Mon Laferte: polémica en Chile por el lugar “privilegiado” que se le concede a la cantante para exponer sus obras de arte
Nuevamente, la muestra “Te amo, Mon Laferte Visual” se exhibe en un centro cultural con financiamiento del Estado; la cantante y pintora se defendió en redes sociales: “Yo no fui a la universidad y no tengo título de artista ni de catedrática ni de ná”, posteó
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Después de que más de quinientos artistas y trabajadores de las artes visuales de Chile denunciaran en una carta pública la “precarización en la cultura” por parte del gobierno de Gabriel Boric y la “injusta desvinculación” del programador Alonso Yáñez Avendaño del Centro Cultural Parque Cultural de Valparaíso (PCdV), la cantante y artista chilena Mon Laferte -que desde mediados de enero expone en ese centro cultural sus pinturas y textiles en la muestra Te amo, Mon Laferte Visual- hizo un descargo público en Instagram y en X en el que cuenta que fue violada a los siete años, que en su juventud fue abusada, que tuvo cáncer de tiroides y que no anda “queriendo ocupar el espacio de nadie”. La muestra se había exhibido a inicios de 2023 en Santiago de Chile, en el Centro Cultural Gabriela Mistral que, como el PCdV, es un centro cultural con financiamiento público.
En su escrito, donde invoca al escritor y performer chileno Pedro Lemebel y a la cantante y artista chilena Violeta Parra, y revela que hizo más de mil pinturas, no se refiere al despido de Yáñez Avendaño. El programador había dicho que, para exhibir la muestra de Laferte en el PCdV, se habían desplazado exposiciones de otros artistas. “Este trato desigual evidencia una gestión que prioriza la conveniencia política y mediática por sobre el compromiso real con el arte y la cultura”, se lee en un pasaje de la carta pública.

“Yo no fui a la universidad y no tengo título de artista ni de catedrática ni de ná, pero la necesidad te enseña a ser más creativa, arreglártelas y a no pedir permiso”, se defiende Laferte en redes sociales. “He sido una mujer muy triste, realmente muy triste y lo único que sé hacer es trabajar ¿pero saben también hice durante todo este tiempo? Yo pinté y pinté y pinté y bordé y lloré mientras pintaba, mientras la música me daba pa comer, la pintura me salvaba de toda la mierda que tuve que pasar”, confiesa. En Instagram tiene casi cinco millones de seguidores.
¿Cómo se gana una el derecho de llamarse artista?
— Mon Laferte (@monlaferte) February 19, 2025
¿Naces, te haces, lo compras?
Yo no fui a la universidad y no tengo título de artista ni de catedrática ni de ná, pero la necesidad te enseña a ser mas creativa, arreglártelas y a no pedir permiso
¿se imaginan hubiera pedido… pic.twitter.com/c4gCF8z8ip
La exhibición itinerante -con curaduría de la chilena Beatriz Bustos Oyanedel y coproducción de Teatro a Mil- propone un recorrido por la vida de la artista nacida en Viña del Mar en 1983, y por su trayectoria como compositora y cantante mediante objetos personales como vestidos usados en premiaciones, como el que lució en el Festival de Viña del Mar de 2017 o el traje negro bordado por artesanas mexicanas que usó en la entrega de los Premios Grammy en 2021. En otra sala, se exponen series de retratos de niñas, mujeres indígenas y mujeres privadas de la libertad, muchos de aires y colores “kahlianos” o “kusamescos” (algunos con la leyenda “puta”; otros, con la frase “te amo”); dibujos de “verdugos” en blanco y negro, poemas ilustrados, videos (Laferte se ocupa de la dirección de arte), bordados y obras tridimensionales. Algunas de las obras son “piezas colaborativas” con artesanas de comunidades indígenas. “Toda su vida es una pulsión creadora”, dijo la curadora que contó que Laferte tiene poemarios inéditos.

Por el éxito de convocatoria, la muestra se extendió hasta el 16 de marzo. Laferte ha sido muy crítica de las políticas del gobierno de Sebastián Piñera y en las obras se trasluce, además del imaginario artístico, su compromiso social.
“¿Cómo se gana una el derecho de llamarse artista? ¿Naces, te haces, lo compras? Yo no fui a la universidad y no tengo título de artista ni de catedrática ni de ná, pero la necesidad te enseña a ser mas creativa, arreglártelas y a no pedir permiso ¿se imaginan hubiera pedido permiso? Yo estaría muerta”, afirma Laferte. “Fui violada a los 7 años, a los 11 empecé a tomar, fumar cigarro y consumir marihuana, probé la pasta base a los 13, estudié en la D. 320, almorzaba en la escuela y solo llegué a octavo básico. Empecé a trabajar a los 13 años y desde esa edad hasta los 18 fui abusada por un tipo 20 años mayor que yo, quien me vendía como mi manager; él se quedaba con la mitad de la plata”. El relato de su historia de vida prosigue.
Recuerda que en su país fue abusada en la televisión por un productor musical antes de emigrar a México. “Me besaron a la fuerza varias veces y me trataron de puta sin talento, me la creí y aguanté por necesidad, pero finalmente tuve el valor y me fui. Con 23 años y 4 palos que había juntado me fui a México, sin pitutos, sola con ganas de salir adelante. Cuando llegué a México me tocaron los años más difíciles del crimen organizado, salí escapando un par de veces de algún antro en Veracruz, canté covers en bares durante 8 años. Ganaba 300 lukas al mes. Con eso a veces le podía mandar plata a mi familia en Chile”, evoca.
“Tengo 8 discos publicados, mas de mil obras como artista plástica, pero hasta el día de hoy me siento como una intrusa -admite en Instagram-. Es verdad que hoy tengo un lugar privilegiado, me volví una burguesa, una nueva rica y sé que no pertenezco y nunca voy a pertenecer porque yo siempre voy a ser una flaite [chilenismo denostativo] y ahora una flaite famosa. Entonces pienso, yo jamás podría haberme formado en ese cola imaginaria porque antes de mí estaban los académicos, los que sí saben pintar ¿y saben? yo les encuentro razón de todo lo que dicen de mí, yo a veces dudo y dudo de todo lo que hago, a veces pienso que todo mi arte es una mierda, y no solo dudo como artista, dudo de mí también como mamá, dudo de todo porque siempre me dijeron que no valía y yo me la creí. Pero avanzo igual, porque lo único que sé hacer es trabajar y amar, amar el arte como lo único que me ha salvado la vida”.
Antes de concluir, menciona a dos artistas chilenos de renombre internacional. “Yo no tengo nada que perder, todo para mí ha sido ganancia porque yo le gané a la vida. Quiero que sepan que con humildad comparto mi arte, lo hago con el respeto que merece mi oficio. No soy mejor que nadie, el arte es subjetivo dicen, pero todo lo que yo hago me sale de los ovarios, de lo más primitivo. Yo soy un animal, una tora, una yegua como Lemebel. Siéntate en el piano, destruye la métrica, grita en vez de cantar, decía la Violeta. Yo no ando queriendo ocupar el espacio de nadie, pero tampoco voy a andar disculpándome por ocupar el mío. Aquí tienen mi historia y ¿saben qué? si esto se trata de meritocracia, entonces yo me lo merezco todo”.
“Tuve cáncer de tiroides. Me operaron en el sistema público de salud, quedé con una parálisis facial y no pude mover el lado derecho de mi cuerpo por dos meses -revela Laferte-. […] A los 31 años llegó mi éxito masivo en la música con un disco como artista independiente, antes de eso tuve dos discos. Toqué cientos de puertas, viví en sillones, en casas de putas, me cagué de hambre. Tuve depresión, me intenté matar dos veces, he sido alcohólica, me tuvieron que dar comida en la boca por los temblores de la abstinencia, no podía ni vestirme sola. [...] He sido una mujer muy triste, realmente muy triste y lo único que sé hacer es trabajar ¿pero saben también hice durante todo este tiempo? Yo pinté y pinté y pinté y bordé y lloré mientras pintaba, mientras la música me daba pa comer, la pintura me salvaba de toda la mierda que tuve que pasar. Fui a un museo por primera vez en México a los 30 años, antes de eso no conocía nada de ese mundo, yo lo veía lejos, sentía que no pertenecía”.
Una política cultural con “lógicas del espectáculo”
Sin embargo, en la carta de los artistas y trabajadores de artes visuales chilenos no se critica la vida ni la obra de la cantante y artista visual (si bien se indica que es una figura del espectáculo “mimada” por el oficialismo) sino la política cultural del gobierno de Boric (“manejada bajo lógicas del espectáculo o conveniencia política”) y el despido de un programador que había dicho que para exhibir la obra de Laferte se había levantado otra que ya estaba prevista en el calendario de exposiciones. Tampoco se le exigen credenciales ni “carnet de artista”.

“Denunciamos que su desvinculación responde, en parte, a su firme defensa de los acuerdos pactados con los artistas seleccionados para exponer en el PCdV -se lee en la carta-. En reiteradas ocasiones, Alonso exigió que se respetaran las fechas programadas y los tiempos de exposición comprometidos. Sin embargo, hemos sido testigos de cómo estos acuerdos han sido vulnerados cuando figuras del espectáculo, como Mon Laferte, han sido privilegiadas en la programación del espacio, desplazando a artistas previamente programados y reduciendo los plazos de exhibición de sus obras”.
El presidente chileno y la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Carolina Arredondo Marzán, asistieron a la inauguración de la muestra de la cantante y artista en Valparaíso a mediados de enero.
La reconocida artista chilena Voluspa Jarpa intervino en el debate a favor de la cantante. “Si en realidad querían señalar que el sector de las artes visuales es precarizado, poco profesional, incierto, no creo que esta fuera la vía -reflexiona-. Muchos de los argumentos devuelven peligrosamente el debate a las diferencias entre la alta cultura (en este caso los artistas que están en una fila nacional) y la cultura popular (en este caso una artista que viniendo de un origen popular y dando cuenta de aspectos de este, no puede ser reconocida por esto porque ahora es famosa, tiene dinero y está fuera de Chile)”. Y se pregunta: “¿A qué otro artista ‘amateur’ vamos a expulsar la próxima vez para sostener una jerarquía y fila imaginaria? Los famosos, las famosas, los que vienen de otros mundos, los artesanos, los pobres, los ricos, los blancos, los viejos, los muy jóvenes, ¿los que no han sufrido lo suficiente? Sé que esto está mal argumentado, porque por sobre todas las cosas el arte es un espacio de libertad y encuentro de diversidades, y siendo así caben todas”, admite. Para Jarpa, polémicas como esta “exudan sufrimiento, precarización, resentimiento y mucho localismo ensimismado”.

El escritor y periodista chileno Óscar Contardo no coincide con Jarpa. “Esta no es una discusión sobre una artista y su obra en particular; es una discusión y un debate sobre la relación que tienen las instituciones con los artistas visuales -dice a LA NACION-. Que se imponga una exposición a través de una productora poderosa y que eso signifique pasar por encima del programador de la institución es grave. Que esa exposición además signifique pagar entrada (cinco dólares) también es discutible, sobre todo porque es un espacio financiado con fondos públicos cuya misión es muy clara en ese sentido. Se ha desvirtuado un debate legítimo como si fuera un ataque personal. No lo es”.
Para Contardo, se trata de “un abuso de poder de parte de la productora”. “Y el hecho de que tenga al Presidente y a la ministra de cultura en la inauguración es una demostración de poder. No recuerdo otra exposición de un artista menor de 50 años que tuviera ese privilegio”, concluye.
Las autoridades del PCdV también defendieron a Laferte. “Lamentamos que desde algunos sectores se intente afectar la imagen de una artista tan destacada como Mon Laferte; una creadora que no solo valoramos, sino que hemos declarado nuestra Embajadora Cultural para el mundo”, señala la declaración del centro cultural financiado por el Estado chileno. “Reiteramos nuestro reconocimiento a su obra y nuestro compromiso con todos los artistas nacionales que requieren apoyo constante para visibilizar sus obras y aportar al país desde un ámbito tan relevante como la cultura y a quienes hemos albergado y seguiremos apoyando con la misma convicción de siempre”, remarca. Miles de personas visitaron la muestra en Valparaíso.
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