Murió el escritor Horacio Salas
Ayer a la tarde, en la ciudad de Buenos Aires falleció el escritor e historiador Horacio Salas, reconocido poeta y ensayista del tango, el lunfardo y la ciudad que lo vio nacer, en agosto de 1938. Tenía 82 años y deja a su esposa y a tres hijos. En el muro de Facebook de uno de ellos, que vive en Houston, se comunica la triste noticia, confirmada también por allegados a la familia del autor, uno de sus últimos editores y amigos íntimos. La noticia de la muerte de uno de los creadores de la lírica porteña se hace pública un día después. Aunque padecía cáncer, la familia no ha comunicado aún la causa de su muerte. Hoy despidieron sus restos en el cementerio de la Chacarita.
A los 23 años, publicó El tiempo insuficiente, libro de poemas elogiado por la crítica, a los que siguieron La soledad en pedazos (1964) y Memoria del tiempo (de 1966, y premiado por un jurado que integraban Jorge Luis Borges, Ricardo Molinari, Carlos Mastronardi, Rafael Alberto Arrieta y Horacio Estaban Ratti). En 1969, dio a conocer La corrupción. Desde entonces, se lo consideró una voz característica de la generación de la década de 1960. Como muchos otros intelectuales y escritores argentinos, se exilió en España en 1976 luego del golpe de Estado. "En un momento, cuando llegué a España, estaba tan nostálgico, casi enfermo de nostalgia, que me compré un cuaderno donde anotaba letras de tangos, de boleros, y pensaba que me podría olvidar y que a lo mejor dentro de cuarenta años iba a estar todavía acá e iba a haber tal cantidad de cosas para no olvidar que me puse a escribir. Eso me dio aire y me dio alivio", confió en una entrevista publicada en la revista Nómada en diciembre de 2009.
Regresó al país en octubre de 1983, con el triunfo del alfonsinismo en las urnas, y se convirtió en una figura pública en los años de la recuperación democrática, como escritor, periodista y también funcionario. Se desempeñó como secretario de Cultura de la ciudad de Buenos Aires entre 1989 y 1990 y, entre 1992 y 2004, fue director del Fondo Nacional de las Artes en el área de Letras. Por un año, que no transcurrió sin conflictos, dirigió la Biblioteca Nacional, entre 2003 y 2004.
"Hombre contenido y discreto, medido y entrañable, afable y pudoroso, si bien por una lado su poesía se ha manifestado ya desde un comienzo como cuasi coloquial y directamente enunciativa, más bien tendida hacia la búsqueda de un concreto destinatario que a las cumbres de la metáfora o la imagen, con todos los riesgos que ello implica, ha ido generando por propia necesidad, por propia deriva de su ser más auténtico, una evolución de esa escritura suya que resulta sumamente significativa", escribió el poeta Rodolfo Alonso sobre la escritura poética de Salas.
Publicó más de cuarenta libros de poesía, ensayo e historia. Además de los mencionados, en poesía se destacan Mate pastor (1971), Gajes del oficio (1979), Cuestiones personales (1985), El otro (1990), y Dar de nuevo (2003). Sobre Mate pastor, reeditado años atrás por el sello Lisboa, el escritor Augusto Munaro indicó que se trata de "un extenso poema narrativo de respiración vanguardista, una riesgosa apuesta intertextual que responde al discurso múltiple y expansivo". Esa obra, que condensa frases publicitarias, poemas infantiles, eslóganes, letras de tango, "opera también como una autobiografía en verso libre".
Salas fue un renombrado ensayista y entre sus obras aparecen La poesía de Buenos Aires (1968); Generación poética del 60 (1976); Borges, una biografía (1993), donde privilegió la faceta poética del autor argentino; el clásico El tango (1986); El Centenario (2009) y Homero Manzi y su tiempo. En Conversaciones con Raúl González Tuñón, de 1975, compiló sus entrevistas al autor de La calle del agujero en la media y en Lecturas de la memoria, de 2005, evoca sus encuentros con escritores. Recibió varias distinciones, como el Premio Nacional de Crítica Literaria, el Premio Municipal de Poesía y el Premio Nacional de Ensayo. En 1991, el gobierno de Francia lo condecoró con la orden de Caballero de las Artes y las Letras y recién en 2002 fue declarado, paradójicamente, lo que siempre había sido: ciudadano ilustre de la ciudad de Buenos Aires.
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