Misión urgente para traductores literarios: acercar las voces de Ucrania a Occidente
Está en marcha un “esfuerzo de guerra” para traducir de inmediato las obras de novelistas, poetas e historiadores ucranianos, un proyecto tanto político como cultural
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A fines del mes pasado, cuando las fuerzas rusas atravesaron las fronteras de Ucrania, la traductora Kate Tsurkan posteó un urgente pedido de ayuda en las redes sociales. Tsurkan vive en Chernivtsi, en el oeste de Ucrania, y quería que los lectores del mundo pudieran hacerse una idea de lo que están viviendo los ciudadanos ucranianos comunes, y también contradecir la afirmación del presidente Vladimir Putin de que Ucrania y Rusia “son un solo pueblo”, destacando los rasgos distintivos de la tradición lingüística y literaria de Ucrania. Lo que necesitaba, dijo Tsurkan, era traducir al inglés las obras de escritores ucranianos: buscaba traductores.
La respuesta fue inmediata y abrumadora: le empezaron a llover mensajes de traductores y autores como Jennifer Croft, Uilleam Blacker y Tetyana Denford, y de editores interesados en pulir y publicar los textos. La guerra fue escalando y la iniciativa fue creciendo a la par. En pocos días ya se había armado un grupo de esmerados traductores literarios —que a veces se pasan años trabajando en libros para pequeñas editoriales universitarias— abocados a traducir a toda velocidad los ensayos, poemas y partes de guerra que les iban llegando.
“Tenemos que hacer oír las voces ucranianas ya mismo”, dice Tsurkan, directora adjunta de la Agencia Tompkins de Literatura Ucraniana en Traducción (TAULT), una organización sin fines de lucro. Volcar los matices de los ensayos y textos ucranianos sobre la guerra para los lectores angloparlantes es un proyecto a la vez político y cultural, tal como señalan varios autores ucranianos y traductores al inglés.
Como parte de su justificación para invadir, Putin ha dicho que se propone “liberar” las áreas culturalmente rusas del dominio ucraniano. Al difundir el vibrante patrimonio literario y lingüístico ucraniano, los traductores buscan enfatizar las particularidades que diferencian a Ucrania de Rusia, y alertar sobre un rico paisaje cultural que podría perderse bajo la ocupación de las fuerzas de un líder autoritario.
“En tiempos de agitación histórica, la traducción cobra especial importancia”, dice desde Leópolis el poeta y traductor ucraniano Ostap Slyvynsky. “En esta última década finalmente aprendimos a contarle al mundo sobre nosotros mismos, en contraposición a la antigua propaganda soviética y actual propaganda rusa. El mundo finalmente puso sus ojos en Ucrania y empezó a conocernos un poco.”
La iniciativa para traducir rápidamente el trabajo de los escritores ucranianos puso en marcha una improvisada campaña entre la pequeño y muy unida comunidad de traductores literarios del idioma ucraniano. Gran parte de sus intercambios se dan en grupos de chat, redes sociales y documentos compartidos online.
“Hay gente atrapada en medio de un bombardeo para quien es muy importante sentirse escuchada”, dice Boris Dralyuk, editor en jefe del Los Angeles Review of Books y traductor de autores rusos y ucranianos, que en estos días se ha dedicado a editar y publicar despachos de guerra y poesía de Ucrania. “Enterarse de lo que piensan esas personas ayuda a entender la dimensión humana de esa experiencia.”
Para Dralyuk, quien creció en Odessa, dar visibilidad a los escritores ucranianos en las publicaciones masivas —y no solo en inhallables ediciones académicas—, no solo es urgente, sino una deuda pendiente. En realidad, la agresión militar de Rusia contra Ucrania está ocurriendo en continuado desde que Putin anexó Crimea en 2014, y Dralyuk dice que ya existe un sólido corpus de reciente literatura de guerra, pero que ha recibido muy poca atención.
Esos ocho años de agresión rusa llevó a algunos prominentes escritores ucranianos, como el poeta Boris Khersonsky y la novelista Olena Stiazhkina, que anteriormente habían escrito en ruso, a abandonar definitivamente ese idioma y a escribir exclusivamente en ucraniano, como una declaración política y literaria.
“La lucha ha sido larga para lograr que Ucrania establezca y recupere su identidad, tanto política como culturalmente”, dice Dralyuk. “Es muy enriquecedor que las voces en ucraniano ya no sean marginadas y hayan pasado al centro de la escena.”
Pero a medida que Ucrania se fue sumiendo en la violencia y el caos, el laborioso proceso de encargar y traducir esos textos se ha vuelto aún más difícil. Algunos de los autores viven en ciudades bombardeadas y las tropas terrestres se acercan peligrosamente. Otros se han alistado en las fuerzas de defensa territorial de Ucrania o se ofrecen como voluntarios para ayudar a albergar y alimentar a los refugiados.
Para agilizar la iniciativa, Zenia Tompkins, que fundó TAULT en 2019, contactó a Tsurkan y juntas pusieron en marcha la “Operación Ucrania”. Tsurkan lanzó una convocatoria a escritores ucranianos y publicó otro mensaje en inglés para reclutar más traductores. La agencia TAULT tiene 10 traductores especializados en ucraniano, y la lista de autores con los que trabaja ha crecido rápidamente hasta más de 100 escritores de toda Ucrania.
“Ahora el mayor problema es la disponibilidad de traductores”, dice Tompkins. Tan solo esta semana, la “Operación Ucrania” de TAULT ha producido varias traducciones nuevas de autores ucranianos muy conocidos, incluido un ensayo sobre el conflicto de Ostap Ucraniats, que fue traducido por Daisy Gibbons, radicada en Londres, y publicado en el Los Angeles Review of Books; un ensayo del poeta y dramaturgo Lyuba Yakimchuk sobre el poder catártico del lenguaje obsceno en tiempos de guerra publicado en The New Statesman; y una furibunda crónica de guerra desde Kiev escrita por Olena Stiazhkina, traducida por Ali Kinsella y publicada en Guernica.
Tault también está contratando traductores para armar rápidamente una antología de unos 20 destacados autores ucranianos, cuya publicación en Estados Unidos está prevista para dentro de unos meses por editorial Deep Vellum Press. Las ganancias de la antología, titulada El amor desafía al dolor: historias ucranianas, serán destinados a ayuda humanitaria para los afectados por la guerra.
Otros medios y organizaciones literarias también están respondiendo a la crisis brindando una plataforma a los autores ucranianos.
La semana pasada, PEN América, una organización literaria y de libertad de expresión, realizó un foro en línea con varios escritores ucranianos, entre ellos Andrey Kurkov, presidente de PEN Ucrania. La novela de Kurkov, Grey Bees, que se tradujo y publicó recientemente en inglés, está ambientada en la región del Donbass, en el este de Ucrania, y transcurre en el contexto del largo conflicto entre los separatistas respaldados por Rusia y las fuerzas ucranianas.
Kurkov dijo que conocía a varios escritores que se habían unido al ejército y otros que se ofrecían como voluntarios para ayudar a distribuir alimentos y suplir otras necesidades. “Nuestra sociedad está aprendiendo a vivir y sobrevivir en tiempos de guerra”, dijo Kurkov en el evento online. “Todos estamos enfocados en ayudar”.
(Traducción de Jaime Arrambide)
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