Murió Liliana Bodoc: sorpresa y dolor en el mundo de las letras
“Viajar es uno de los anhelos más universales. Viajar es la meta de muchos, el sueño de muchos, viajar es, según la gran escritora Marguerite Yourcenar, el único modo de conocer la celda en la que vivimos”, escribió en su bitácora de viaje Liliana Bodoc, la escritora que falleció esta madrugada aparentemente de un paro cardíaco y cuya noticia fue confirmada por el secretario de cultura de Mendoza, Diego Gareca a través de un tuit.
Bodoc y Gareca habían estado en Cuba donde participaron en la Feria del Libro de ese país y llegaron a Argentina esta madrugada.
La noticia tuvo un gran impacto en el universo literario. Rápidamente las redes sociales se hicieron eco del dolor de la noticia y varias voces destacaron la excelencia de su pluma y por sobre todo, la belleza de su persona tal como destacó Claudia Piñeiro: "Liliana Bodoc era además de una gran escritora un ser extraordinario".
Reconocida mundialmente por ser una de las voces de la literatura fantástica argentina, la autora de La saga de los confines y Tiempo de dragones muchas veces fue bautizada como la Tolkien argentina, título que solía robarle una sincera sonrisa.
Bodoc nació en Santa Fe, el 21 de julio de 1958, pero la mayor parte de su vida transcurrió en Mendoza. Cuando tenía cinco años, su familia se trasladó a Mendoza. Antes de completar la escuela secundaria abandonó sus estudios, para retomarlos varios años después, ya casada y con dos hijos. Fue entonces que cursó la Licenciatura en Literaturas Modernas en la Universidad Nacional de Cuyo. Luego ejerció como docente de Literatura Española y Argentina en colegios de la misma universidad. A los cuarenta años editó su primer libro, Los días del venado, primera parte de una trilogía de épica fantástica que se convirtió rápidamente en best seller. a la que, según ella, le debía toda su carrera. La saga de los confines siguió con Los días de la sombra y Los días del fuego. Desde entonces continuó escribiendo, entre los títulos que se destacan se encuentran Memorias impuras, Presagio de carnaval, Sucedió en colores, El espejo africano y Elisa, la rosa inesperada.
En 2002 ganó el premio en la feria del libro en Buenos Aires. En 2004 y 2014 fue destacada por la Fundación Konex con el Diploma al Mérito y el Premio Konex de Platino. En mayo de 2016 recibió el título Honoris Causa de la Universidad Nacional de Cuyo. También integró la lista de premios de "The White Ravens" (Internationalen Jugendbibliothek, Munich) en 2002 y 2013.
Con su última novela, Elisa, la rosa inesperada, editada por Norma, Bodoc ofreció un retrato social protagonizado por una adolescente de la villa santafecina que se anima a iniciar un viaje hacia el norte del país. Una novela que le permitió a la autora transitar otros caminos, una experiencia de escritura fuera del escritorio, moviéndose en busca de una historia.
Su editora, Laura Leibiker (Directora editorial de literatura infantil y juvenil en Norma/Kapelusz) recuerda aquella experiencia. “Su sueño era viajar para escribir y desde la editorial se decidió pagar ese viaje para que construyera la historia de Elisa. Resultaba maravilloso encontrar todas las mañanas audios, poemas, fotos, videos, música de sus recorridos, de sus búsquedas.” (A través de este link se puede puede acceder a la bitácora de viaje.)
Laura siente fascinación por el trabajo de la autora nacida en Santa Fe, el 21 de julio de 1958. “Tuve la enorme suerte de trabajar con ella en la editorial SM cuando editamos El espejo africano, novela que fue reconocida con el premio Barco de Vapor. Allí descubrí a una mujer talentosa, generosa, capaz de escuchar, de aportar ideas, de una gran humildad y calidez.”
La obra premiada, en 2008, que hoy es parte de los programas escolares, relata la historia de un espejo que va enlazando el destino de distintas personas en variados lugares -una esclava africana, el general San Martín, un temeroso huérfano español- y cuenta las arduas luchas que estos hombres y mujeres afrontaron para obtener la libertad; es un excelente ejemplo de ese perfecto maridaje del género fantástico con lo real que también supo hacer suyo Bodoc.
"Pretendo escribir dialogando con la niña que fui. Es ella la que siempre escribió", confesó Bodoc en la bitácora de Elisa.