Muestras Pop Up para una era flexible
Propuestas que se adaptan al entorno de forma efímera en lugares no convencionales invitan a repensar los espacios que habitamos
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Un shopping, un hotel, un edificio corporativo, una playa, calle o sala de yoga: todo vale en estos días para alojar muestras Pop Up, esas que aparecen y desaparecen sin dejar rastros en lugares no convencionales, multiplicadas en una era que apela a la fluidez y la flexibilidad.
Con obras relacionadas con la celebración cierra hoy en un local de Patio Bullrich la trilogía de muestras curadas por Irene Gelfman, que permitieron expandir la visibilidad de las galerías participantes de la última edición de BAphoto. Una estrategia para atraer nuevos públicos que también fue aprovechada por arteba en 2018.
La tendencia se confirmó durante la reciente edición de Art Basel, cuando Miami volvió a expandir su oferta cultural durante una semana para recibir a unas 80.000 personas llegadas desde distintos continentes. Tras la pausa impuesta por la pandemia, varias propuestas ocuparon todo tipo de lugares en esta ciudad donde ya es habitual que se monten ferias y obras sobre la playa.
A la carpa de Untitled que reunió una vez más la oferta de galerías internacionales con vista al mar se sumaron sobre la costa del hotel Faena las monumentales instalaciones de Refik Anadol y la joven argentina Pilar Zeta, dos años después de que Leandro Erlich sorprendiera con un congestionamiento de autos en tamaño real que parecía hecho de arena.
Esta vez, Erlich creó un semáforo inflable que fue transportado por kayakistas para crear conciencia sobre el calentamiento global. Impulsado por The ReefLine, acompañó los icebergs de Carlos Betancourt que flotaron además en la pileta del Faena Hotel. Cerca de allí, sobre la calle 35, se creó un Skate-Able Object Park: una carrera de obstáculos desmontable para patinaje, de edición limitada, diseñada por el artista nigeriano-británico Yinka Ilori.
Puertas adentro también hubo sorpresas. The Gateway, un “laberinto inmersivo” montado por la plataforma nftnow y Christie’s, se alojó en el oscurecido piso de un edificio corporativo. Y en Miami Garage Yoga se exhibió Ritmos en la naturaleza, muestra curada por Victoria Giraudo con obras de los artistas argentinos Edo Costantini, Fernando Brizuela, Manuel Esnoz, Santiago Quesnel y Zoe Di Rienzo; fue presentada por Kolapse, “una conversación global para repensar el mundo” impulsada desde 2019 por el hijo del fundador del Malba.
Otra forma de convivir
Repensar los espacios que habitamos y las formas de convivir (incluso, con el arte) parece ser una urgencia contemporánea. En octubre Tomás Redrado presentó una muestra Pop Up en Miami con otro grupo de artistas argentinos en el One Thousand Museum. El edificio de condominios de lujo diseñado por la fallecida arquitecta Zaha Hadid, con habitantes famosos como David Beckham, se presenta en su sitio web como “la esencia de una fusión sin precedente de arte, arquitectura y diseño”.
Más modesto y horizontal, el Seven Seas Motel alojó durante la semana de Art Basel Together, plataforma experimental dirigida por la historiadora de arte cubana Direlia Lazo y destinada a fomentar “modos equitativos de hacer y pensar más allá del mercado del arte tradicional”
Más modesto y horizontal, el Seven Seas Motel alojó durante la semana de Art Basel Together, plataforma experimental dirigida por la historiadora de arte cubana Direlia Lazo y destinada a fomentar “modos equitativos de hacer y pensar más allá del mercado del arte tradicional”. Con la mirada centrada en América Latina, en esta primera edición hubo muestras en habitaciones curadas por galerías de varios países –incluida NVS, con base en Lisboa y dirigida por artistas argentinos–, instalaciones site-specific –entre las cuales se contó una de Osías Yanov–, música y venta de NFT con criptomoneda propia: $Tgthr.
Algo parecido ocurría en Buenos Aires hace 15 años, cuando se lanzó Soho Telo Muestra: el Grupo Town House y la editorial Arte al Día invitaron entonces a intervenir el albergue transitorio Yolly Bell, antes de que fuera demolido para construir en su lugar un moderno edificio. En 2008 hubo una segunda edición en el hotel alojamiento Pussy-Cats; entre las habitaciones más llamativas se contaba la intervenida por Febe Defelipe, que recreó el cuarto donde fue hallada muerta Marilyn Monroe.
Una década más tarde nacía Intemperie, proyecto federal gestionado por Constanza Chiappini y Gonzalo Maggi, que se propuso gestionar intervenciones efímeras site-specific en el espacio público y en lugares no convencionales. Los artistas de distintas provincias que conforman esta red, con stand propio en la última edición de arteba, se identifican con una estructura mutable: como una carpa que se adapta al entorno y está expuesta a condiciones incontrolables.
Con la misma flexibilidad se concibió HIT², proyecto fundado por Luz Hitters en Gran Bretaña, que promueve el intercambio cultural entre América Latina y Europa; el mes pasado presentó durante cinco días en Venecia una muestra Pop Up de Agustina Nuñez, con obras que invitan “a cuestionar las construcciones rígidas”. Una filosofía acorde a esta nueva era.
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