Murió John Rawls, filósofo de la moral
NUEVA YORK.- Cuentan que John Rawls se tomaba tan a pecho las ideas de justicia y felicidad del individuo de las que escribía que, cuando a algún candidato que iba a defender su tesis de doctorado le molestaba el reflejo del sol, se paraba durante las horas que durase la disertación para taparle la entrada de luz de la ventana.
Esa y cientos de otras anécdotas circulan por la Universidad de Harvard, un sitio notablemente más triste desde que el domingo último falleció, a los 82 años, uno de sus profesores preferidos y, para muchos, el filósofo político más importante que tuvo el siglo XX.
"Nos sentimos huérfanos -explicó otras de las luminarias de la institución, el profesor Stanley Hoffmann-. Este hombre modesto y gentil fue quien logró revivir la filosofía del liberalismo, que se había quedado estancada en un pasado glorioso, y era ridiculizada por sus enemigos."
"Su colosal intento por adaptarla al mundo que él vivió continuará inspirándonos, y merece toda nuestra gratitud", agregó.
John Rawls -que falleció por complicaciones cardíacas- saltó al estrellato en 1971, con la publicación de su libro "Una teoría de la justicia", considerado un punto de inflexión en la filosofía moderna.
Era un momento muy particular en la historia norteamericana, dividida por temas como la Guerra de Vietnam y la lucha por la igualdad racial, y la teoría de Rawls no sólo se alejó de la corriente filosófica predominante (que era la lógica y el análisis lingüístico), sino que estimuló un renacimiento de la filosofía moral tan abandonada.
Hasta la irrupción de Rawls, el concepto de utilitarismo, -entendido como que una sociedad debe trabajar para el mayor bienestar de la mayor cantidad de gente- era la vara con la que se medía la justicia social. Rawls criticó que esta visión podía ser perjudicial para las minorías.
Su teoría se basaba, en cambio, en dos principios. El primero era que cada individuo tiene el derecho a la mayor libertad posible compatible con la misma libertad para otros. El segundo era que las desigualdades sociales y económicas son justas sólo mientras sirvan para favorecer el bienestar del que corre con mayores desventajas.
En trabajos posteriores, Rawls expandió sus argumentos para sugerir la manera en la cual una sociedad pluralista podía ser justa para todos sus miembros. Su idea era que el público general tenía la capacidad de razonar las cosas, si las doctrinas religiosas y filosóficas más comprensivas eran eliminadas. Rawls, como su venerado Emanuel Kant, creía que a medida que las democracias liberales (el sistema político que permite este tipo de razonamiento) se expandiesen por el mundo, las guerras terminarían por evitarse.
Liberal a la norteamericana
Rawls era un liberal en el sentido norteamericano, es decir un pensador de centroizquierda, y para muchos conservadores su teoría siempre sonó a tontería igualitaria, como el sueño de un chico que no entiende cómo funciona el mundo.
Entre sus críticos se destacó uno de los grandes filósofos de Harvard, el profesor Robert Nozick, quien falleció a comienzos de este año y que, con su respuesta a Rawls en el libro "Anarquía, estado y utopía", (publicado en 1974) fue casi el único responsable del aumento en el interés académico en la filosofía de orientación libertaria.
"Su influencia se sintió no sólo en la filosofía política sino en la economía, principalmente en torno al debate sobre el papel del gobierno en una economía de mercado y las bases morales del estado de bienestar. De hecho, sus ideas se convirtieron en la base filosófica que le faltaba a la socialdemocracia europea", comentó a LA NACION el politólogo argentino Sebastián Saiegh, de la Universidad de Nueva York .
Ciertamente este compromiso con el bienestar de las clases más desprotegidas dentro de una economía de mercado -asegura, en su obituario, el profesor de la Universidad de Columbia Brian Barry- no fue una expresión de marxismo diluido, sino la extensión natural de la filosofía liberal.
Perfil
- John Bordley Rawls nació en Baltimore el 21 de febrero de 1921, hijo de un abogado y una activista del voto femenino.
- Estudió en la Universidad de Princeton, donde realizó un doctorado en filosofía.
- Prueba de su humildad es la explicación que siempre daba a su elección: "Es que no era lo suficientemente bueno para la música y la matemática", les decía a sus amigos.
- Rawls vivió sus últimos años en Lexington, Massachussets, con su mujer, Margaret, donde recibía la constante visita de sus cuatro hijos y nietos.