Murió Carlos Trilnick, pionero del videoarte con mirada política
Carlos Trilnick, uno de los pioneros del video arte en Argentina, falleció hoy a los 62 años, a causa de un cáncer. Había nacido en Rosario, en 1957, y sus trabajos en el campo del videoarte, video instalación, arte multimedia y fotografía son claves en la historia del arte experimental contemporáneo de América latina.
Le apasionaba enseñar: muchos de sus alumnos luego fueron sus colaboradores o siguieron el camino del arte. Desde 2014 a 2018 fue director de la carrera de Diseño de Imagen y Sonido de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (Universidad de Buenos Aires). En esa institución fue profesor titular del taller de Diseño Audiovisual 1, 2 y 3; Diseño de Imagen y Sonido; Fotografía y Diseño Gráfico. Fue profesor visitante en el Departamento de Comunicación de la Universidad de California. Su labor académica fue prolífica y exhaustiva.
"Carlos Trilnick encara el conflicto entre el orden de la forma y el ímpetu de contenidos apremiantes midiendo, en cada caso, el componente estético, regulándolo y sopesando su acción según lo requiera la necesidad de afirmar una posición ético política: su compromiso con una realidad dura, marcada por la crítica de la exclusión social y la violencia globalizadas, así como la denuncia de todo modelo autoritario y cualquier forma de discriminación", escribió el crítico de arte Ticio Escobar en el libro Carlos Trilnick, editado por el Museo Castagnino+Macro.
La instalación El llanto del bandoneón es un bandoneón con un pequeño monitor en el que se ven imágenes de archivo (en Súper VHS) de protestas urbanas porteñas contra la privatización de un medio público de radiodifusión. El eje de esta pieza es el conflicto social y político mediatizado. Para esta obra, usó ondas hertzianas.
En su video La Pietà (2011) nos acerca a una pietà mundana y cartonera. Devenido ícono ignorado y despreciado: nadie se inmutó, ni siquiera miró a esa mujer que, en el barrio de Once, posó como La Piedad de Miguel Ángel para Trilnick.
Todos somos iguales bajo la piel (2011) es un video-objeto con una video-proyección en loop que integra la colección del Museo de la Inmigración de la Universidad de Tres de Febrero. El Hotel de Inmigrantes, donde llegaron a alojarse un millón de personas, funcionó hasta 1953. Se servía el almuerzo, la merienda para los chicos y a partir de las seis comenzaban los turnos de la cena. Según la ley, el período de alojamiento no debía exceder los cinco días, pero muchos inmigrantes pudieron quedarse más tiempo.
En la obra, en loop, dentro de una valija donde se ve el Río de la Plata, se suceden frases extraídas del Archivo del Terror, documentos redactados durante la dictadura de Alfredo Stroessner, referentes a la Operación Cóndor. En loop pasan las palabras tiempo, energía, tradición, revolución hasta finalizar con revolucionarios, que alude también a ese cambio de vida radical y potente que invadía al migrante.
La familia de Trilnick también vino a la Argentina para comenzar una nueva vida. Sus abuelos paternos llegaron desde Bielorrusia huyendo de las persecuciones del régimen ruso zarista. Llegaron al puerto de Buenos Aires en 1894. Se radicaron en Moisés Ville, un pueblo de gauchos judíos, en Santa Fe.
Expuso en galerías, bienales y museos. Exhibió, entre muchos otros sitios, en el Museo de la imagen y el sonido de San Pablo, en el MoMA, el Centro de Arte Contemporáneo de Sidney, en la Bienal de la Imagen en Movimiento en Ginebra; en la Videonale de Bonn, American Film Institute (Los Ángeles), en el Encuentro latinoamericano de Video en Cuzco, en Videobrasil (festival internacional de arte electrónico) y en el Festival Europeo de Media Arts en Alemania. Fue jurado en premios internacionales y curador de la muestra Video arte del sur (Argentina, Chile, Brasil y Uruguay), organizada por Videoarco 90 (Arco, Madrid España); de la muestra Videos de Argentina del festival Internacional de Video en Victoria (España) y de la muestra Retrospectiva del Cine Experimental Argentino en el Institituto de Cooperación Iberoamericana Centro Cultural de Buenos Aires, entre muchas otras.
Trilnick dirigió el proyecto IDIS (Investigación en Diseño de Imagen y Sonido) https://proyectoidis.org/propuesta/ . Se trata de un sitio de dimensión monumental con un recorrido historiográfico del Diseño de Imagen y Sonido. Desde el IDIS proponen una historiografía complementaria a las tradicionales historias de los medios: enfocada en las relaciones que se establecen entre el diseño de sistemas de representación visual y sonora y los medios electrónicos y digitales.
Con más de 2200 datos publicados, clasificados en distintas categorías (artistas, dispositivos, libros, obras, sitios y términos), el sitio incluye un universo incontable de videos, entrevistas y películas de artistas consagrados y otros conocidos apenas por un puñado de personas. Trilnick quería que esa pluralidad de voces y miradas estuviera presente.
"La pandemia global nos deja la enseñanza de que el Estado debe estar al servicio de la población. En el siglo XXI deben primar la solidaridad, las formas más equitativas de distribución de riqueza, el bienestar ciudadano, y el control y el cuidado del medio ambiente. Si esto no sucede la humanidad tenderá a desaparecer por colapso ecológico o por el surgimiento de 10 o 20 virus simultáneos que atacarán desde todos los puntos cardinales", escribió Trilnick en un texto que le envió en los últimos días a Andrés García La Rota, un gran amigo suyo, profesor adjunto en la cátedra de Diseño de Imagen y Sonido y artista. Juntos pensaban publicar un escrito sobre el momento álgido que vivimos.
En su video El Cristal de la Memoria (2013), con una cita del filósofo y escritor Martin Buber, Trilnick da una pista sobre los tiempos que vivimos: "La única cosa que puede tornarse fatal para el hombre es creer en la fatalidad: porque esta creencia suprime el movimiento que conduce a la reversión".
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