Murió Bernard Pivot, el hombre que hizo leer a toda Francia desde la televisión
El periodista, presentador y escritor tenía 89 años; su célebre programa “Apostrophes” en la televisión pública, por el que pasaron Marguerite Duras, Jorge Luis Borges, Gabriel García Márquez, cruzó las fronteras por TV5 internacional
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La literatura perdió hoy a uno de sus grandes difusores en la pantalla chica. A los 89 años, murió en Neuilly-sur-Seine, el periodista, conductor televisivo y escritor francés Bernard Pivot, un día después de su cumpleaños. La noticia fue confirmada por una de sus hijas, Cécile Pivot, a la agencia AFP. Había nacido en Lyon el 5 de mayo de 1935. Allí cursó la carrera de Derecho y luego se instaló en París para estudiar periodismo. En 1958, comenzó a escribir para el suplemento literario de Le Figaro.
De 1975 a 1990 condujo el célebre programa televisivo Apostrophes, en la televisión pública francesa; luego dirigió Bouillon de culture, con noticias sobre literatura, arte y cine, que se mantuvo hasta 2001. Desde Apostrophes, Pivot podía encumbrar una carrera literaria o hundirla; sin compromisos con las editoriales francesas y sin ningún tipo de censura por parte de Antenne 2, entrevistó a escritores y pensadores como Régis Debray, Claude Lévi-Strauss, Marguerite Duras (que hizo largos silencios durante la charla), Jorge Luis Borges, Gabriel García Márquez, Vladimir Nabokov, Leonard Cohen, Charles Bukowski (que estuvo ebrio durante la emisión), Mario Vargas Llosa y Marguerite Yourcenar. El programa se emitía en horario central y toda Francia se detenía para verlo.
Bernard Pivot a été un pont gigantesque, et la littérature subit une perte immense. Il est, à mes yeux, un de ces médiateurs pour qui je dirais qu’en Europe aussi un vieillard qui meurt est une bibliothèque qui brûle… RIP pic.twitter.com/iQ9KhXJYPg
— Alain Mabanckou (@amabanckou) May 6, 2024
“Me llamó la atención al mirar los archivos de la televisión francesa que cuando se creó, hace cincuenta años, resultaba natural que existiera un noticiero y programas sobre cine, arte y literatura -le dijo al periodista Germán Sopeña en 1999, en una teleconferencia en que la participó también la escritora María Kodama-. La cultura fue un elemento integrante de la televisión. Hoy, lamentablemente, aun si la televisión francesa cree que es una de las mejores del mundo, la cultura está desapareciendo de los canales abiertos para refugiarse en los canales de cable o satelitales”.
Les mots de la langue française, il les aimait plus que tout. Passeur de savoir, présentateur historique de l'émission télévisée "Apostrophes", Bernard Pivot est mort à l'âge de 89 ans.
— France Culture (@franceculture) May 6, 2024
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“Era una persona muy inteligente, incisiva, divertida, que recibía centenares de cartas de personas que gracias a él descubrieron la literatura -dice el licenciado Fernando Flores Maio, de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, a LA NACION-. Los entrevistados en general concurrían con cierta inquietud, porque Pivot sabía sobre sus obras más que ellos mismos”.
“Para ser un gran escritor no es obligatorio ir a la televisión: Cervantes o Molière no tuvieron que ir a la tele. Cioran, Ionesco, Beckett… jamás fueron a la tele”, dijo a LA NACION en 2003. El primer libro que había leído fue Fábulas de La Fontaine. “Como yo de niño vivía en el campo y veía animales, esas fábulas les daban voz y sentimientos a esas vacas, pájaros, liebres, zorros, cuervos… Les insuflaban inteligencia, sentido, les hacían reflexionar. ¡Y yo estaba encantado!”, sostuvo.
También tuvo sus traspiés, como cuando en 1990, en la entrevista con el escritor Gabriel Matzneff, festejó con risas las anécdotas del escritor sobre sus relaciones con chicas de trece a dieciséis años. En El consemiento, la escritora Vanessa Springora, que denuncia los abusos sexuales de Matzneff, deja registro de ese penoso episodio. La única que en esa ocasión le puso los puntos a Matzneff fue la escritora y periodista canadiense Denise Bombardier: “El señor Matzneff nos cuenta que sodomiza a chicas de 14 y 15 años que están locas por él -dijo la escritora en Apostrophes-. Sabemos que algunas chicas pueden enamorarse de un hombre que tiene cierta aura literaria, y también sabemos que señores mayores atraen a las niñas con caramelos. El señor Matzneff las atrae con su reputación. Pero lo que no sabemos es cómo quedan después estas chicas de 14 y 15 años que no solamente han sido seducidas, sino que han sufrido un abuso de poder en una relación entre adultos y jóvenes. Yo creo que quedan marchitas, y la mayor parte de ellas marchitas para toda la vida”.
Afable, punzante y rodeado de libros con anotaciones, Pivot conducía en vivo los programas y los autores invitados, si eran más de uno, competían en ingenio, fumaban, bebían vino, insultaban y reflexionaban. El éxito del programa se reflejaba en la venta de libros. Muchos programas y fragmentos de programas se pueden ver en YouTube. A partir de 1985, organizó los Dicos d’or, campeonatos de ortografía que rápidamente fueron imitados en el mundo.
“Bernard Pivot fue un puente gigantesco y la literatura sufrió una pérdida inmensa. Es, en mi opinión, uno de esos mediadores por los que diría que también en Europa un anciano que muere es una biblioteca que arde”, lo despidió en X el escritor estadounidense Alain Mabanckou.
“Fue el gran referente que tuve cuando empecé con Los siete locos -dice la escritora y periodista Cristina Mucci a LA NACION-. Propuse hacer un programa de libros en Canal 13, que era estatal en ese momento y me aceptaron un proyecto que después hubo que armar e inventar. No había referentes, porque no había programas de libros, y el referente era Pivot. En ese momento no había canales de cable, así que la manera que tenía de ver sus programas fue pedir permiso a la embajada de Francia para verlos en la calle Basavilbaso. En un cuartito me ponían los videos del programa. Tuvo un éxito extraordinario que ningún programa de libros tuvo hasta el momento en la Argentina; iba en horario central y tenía mucho rating. Vargas Llosa me contó que había ido al programa y al día siguiente la gente lo reconocía por la calle. Era un programa masivo. Habría que ver también el lugar que el libro tiene en Francia, un lugar extraordinario. Acá el libro por suerte sigue teniendo un valor simbólico importante, pero en Francia es muchísimo más alto”.
Para Mucci, Pivot era “un maestro” conduciendo. “Una vez que vino Juan José Saer a Los siete locos me dijo que no le gustaba nada, que era un show, o sea, había gente que lo criticaba. Recuerdo sus grandes entrevistas. Desde 2008 en Francia hay un programa muy lindo que se llama La grande librairie”.
En 2004, Pivot ingresó en la Academia Goncourt, que presidió de 2014 hasta su retiro, en 2019. Publicó varios libros, entre ellos una novela (L’Amour en vogue), ensayos y crónicas y, en 1998, Remontrance à la ménagère de moins de 50 ans, suerte de memorias de su labor como conductor televisivo, en cuya portada se lo ve con anteojos, una lapicera en la boca y un libro abierto.
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