Mujeres de la Patria: otra manera de contar la historia argentina
Tienen éxito y devuelven a los personajes femeninos un lugar postergado en la escena nacional: las novelas históricas escritas por mujeres miran el país con una visión íntima
Las novelas históricas destinadas al público femenino, y en su mayoría escritas por mujeres, se han consolidado como un género exitoso. Se suele señalar que en muchas de esas novelas la historia nacional aparece como el trasfondo de las aventuras de sus protagonistas. Sin embargo, eso se puede decir de la mayoría de las novelas del mundo: pocas veces el contexto se encarna en un personaje, ya sea femenino o masculino. A 200 años de la independencia nacional cabe preguntarse de qué modo las protagonistas de las novelas románticas históricas cuentan la historia nacional. Reyna Carranza, Claudia Barzana, Elsa Drucaroff, Florencia Bonelli, Gloria Casañas, Viviana Rivero y Graciela Ramos, entre otras autoras contemporáneas, apelaron en sus ficciones a la recreación de situaciones dramáticas de la agitada trayectoria local para contar no una sino dos historias: la de sus personajes y, a la vez, la del país. Como dice Silvia Miguens, "cada instante de nuestras vidas sucedió durante alguna etapa de la historia nacional, latinoamericana o europea, sólo tenemos que reconocernos en esa historia, y reconocerla a ella en nosotros".
La best seller Gloria Casañas parece refutar ese argumento cuando sostiene que las mujeres tuvieron papeles heroicos en los tiempos de la Revolución y la Independencia, y aunque a veces más sutiles, no por ello menos importantes. "El rol de la mujer aparece sesgado en ocasiones, pero apenas se ahonda un poco en la historiografía descubrimos que hubo hombres en nuestro pasado que lo reconocieron abiertamente y hasta lo alentaron", dice la autora de Yporá: amor y guerra bajo el sol guaraní (Plaza & Janés).
"Me interesa rescatar aquellos hechos poco difundidos por la historia oficial -comenta Fernanda Pérez-. Mis novelas se concentran en personajes que en muchos casos fueron olvidados. Si bien aparecen contextos conocidos (la Revolución de Mayo o la lucha por la Independencia), éstos funcionan como un marco que contiene el desprendimiento de otras luchas intestinas situadas en el litoral de nuestro país." Autora de una trilogía publicada por Suma de Letras, en su primera novela, Las maldecidas, Pérez se concentró en la figura de Andrés Guacurarí y lo que ocurrió en la región de Misiones y Corrientes desde la Revolución de Mayo hasta años después de la declaración de la Independencia. Para ella, la historia nacional estuvo por años contada por los hombres. Incluso, señala, gran parte de los referentes del revisionismo histórico son hombres. "Pero en la novela histórica predominan las autoras -dice Pérez-. Tal vez esa fue la manera que encontramos para narrarnos a nosotras mismas. Una novela no sólo se elabora a partir de documentos, entrevistas, crónicas y todo aquello que forma parte de la investigación, sino que además la escritura pone en juego la interpretación, la sensibilidad."
Graciela Ramos, autora de Lágrimas de la Revolución y La Capitana (Suma de Letras), no coincide totalmente con Pérez. "Hay hombres que también cuentan la historia nacional -afirma-. Es un mito que sólo las mujeres estamos atadas a las novelas, ya sea para escribirlas o leerlas. Creo que no es una cuestión de género. Que somos mayoría, sí. En mi caso. me gusta el entramado de la historia con las costumbres, con la vida cotidiana. Mis personajes siempre cuentan desde la cocina, las recetas de comida, lugar clave para el chisme. Y desde el lecho, otro lugar clave para revelar secretos..."
Miguens publicó Lupe, después del viaje (Tusquets), donde retoma el lazo entre María Guadalupe Cuenca y Mariano Moreno una vez que ella se entera de que él ha muerto. "Mis personajes no cuentan la historia, sino que la viven. Eso me obliga a hacer una especie de recorte en la manera de exponer al lector los acontecimientos históricos: se narran aquellos que realmente condicionan sus vidas. Para esta autora, es absurdo creer que, en el pasado, las mujeres no sabían de política. "Tal vez tenían vedada esa posibilidad a nivel social, pero puertas adentro ninguna madre, hija, abuela, tía o hermana era ajena al modo en que una guerra, revolución o cualquier tipo de enfrentamiento afectaba el hogar."
"Las escritoras no comparten necesariamente una misma poética -opina María Rosa Lojo, narradora e investigadora-. Pero dentro de sus diferencias, en la novela histórica argentina de las últimas décadas muchas quisieron saldar una asignatura pendiente de nuestras letras y reponer a las mujeres como sujetos protagónicos en el escenario de la historia nacional."
Lojo denomina "novelas de rol excepcional" aquellas donde las mujeres aparecen en pleno espacio público, fuera de la domesticidad, con roles que no eran bien vistos para su género o en situaciones relevantes que sólo podía ocupar un pequeño número. Ella misma tomó ese camino en sus novelas La princesa federal, sobre Manuela Rosas, y Una mujer de fin de siglo, sobre la escritora Eduarda Mansilla (ambas en Debolsillo).
"Una no se saca el género para escribir, una mira el mundo como mujer y piensa desde ahí también -dice Drucaroff, docente y narradora-. El concepto de lo privado y de lo público no se lee igual. El concepto de autonomía o independencia, tampoco." La novela de Drucaroff La patria de las mujeres (Marea) hace hincapié en esa contradicción: "Se les pide a las mujeres que se arriesguen y se sacrifiquen para armar una patria, y ellas lo hacen. ¿Pero para quién es esa patria?"
¿Cómo cuentan las mujeres, entonces, la historia argentina en sus novelas? Dice Ramos: "Desde la supervivencia. Hubo muchas mujeres heroínas que guerreaban al lado de sus maridos, sus parientes o con sus hijos. Ellas son mis musas, las que dan vida a mis personajes". A 200 años de la independencia cabría reivindicar entre la galería de héroes masculinos a las mujeres que, como se dice, hicieron patria en tiempos difíciles.
Entre lo público y lo privado
Esa atracción irresistible de conocer el costado secreto de los próceres
Silvia Miguens
Lupe
En una recreación del período fundacional del país, Miguens cuenta la relación que unió a María Guadalupe Cuenca con Mariano Moreno.
Graciela Ramos
Lágrimas de la revolución
Entre las sierras de Córdoba y Buenos Aires, los personajes se mueven entre partidarios de la Independencia y defensores de la Corona.
Gloria V. Casañas
Y porá
Casañas narra una historia serntimental que se recorta sobre el fondo violento y despiadado de la guerra de la Triple Alianza.
Elsa Drucaroff
La patria de las mujeres
La historia de un grupo de mujeres de Salta que, en las guerras de la independencia fueron fundamentales para el caudillo Güemes.
Fernanda Pérez
Las maldecidas
El hecho de la novela ocurrió en agosto de 1818 y tuvo consecuencias políticas. Una historia de amor y guerra en la tierra misionera.
María Rosa Lojo
La princesa federal
Un joven médico de familia federal llega a Europa con un cuaderno punzó para entrevistar en su exilio londinense a Manuela Rosas.
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