Murió en las aguas del Sena, a los 63 años, la escritora y traductora Lori Saint-Martin
La autora de “Matemáticas íntimas” mantenía estrechos lazos con Buenos Aires, que visitaba periódicamente desde hace una década; dominaba perfectamente el castellano y tradujo autores argentinos en Canadá
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Este sábado, el cuerpo de la profesora, escritora y traductora canadiense Lori Saint-Martin fue hallado sin vida en París, en el río Sena. Tenía 63 años y era conocida en la Argentina por su libro de microrrelatos Matemáticas íntimas (Milena París), traducido por el escritor Jorge Fondebrider, y por los lazos de amistad que había establecido con escritores y traductores argentinos, como Gustavo Nielsen (al que tradujo), Jorge Aulicino, Mercedes Álvarez y Sandro Barrella. Las razones de su muerte aún no han trascendido y fuentes extraoficiales informan que la policía investiga si se trató de un accidente, un asesinato o un suicidio, aunque sus allegados cuentan con sorpresa que estaba muy contenta y con muchos proyectos. Los medios franceses titularon que se trató de una “muerte súbita”. Días atrás, Saint-Martin había participado de actividades académicas en París, ciudad que amaba.
COMMUNIQUÉ
— Éditions du Boréal (@EditionsBoreal) October 22, 2022
C’est avec consternation et un immense chagrin que nous avons appris ce matin que Lori Saint-Martin est décédée subitement, à Paris, au cours des dernières heures. La triste nouvelle est confirmée, mais nous ne disposons pas de plus amples informations pour le moment. pic.twitter.com/C3Lzhhb6oC
“Con consternación y un inmenso dolor nos enteramos esta mañana de que Lori Saint-Martin murió repentinamente en París en las últimas horas. Se confirma la triste noticia, pero no tenemos más información por el momento”, se informó desde Éditions du Boréal, en un comunicado de prensa difundido el sábado por la mañana. “Hoy a la mañana me enteré de tu partida. Me quedé sin voz, sin palabras, sin argumentos. Conocerte significó para mí un renacer. Tu libro, Matemáticas íntimas editado por @editorial_milena_paris marcó una nueva etapa en mi trabajo y mi vida”, escribió ayer en su cuenta de Instagram la editora Anne Gauthey.
Saint-Martin había nacido en 1959 en Kitchener, Ontario. Si bien creció en una familia de habla inglesa, desarrolló gran interés por el idioma francés en su adolescencia. En 1980 se instaló en Quebec, trabajó en el Departamento de Estudios Literarios de la Universidad de Quebec en Montreal e integró el Instituto de Investigaciones y Estudios Feministas de esa casa de estudios. Publicó artículos académicos y se especializó en la obra de la novelista Gabrielle Roy.
Fue una de las traductoras literarias de Canadá más reconocidas. Con su esposo, Paul Gagné, tradujeron en conjunto más de cien obras del inglés al francés, de autores como Margaret Atwood, Carol Shields, Mordecai Richler, Naomi Klein, Maya Angelou, Alistair McLeod, Neil Bissondath y Lori Lansens). En cuatro oportunidades ganaron el Prix Littéraire du Guverneuer Général, que se otorga en Quebec.
“Lori nació en el seno de una familia de clase obrera de Ontario, monolingüe, que solo se manejaba en inglés, y soñó, desde chica, con el mundo glamoroso que para ella representaba el francés -dice Fondebrider a LA NACION-. Terminada la secundaria, se fue de Ontario a Quebec, se cambió el apellido y empezó a vivir una vida enteramente en francés, rechazando por más de treinta años el inglés. Se casó con un francocanadiense, tuvo hijos criados en francés y, además, ganó un puesto en la universidad como profesora de literatura francesa. Algunos de sus libros pasan en Francia y, de hecho, estaba profundamente enamorada de París. Todo esto lo explica en su último libro Pour qui je me prends (¿Por quién me tomo?), donde habla de las razones de su trilingüismo, ya que incluía el castellano vía la Argentina. Desde hace una década, aproximadamente, había empezado a visitar Buenos Aires, lo que la llevó a dominar perfectamente el castellano y comenzar a traducir a autores argentinos en Canadá”.
“Volver al castellano fue como encontrarme con un novio muy amado de décadas atrás y darme cuenta de que me seguía gustando -dijo la escritora y traductora en una conferencia que brindó en Buenos Aires en 2019-. Ya sé que volví tarde, que siempre me costará más escribir en español que en mis idiomas maternos, que siempre voy a equivocarme en muchas cosas, que siempre voy a tener acento, mientras que en francés no es así. Pero ya lo acepté, estoy en paz con mis imperfecciones y solo pienso en el placer”.
Además de los títulos mencionados, publicó Mon père, la nuit: nouvelles (1999, 2014) y Les portes closes (2013). Recientemente, había ingresado en la Academia de Letras de Quebec. “Novelista, universitaria, feminista, defendió grandes causas y el idioma francés -escribió en la página de Facebook de la Academia de Letras de Quebec su presdidente, Émile Martel-. Afortunadamente, iba a encontrar su lugar entre nosotros. La Academia le rinde homenaje y se une a la rica comunidad literaria de Quebec en luto por esta muerte repentina e injusta”.