Murió el escritor rosarino Juan Martini


Falleció ayer en la ciudad de Buenos Aires el escritor Juan Martini, autor de obras notables de la literatura argentina, como La vida entera (1981) y Composición de lugar (1984). Martini había nacido en Rosario el 13 de febrero de 1944 y tenía 75 años.
De 1964 a 1968, junto con Carlos Schork (y, desde el número 6, con Nicolás Rosa), dirigió la revista Setecientosmonos, que publicaba poemas, cuentos y críticas. Contaba que había empezado a escribir ficciones a los doce años, bajo el efecto de la lectura de los cuentos de Edgar Allan Poe y Horacio Quiroga. A los veinte, ganó un premio del Fondo Nacional de las Artes, pero debió esperar para que se publicara su primer libro porque varios editores consideraron que su escritura rozaba la inmoralidad.
Su primera novela, el policial El agua en los pulmones, se publicó en 1973. Martini se exilió en Barcelona en 1975 y en esa ciudad comenzó a trabajar como editor en el sello Bruguera, donde dio a conocer El cerco (1977), la tercera de sus novelas policiales hasta ese entonces, y la extraordinaria La vida entera (1981), elogiada por Julio Cortázar, y que Eudeba reeditó en 2016 con un prólogo de Liliana Tozzi. Regresó a la Argentina cuando se restableció el orden democrático, en 1984, y comenzó a trabajar como director editorial de Alfaguara. Años después. también fue editor del sello literario de Perfil, donde publicó libros de algunos de sus autores franceses favoritos, como Nathalie Sarraute y Claude Simon.
Además de novelas, fue autor de libros de cuentos: El último de los onas, Barrio Chino y Rosario Express. Colaboró como columnista en suplementos literarios de medios gráficos y revistas. En 1986, obtuvo la beca de la Fundación Guggenheim.
Como pocos escritores argentinos, en un ciclo de cuatro novelas Martini dio a luz a uno de los grandes personajes de la literatura local: Juan Minelli. Después de Composición de lugar, donde aparecía por primera vez el personaje, siguieron El fantasma imperfecto (1986), La construcción del héroe (1989, con la que obtuvo el Primer Premio Municipal de Novela en Buenos Aires) y El enigma de la realidad (1991), que ganó el Premio Boris Vian. En un ensayo dedicado al personaje, escribió que las novelas de Minelli querían ser "una única novela de amor, la historia sentimental de un héroe de fin de siglo". Y en una entrevista, agregó: "Esas novelas no existirían si yo no me hubiese ido de la Argentina en 1975. Fue el exilio el que me puso frente al hecho de vivir en otro lado, y entonces frente a cuestiones de la historia personal y de la historia social".
Su preocupación por el modo en que la historia social se infiltra en las vidas y conciencias de las personas ordinarias, y provoca consecuencias poco comunes, continuaría en obras como El autor intelectual, de 2000; Puerto Apache, de 2002, y Colonia, de 2004. Otra de sus grandes novelas fue La máquina de escribir (1996), protagonizada por un escritor que llega a los suburbios ribereños de una gran ciudad llamada Fin de Siglo, con el propósito de investigar la desaparición de Catherine Polignac, una discípula del ingeniero Gustave Eiffel. Varios de los personajes narradores de sus novelas son intelectuales que se enfrentan a enigmas: ese recurso le permitía imprimir en las historias un característico sesgo introspectivo.
De 2009 a 2011, había publicado una trilogía en Eterna Cadencia, Cine, donde, en el marco del género de la novela, reflexionaba sobre la escritura de ficción, el modo adecuado y quizás imposible de "contar bien" una historia y el método narrativo del montaje. Esos libros, protagonizados por un director de cine, pasaron algo desapercibidos y merecen una segunda (y tercera y cuarta) oportunidad. En los últimos años, Martini daba talleres de narrativa.
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