Milán se rinde ante la magia de Leandro Erlich, un artista conceptual en el reino de la percepción
A partir de mañana podrán verse en el Palazzo Reale diecinueve obras emblemáticas del reconocido artista argentino famoso por sus impactantes instalaciones
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ROMA.- Milán se rinde a la magia de Leandro Erlich, arquitecto de lo incierto. A partir de mañana y hasta el 4 de octubre, el Palazzo Reale exhibirá diecinueve obras emblemáticas del reconocido artista argentino famoso por sus impactantes instalaciones, en una amplia exposición monográfica titulada Leandro Erlich. Oltre la soglia (más allá del umbral), promovida por la Comuna de Milán y producida y organizada por el Palazzo Reale y Arthemisia, en colaboración con el Estudio Erlich.
Curada por Francesco Stocchi, la muestra “sistematiza” por primera vez en Europa, en un único espacio, el trabajo de Erlich –nacido en Buenos Aires hace 50 años-, a través de sus trabajos más icónicos y conocidos, que tienden a dar vuelta la arquitectura de lo cotidiano para mostrar el rostro de los visitantes, en un diálogo entre lo universal y lo más personal.
Donde lo posible se vuelve imposible
“Erlich nos lleva a un más allá mágico, donde lo posible se vuelve imposible, pero que sorprende y emociona gracias a un gran sentido estético y a una poesía fuertemente intrínseca. El resultado es explosivo, divertido, apasionante, inolvidable”, subrayó Stocchi. “Palacios en los que uno se trepa virtualmente, casas desarraigadas y suspendidas en el aire, ascensores que no llevan a ninguna parte, escaleras mecánicas enredadas como madejas de hilos, esculturas surrealistas, videos que subvierten la normalidad”, agregó, así, esos elementos que relatan algo de ordinario en un contexto extraordinario, donde todo es distinto a lo que parece, donde se pierde el sentido de la realidad y la percepción del espacio.
“Me gusta presentarme como un artista conceptual que trabaja en el reino de lo real y de la percepción. Mi sujeto es la realidad, los símbolos y el potencial significado. Me comprometo a crear un cuerpo de obras –sobre todo en la esfera pública-, que se abra a la imaginación, subvierta la normalidad, repiense la representación y proponga acciones que construyan y deconstruyan situaciones para dar vuelta la realidad”, explicó el artista, que vive y trabaja entre París, Buenos Aires y Montevideo.
La muestra comienza en el magnífico patio del Palazzo Reale, donde enseguida sorprende la monumental instalación site-specific Bâtiment, creada en 2004 para la Nuit Blanche de París. Desde entonces, la obra fue presentándose en todo el mundo, adaptándose a las características de la arquitectura local. El mecanismo expositivo es el mismo: apoyada sobre el piso en forma horizontal se posiciona la reproducción de la fachada de un edificio. Los visitantes pueden colgarse virtualnente a las decoraciones y un gran espejo inclinado a 45 grados refleka la imagen del piso sobre un plano vertical, dando la ilusión de una fachada verdadera y la sensación de que la ley de gravedad ya no exista.
Las intalaciones siguen adentro del palazzo con Elevator Pitch (2011) que evoca esos escenarios fantásticos de un cuento de Jorge Luis Borges; Window Captive Reflection (2013); The Cloud (2018); Rain (1999); Port of reflections (2014), Night Flight (2015), El Avión (2011); Ascensor (1995) Lifted Lift (2019); Global Express (2011), Lost Garden (2013), Changing (2008); Staircase (2005); Subway (2009); Traffic jam - Order of importance (2018), Classroom (2017) y Hair salon (2017).
“Es un recorrido complejo. Hay trabajos realizados hace 20 años y otros hechos este año y, aunque no estaban previstos como colección unitaria siento un hilo que conecta todas las obras”, dijo Erlich en la inauguración. “Reflejan mi búsqueda y mi preocupación en el arte, aunque después es difícil hacer una biopsia de mi recorrido, que sin dudas está conectado con el cine y la literatura, empezando por Borges”, explicó.
Stocchi, su curador, hizo hincapié, por su parte, en el hecho de que junto a los espejos y la luz, “el público es materia básica” de las obras de Erlich. “El público hace el 50% de la obra: la magia del arte es justamente su carácter subjetivo y por eso su significado cambia en el tiempo”, coincidió el artista.