentarse a las elecciones contra Putin, pero la Comisión Electoral no se lo permitió.
En la misma entrevista con La Vanguardia había hablado sobre la muerte: "Es cierto que he estado cerca de morir varias veces. Pero soy una persona oriental, en cierto sentido. Soy fatalista, y por eso no tengo miedo a la muerte, eso es típico de las personas occidentales. He tenido oportunidades para superar esta prueba. Hay una fórmula que conoce todo el mundo que es aquella de ‘haz lo que puedas’ y que sea lo que sea".
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