Mucho más que un cambio de pantalla
El futuro se construye a diario. LA NACION es aun en pandemia una usina de nuevos proyectos con los que buscamos anticiparnos a los cambios de hábitos de nuestros lectores. El contexto no nos paraliza. Todo lo contrario. Son días de ideas que se cristalizan con un rumbo claro y definido: dar en todas las plataformas el mejor periodismo. Para ello hay infinidad de cambios visibles para nuestros lectores y otros tantos que forman parte de los nuevos cimientos que exige la transformación de un medio que con 151 años de trayectoria busca construir sus próximos 151.
En 2020, sumamos nuevas áreas estratégicas en el funcionamiento de nuestra Redacción: científicos de datos (para analizar tendencias, profundidad y autores), especialistas en audiencias (para estudiar comportamientos y hábitos), profundizamos nuestra área de innovación y storytelling digitales (para contar distinto), potenciamos nuestro periodismo de datos (con un gran proyecto de la nueva agenda global que es LN Naturaleza) y repensamos la relación con nuestros suscriptores a través de la división de UX. Entendimos que un país dividido nos exigía buscar los estándares globales más elevados y tras un trabajo de más de un año logramos incorporar a LA NACION a The Trust Project. Un proyecto que tiene los más altos estándares de calidad y una selecta liga que constantemente nos exige mejorar. Un nuevo hito en la relación con nuestros lectores, en el que no solo les contamos el género de la noticia, la trayectoria del autor, sino también quiénes somos, cuáles son las fuentes y qué tipo de trabajo se realizó. El objetivo es claro: aportar a la construcción de la República, a los valores democráticos y a poner luz en aquellos lugares en los que hay oscuridad.
El 2021 se inicia con grandes y renovados hitos. Es así como ahora será la edición impresa la que cambia de pantalla. Pasaron ya cuatro años y poco menos de seis meses de aquel primer paso. Fue el 31 de octubre de 2016 cuando LA NACION dio el otro de tantos saltos históricos. “Nos movemos” fue la frase que acuñamos para renovar y cambiar el tamaño de la edición impresa de lunes a viernes. El propósito era claro: responder a los hábitos, las necesidades y las demandas de nuestros lectores en cada época. Así fue como llegó de lunes a viernes el formato compacto (41 centímetros de alto por 28 centímetros de ancho), mientras que los sábados y domingos se mantuvo el tradicional tamaño sábana. Ese hito, disruptivo y a la vez conservador –ir de a poco con sábados y domingos–, fue la mejor prueba de cómo la mayor comodidad podía producirse sin perder elegancia ni periodismo. Claro está, siempre es más cómodo quedarse quieto. Pero eso no está en nuestro ADN.
Ahora, como describen José Claudio Escribano y Jorge Fernández Díaz en estas páginas, es momento de despedir a “la sábana” y darle la bienvenida al “berlinés” también los fines de semana. El paso no es improvisado. Infinidad de relevamientos con nuestros lectores, la experiencia de los últimos años y una aceptación certera al modelo de lunes a viernes fueron factores decisivos. A su vez, un gran equipo de todas las secciones le dedicó tiempo, talento y foco para que su llegada sea con la misma mística que tiene en la actualidad. Tal como revela Ana Gueller, directora de Arte, la identidad y la juventud forman parte de esta alquimia. El nuevo formato impreso más fácil de manejar en lugares reducidos, que permite una recorrida visual más veloz por todas las secciones y temas, es una forma de adaptar el diario a los tiempos, hábitos y espacios de sus lectores. Y es también una excusa para sumar nuevos contenidos, columnistas y formatos.
Es así como la edición del domingo incorpora un nuevo suplemento: “El Berlinés”, nombre con el que se define al tamaño de la edición impresa y que resume la búsqueda que este suplemento trae.
Es así como la edición del domingo incorpora un nuevo suplemento: “El Berlinés”, nombre con el que se define al tamaño de la edición impresa y que resume la búsqueda que este suplemento trae. Allí habitarán nuevas firmas que acompañarán a las destacadas columnistas de nuestra redacción. Llega Luciana Vázquez con su Repregunta y entrevistas en profundidad. La talentosa periodista incorpora su particular manera de entrevistar en un nuevo formato multiplataforma; se suma Adriana Amado –una de las mejores analistas de medios y comunicación de estos tiempos– con su información sobre lo que viene; se incorpora cada 15 días Pola Oloixarac, quien con su “imposible de callar” y su sátira política hace de su pluma el tema de conversación de las redes sociales y de la Argentina cada vez que publica. Llega Ana Iparraguirre, una analista política que tiene otra mirada, y que logra profundizar ejes con una trayectoria de muchos años a nivel internacional.
A su vez, la historiadora Camila Perochena incorporará una serie de “presidentes y sus crisis” con la que trae a la pantalla color lo que sucedió en nuestra pendulante Argentina en blanco y negro. Carola Gil, a quien nuestros lectores reconocen por su presencia en TV, le pondrá su gracia y desfachatez a los “Charlotte Papers” con una lectura de la vida cotidiana en la que las historias mínimas se conviertan en textos de color que también aterricen en la edición del suplemento “berlinés”.
Los “A Fondo” que lideran Nicolás Cassese, Florencia Fernández Blanco y Pablo Loscri tendrán también su desembarco en la edición impresa de domingo, al igual que las historias que como género son furor en nuestra edición digital y con las que buscamos dar un poco de oxígeno en un país signado por las noticias difíciles. Pero hay más: investigaciones, reportajes y los grandes columnistas que se mantienen en extensión y espacio, y que como cada fin de semana hacen la diferencia.
El 2021 supone también otros grandes proyectos: LA NACION se incorpora al BBC 50\50 –un ambicioso proyecto vinculado a la economía de género del que próximamente contaremos más detalles–; sumamos una nueva área audiovisual digital para la que prevemos unos 23 formatos nuevos durante los próximos 12 meses, y desde marzo ya está en marcha la nueva programación de LN+ con gran respuesta de la audiencia. Una nueva edición impresa, una profunda transformación digital, una programación más que competitiva en TV y el liderazgo en suscripciones digitales y hasta en TikTok dentro de los medios locales, con una edad y estilo totalmente distintos, son solo algunos de los hitos que nos motivan y desafían para avanzar por más y mejor periodismo. Eso es lo que une al pasado con el futuro, y eso es LA NACION: mucho más que un cambio de pantalla.
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