Murió el profesor y académico Rolando Costa Picazo, traductor del “Ulises” y de “Moby Dick”
El destacado traductor y especialista en literatura norteamericana e inglesa tenía 90 años; generaciones de lectores y estudiantes se formaron gracias a su actividad
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Erudito, gran profesor de literatura estadounidense e inglesa y traductor destacado de autores como Herman Melville, James Joyce y Henry James; divertido, especialista en los cruces entre literatura y cine, académico y doctor en Letras, Rolando Costa Picazo falleció hoy, a los 90 años, en la ciudad de Buenos Aires. Había nacido el 1º de octubre de 1931 en Santa Fe y en el último tiempo su salud se había deteriorado. Una de sus hijas, la profesora Marianne Costa Picazo, lo anunció esta madrugada en su cuenta de Instagram. Mañana será despedido en el cementerio Jardín de Paz, en Pilar (a las 11 se hará un responso). “Si hay un maestro, es mi padre, que enseñó a generaciones de estudiantes de todas las edades, niños, adolescentes, jóvenes, adultos y ancianos en muchos puntos del país y en el mundo, en aulas y conferencias”, había escrito en 2020. No se equivocaba.
Costa Picazo estudió en la Universidad Nacional de Córdoba y en la Universidad de Nottingham; se doctoró en Letras en la Universidad de Michigan. Fue profesor durante décadas de la carrera de Letras de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, en la cátedra de Literatura Norteamericana, y director de la maestría de Traducción de la Universidad de Belgrano (UB), donde también participó del consejo académico de la maestría en Lengua Inglesa. Además, integró la Academia Argentina de Estudios Interdisciplinarios y presidió la Asociación de Profesores de Inglés de Buenos Aires, de la Asociación Argentina de Estudios Americanos y de la Asociación Argentina de Literatura Comparada. En 2005, fue elegido académico de número de la Academia Argentina de Letras (AAL); ocupaba el sillón “Joaquín V. González”. En su discurso de recepción se refirió a Ezra Pound y la renovación poética angloamericana.
“Los miembros de la AAL lamentamos el fallecimiento del eminente y admirado traductor y crítico literario Rolando Costa Picazo, quien supo desarrollar con dignidad y gran erudición sus trabajos en esta casa -dice a LA NACION la presidenta de la AAL, la profesora e investigadora Alicia María Zorrilla-. Fue elegido académico de número en 2005 para ocupar el sillón ‘Joaquín V. González’ y académico honorario en 2021. A su sólida y ejemplar formación profesional debe unirse su integridad moral, su rectitud, su afabilidad, su humor siempre oportuno y, sobre todo, su generosa bondad. Su querido recuerdo nos acompañará siempre”.
Costa Picazo será recordado, además, como uno de los grandes traductores y maestros de traductores en el país. “Los problemas de la traducción son innumerables -se lee al inicio de su texto ‘Los problemas de la traducción’, de 1989-. El primero se refiere a la naturaleza misma de la traducción. Para algunos es un arte, para otros una ciencia, un oficio, una ocupación, una actividad, una técnica, o una habilidad. Para algunos es una profesión de tiempo completo, para la mayoría una actividad esporádica. En todos los casos, mal remunerada. La crítica ignora al traductor, o a lo sumo lo pone entre paréntesis al final de una nota”.
La escritora Elisa Salzmann fue profesora de la cátedra de Literatura Norteamericana de Costa Picazo en la UBA por 35 años. “El miércoles pasado visité a Rolando, era un mediodía Walt Whitman, luz y colores en el patio encauzado -dice a LA NACION-. Desde temprano, me había vestido de rojo y entre las ramas de una planta mediana encuentro kinotos. Kumquat, le digo y él despacio comió dos o tres. No me reconocía hacía tiempo, pero qué importancia tiene si recibió los kinotos y los comió como cuando éramos niños y arrancábamos la fruta a manotazos. Yo no quise comerlos, no necesitaba nada ácido en esa despedida a pleno sol y canciones infantiles que empezaron como nursery rhymes y terminaban en un idioma que no tiene traducción. Y él, el gran traductor, al final de sus días encontró finalmente una lengua que no tiene traducción”.
El nuevo libro de la poeta y traductora Laura Wittner, Se vive y se traduce, comienza con un recuerdo de Costa Picazo. “El profesor Costa Picazo entra al aula y, en lugar de pasar lista como de costumbre, apoya su maletín en el escritorio, agarra una tiza, se pone a escribir en el pizarrón. A sus espaldas el murmullo sigue. Lo observo: tengo la impresión de que está haciendo algo sagrado. Por fin deja la tiza, se limpia el polvo de los dedos y nos mira. La clase queda en silencio. Al lado suyo, en el pizarrón, hay dos versiones de un poema breve: el original -en inglés- y su traducción al castellano. ‘In a Station of a Metro’, de Ezra Pound”. (El traductor y docente había bautizado a su gato con el nombre del poeta estadounidense.)
hoy a la madrugada murió Rolando Costa Picazo. su aporte a la enseñanza de la literatura norteamericana y al arte de la traducción fue y seguirá siendo tan invaluable como imborrable.
— martín felipe castagnet (@mobymartin) March 7, 2022
En diciembre de 2017, su nombre apareció en la portada de una nueva y elogiada traducción del Ulises, de James Joyce, para el sello Edhasa. La edición crítica a su cargo incluye comentarios y más de seis mil notas. También se ocupó, para Emecé, de una edición crítica de las obras completas de Jorge Luis Borges (en colaboración con Irma Zangara). Ha traducido más de cien obras del inglés al español, de autores como Wiliam Shakespeare, Herman Melville (Moby Dick), Ernest Hemingway, William Faulkner, Ray Bradbury, Truman Capote (Música para camaleones), Norman Mailer, Henry Miller y Saul Bellow (Ravelstein); en poesía tradujo a W. H. Auden, Hart Crane, John O’Hara, T. S. Elliot, Jack Kerouac y, como queda claro, Ezra Pound.
Obtuvo varios reconocimientos: el Premio Konex en Traducción Literaria, el Premio en Traducción Poética de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Extremadura y el Premio a la Personalidad Destacada en el campo de la Traducción, otorgado en 2002 por la Facultad de Lenguas de la UB, entre otros. También recibió becas de la Comisión Fullbright y el Consejo Británico.
Publicó W. H. Auden. Los primeros años y W. H. Auden: Los Estados Unidos y después, Borges: una forma de felicidad (con prólogo de su amiga María Kodama), Hart Crane y el puente. Una aproximación a la poética modernista de Hart Crane y Tierra de nadie. Poesía inglesa de la Gran Guerra. Con el profesor Armando Capalbo, compiló Escrituras al filo del milenio. Estados Unidos/América Latina y Perspectivas críticas sobre los Estados Unidos. Estudios literarios, culturales y ciencias sociales, y Relaciones Interculturales entre Estados Unidos y América Latina. Modernidad, posmodernidad, en colaboración con la profesora María Alejandra Rosarossa. Sus conferencias e intervenciones en jornadas académicas se caracterizaban por el humor, la elegancia y la perspicacia. A partir de ahora empezará a evaluarse la impronta de Costa Picazo en la cultura argentina.
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