Mondongo prepara el desembarco de su arte performático en el Colón
La dupla de Juliana Laffitte y Manuel Mendanha adelanta los "cuadros vivos" de Vacilación, que se verá en el subsuelo del teatro: será "un espejo de la violencia que vivimos"
"No, eso no se lo cuentes", dice ella. "¿Pero de qué va a escribir sino?", le retruca él. En su taller de la calle Gurrugacha, los Mondongo temen el tan mentado efecto spoiler. La pareja artística y de la vida que forman Juliana Laffitte y Manuel Mendanha tiene sobre la mesa la segunda versión de Vacilación, el proyecto que presentaron para una residencia en el Centro de Experimentación del Teatro Colón (CETC) a pedido de la directora de la ópera argentina, María Victoria Alcaraz.
La carpeta, a la que LA NACION accedió en exclusiva, incluye una serie de bocetos y planos donde se presentan las diferentes situaciones que se atravesarán a lo largo del enorme sótano de 420 metros cuadrados en esta instalación performática que los Mondongo definen a coro como "entrar en una pintura". Vacilación se estrenará en octubre y se podrá ver a lo largo de varios fines de semana.
Se pierde noción de la realidad en ese agujero negro donde los visitantes deambulan observando a una familia que cena en la oscuridad total con un collage de música concreta como referencia auditiva. Hay algo del siniestro dadá de David Lynch en este video que los Mondongo activan en una de las computadoras del estudio. Lo que vemos pertenece a una performance que Mondongo presentó en el espacio experimental Automat de Los Ángeles en 2018 con el nombre de What are we gonna say after hello? (¿Qué diremos después de hola?) donde los performers y las paredes se hacían visibles mediante el uso de hilos de luz fluorescente.
Esta misma escena, con modificaciones por el espacio, se verá en el CETC en uno de los cinco módulos en los que la pieza se divide. Ismael Pinkler, autor del collage sonoro de La cena, tendrá a su cargo todo el soundtrack de Vacilación y se baraja que trabaje con músicos del elenco estable en vivo. Parte de la propuesta de la residencia es que Mondongo disponga de los talleres del teatro para trabajar en la escenografía y en el vestuario. "Eso es lo más importante. Trabajar junto a ellos es un desafío enorme para nosotros", dicen.
La entrada a Vacilación será por grupos y una vez adentro los espectadores-participantes serán guiados para que la circulación fluya. La idea de una obra compuesta por diferentes pasajes que se atraviesan en grupos reducidos pone a Vacilación en la genealogía de La Menesunda de Marta Minujín y Ruben Santantonín estrenada en el Di Tella en 1965 con reedición en el Mamba en 2015 y futuro estreno internacional en el New Museum de Nueva York. Laffitte y Mendanha no creen que esta serie de "cuadros vivos" tenga relación con aquel laberinto lúdico.
Para Mendanha, la obra plantea un cuestionamiento sobre el carácter actual de la performance. "Performance se la llama hoy a toda una rama dentro del mundo del arte pero si te ponés a pensar en la historia de la humanidad, performance puede ser lo que hacía un chamán en una ceremonia o las fiestas que hacían los pintores de la corte. Leonardo, para una fiesta, hizo en Milán un león mecánico con una flor de lis pintada al que la gente se asomaba. Nos inspiramos un poco en eso para esta obra".
Alcaraz convocó a los Mondongo en agosto de 2018. "El Teatro Colón tiene una estrecha vinculación con las artes visuales. De Soldi y Kuitca a las fotografías de Aldo Sessa y el trabajo de Pujía. Sentí que esta generación tenía que tener un lugar y los elegí a ellos porque me interesa cómo trabajan la parte técnica y por su preciosismo contemporáneo", dice.
Vacilación mostrará versiones grotescas de Pinoccio -un personaje recurrente en la iconografía del dúo- marionetas, autómatas y a la cineasta Albertina Carri entre los actores y performers. Según Laffitte, el concepto de la pieza tiene que ver con que "el mundo vive en un estado de vacilación total". Mendanha apunta la casualidad de que la obra represente un cuarto oscuro en el mes de las próximas elecciones nacionales. "También queremos que se vea como un espejo de la naturalización de la violencia en la que estamos metidos", completa.
Con esta incursión en el sótano experimental del Colón, los Mondongo extienden su marca fuera del sistema de exhibición de las artes visuales. Vienen de firmar un libro de dibujos con el escritor Sergio Bizzio y Miedo, una suerte de recital multimedia junto con el trovador catalán Albert Plá.
En 2019, Mondongo cumple veinte años y lo festejan con este salto al vacío mientras sus pinturas y collages se muestran y venden mucho mejor en el mundo que en Argentina.
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