Murió el humorista Carlos Garaycochea
El humorista, dibujante y guionista Carlos Garaycochea murió a los 90 años. Había nacido el 1° de junio de 1928 en Casbas, provincia de Buenos Aires. Conocido como "El vasco" y adorador del básquet como pocos (se quejaba recientemente que no podía jugar debido a una operación en su cadera), Garaycochea fue uno de esos humoristas gráficos que definió una forma de hacer historietas: era el dueño de un sentido del humor que entendía de forma milimétrica el día a día y lo exponía con elegancia. Recorrió rincones varios de la historieta local, de esos que hacen a la importancia del medio. Esto incluye para su orgullo y para la vitalidad del medio a su escuela de dibujo, clave en el surgimiento de nuevos nombres en el cómic local desde hace décadas y que lo enorgullecía como pocas de sus obras. "Si un día ustedes llegan a vivir del dibujo, aunque les paguen 500 pesos por mes, son millonarios", afirmó en una entrevista televisiva en 2013.
Garaycochea pisó, y con fuerza (sea aprendiendo o enseñando, una faceta vital) revistas y diarios como La Nación, Billiken, TV Guía, Crónica, El Cronista Comercial, Gente, Hoy, Democracia, Rico Tipo, Tía Vicenta, Semana Gráfica, Satiricón, Tiempo Argentino, Patoruzú, Avivato, entre muchas otras. Egresó en 1949 de la Escuela Nacional de Bellas Artes (lo echaron de una institución anterior por dibujar), fue actor y guionista de televisión en ciclos como Humor Redondo, Los hijos de López, La Tuerca; Buenas tardes, mucho gusto y Desayuno, el ciclo matutino donde se hizo famoso por sus adivinanzas gráficas. En radio debutó en Municipal, además de ser parte de Rapidísimo y de La gallina verde. Protagonizó obras de teatro como Masters, junto a Juan Verdaguer y Mario Clavell. "¿Viste que dibujo en el escenario? Un día me lo sugirió Antonio Gasalla: «Sos un dibujante, usá tu lenguaje»", recordaba en una entrevista conjunta con ellos en 2000.
Como actor fue parte de films como Este loco amor loco, de Eva Landeck; Sálvese quién pueda, de Enrique Carreras, y el corto Una historia de tango.
En una breve entrevista realizada meses atrás, cuando anticipaba sus nueve décadas, Garaycochea le trajo a este cronista una carpeta enorme. Gigante. Estaba llena de nuevos chistes, de una página como sus clásicas viñetas. "Nunca pude dejar de dibujar" decía. Allí estaban sus caricaturas, siempre absurdas y marcadas por sus líneas, con su cara definida por la nariz y blancos (frente a los colores de la viñeta). "¿Se acuerda dijo que los seres humanos somos absurdos?" preguntó el cronista. "Seguro. ¿Cambió mucho en el último tiempo?" preguntó con amable y mordaz ironía. "Absurdos y complicados. Pero los chistes complicados, cuando no parecen serlo, son los mejores." dijo. Y allí estaban: cientos de páginas, nuevas, inéditas, nada mecánicas, todas sentidas, todas atentas a la calle (a una calle que quizás había cambiado sus modos, sus absurdos). Garaycochea, entonces, como fuerza de la naturaleza creativa incluso en sus últimos días.
El creador de "Don Gregorio" y "Catalina" poseía una faceta como artista plástico, a la que dedicaba una gran parte de su hogar y que ha mostrado más de una vez en público (tanto en la Alianza Francesa como en el Palais de Glace) en muestras como Los dos Garaycochea. Su mesa de trabajo lucía un precioso dibujo de Alberto Breccia y decía ser fanático de Saul Steinberg (afirmaba que Todo en líneas era el libro que lo volcó al humor). Adoraba también a Pablo Piccasso. Siempre defendió a la historieta argentina. Siempre mencionaba a otros dibujantes como Carlos Nine, compañeros de generación y de recorrido como Mordillo, Quino, Hermenegildo Sábat, Sendra (todos integrantes del Consejo Asesor del Museo del Humor) y Caloi (compañero de básquet) con mucho afecto.
En 2012, Humor en colores, una muestra de sus obras más recordadas inauguró el Museo del Humor de la ciudad de Buenos Aires (MUHU). Ese mismo año fue distinguido como Ciudadano Ilustre de la Ciudad. Recibió el Gran Premio de Honor en Radio y la Mención de Honor Senador Domingo Faustino Sarmiento. A la hora de hablar de su humor, del humor que le divertía, decía que en este momento funcionaban mucho "las barbaridades". "Desde el humor se da la mejor forma de ver el mundo" dijo aquella vez. Con sus clases, sus trabajos, sus colaboraciones, sus creencias, su recorrido, Garaycochea deja una obra que podría definirse como fundamental si no fuera, sin errores, un legado perfectamente cálido que demuestra una visión clara, precisa, poderosa sobre el poder del humor absurdo que todo lo ve y que todo lo expone.
Será velado hoy desde las 16, en Malabia 1662. El entierro se realizará mañana, a las 15, en Memorial Pilar.
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