Murió el reconocido sociólogo estadounidense Howard Becker
Jazz, marihuana y “desviaciones” son algunos de los temas que atravesaron vida y obra del intelectual al que se le atribuye la teoría del “etiquetado” social
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Las ciencias sociales despiden a uno de sus pensadores fundamentales. Este miércoles, a los 95 años, falleció en San Francisco el sociólogo estadounidense Howard Becker. Nacido en Chicago el 18 de abril de 1928, desde muy joven había mostrado talento para tocar el piano y, en su adolescencia, trabajó como músico en bares nocturnos en la década de 1940 (”Ganaba el sueldo de un adulto y ya no dependía de mis padres”, recordó). Se licenció en Sociología en la Universidad de Chicago en 1946. Mientras estudiaba, consideraba la música su carrera y la sociología un hobby. A Becker se le atribuye la teoría del “etiquetado” social.
Su experiencia como pianista de jazz y su intimidad con músicos y aficionados -muchos de ellos, afrodescendientes- dio lugar a uno de sus libros más importantes, Outsiders. Hacia una sociología de la desviación (Siglo XXI), de 1964, donde abordaba novedosos objetos de estudio, como las interacciones sociales en bares y discotecas, el consumo de drogas y los “pactos” sociales que determinan qué es “normal” y qué es “anormal”. “La desviación no es una cualidad de la acción cometida sino la consecuencia de la aplicación -por parte de otros- de reglas y sanciones. El desviado es alguien al que la etiqueta le ha sido puesta con éxito; el comportamiento desviado es el comportamiento etiquetado así por la gente”, postuló.
Despedimos a un autor muy querido, Howard Becker, quien murió ayer a los 95 años. Entramos a su mundo en 2009, con la publicación de "Outsiders. Hacia una sociología de la desviación", un clásico de los años 60 que no circulaba en español y que tradujo Jaime Arrambide. pic.twitter.com/4Ws34RbA9Q
— Siglo XXI Editores (@sigloxxiarg) August 17, 2023
En esta línea de investigaciones apoyadas en la práctica se pueden mencionar El jazz en acción. La dinámica de los músicos sobre el escenario (Siglo XXI), escrito con el profesor y también músico de jazz Robert R. Faulkner; Cómo fumar marihuana y tener un buen viaje. Una mirada sociológica y Para hablar en sociedad. La sociología no basta (Siglo XXI), donde analiza con humor el modo en que las novelas, las obras de teatro, el cine, las fotografías y la moda construyen imágenes de la realidad. “El entretenimiento es también una fuente seria de conocimiento”, dijo a LA NACION en 2015.
La obra de Becker, a la que se vinculó con el interaccionismo simbólico y el construccionismo social, tuvo enorme influencia en la teoría cultural y en el estudio de las subculturas y la cultura popular en su país natal, el Reino Unido y Francia. En Los mundos del arte (Editorial de la Universidad Nacional de Quilmes) demostró que los modos de validación de la esfera artística no están por fuera del universo que los consagra como tales. Su estilo de escritura, fluido y “musical”, captó el interés de reconocidos investigadores; lo desarrolló en Manual de escritura para científicos sociales. Cómo empezar y terminar una tesis, un libro o un artículo (Siglo XXI), donde aconseja a los jóvenes investigadores usar un estilo directo y evitar la jerga y las abstracciones.
“Una mala escritura no puede separarse de los problemas teóricos de la disciplina -dijo- La organización social de la vida académica está basada, entre otras cosas, en recompensas y castigos. Y una de las cosas que recompensa y castiga es la escritura”.
“Howard S. Becker, ‘Howie’, como él se encargaba de informar a quien se le acercara, estudió cuando joven sociología con Everett Hughes y piano con Lennie Tristano, siendo ambas experiencias centrales para el desarrollo de sus ideas -dice a LA NACION el doctor en Sociología Claudio Benzecry, profesor de la Universidad de Northwestern-. Publicó libros de investigación y conceptualización centrales para la sociología norteamericana como Outsiders y Los mundos del arte. Más tarde se dedicó a escribir sobre el artesanado de la práctica sociológica, con hermosos volúmenes, como Trucos del oficio, que han acompañado a múltiples generaciones de cientistas sociales, donde se ve ya su generosidad, su compromiso con una idea democrática de la teoría, y una minuciosidad para pensar la relación entre datos, teoría y evidencia. Su sociología nos obsequia una prosa engañosamente sencilla, con una elegancia y frescura que no envejecen; es sencilla pero no simple, se necesita haber ‘masticado’ mucha teoría para poder mantener las conversaciones que de manera implícita y elegante Becker mantuvo con los popes de la ‘Gran Teoría’”.
Benzecry mantuvo un estrecho vínculo con Becker desde 2004. “Becker cuenta una historia que atribuye a David Mamet -recuerda-. Dice que en cada obra de teatro, cada personaje que está en una escena está ahí por alguna razón. Si no tuviera razón alguna para estar allí, estaría en algún lugar donde sí tuviera sentido su presencia. Y en cada escena, cada personaje está intentando hacer aquello para lo que entró en escena. Lo que resulta de esto no es lo que cada uno de los personajes quería sino el resultado de lo que sucede porque todos intentaron realizar sus intenciones y lo que sucedió cuando intentaron hacerlo. Esta historia sintetiza algunas de las ideas cardinales de Becker: la centralidad de la cooperación en los procesos interactivos, los patrones de actividad que funcionan de manera tal que la inclusión de nuevos actores en escena cambia poco, el foco de cómo la acción en conjunto desvía y organiza los patrones de acción individual. Se fue un gigante generoso, pero por suerte nos quedan sus enseñanzas”.
Benzecry entrevistó a Becker para la Escuela Interdisciplinaria de Altos Estudios Sociales, de la Universidad Nacional de San Martín, en 2022. La charla se puede ver en YouTube. Y en este enlace se puede escuchar una serie de cinco capítulos de Radio France dedicada al hombre que estudió sociología y jazz en la Chicago de posguerra.
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