“Mientras los occidentales se guían por barómetros de mercado, el coleccionismo de Oriente es más sincero y viene del alma”
Pablo del Val, director artístico de la feria Art Dubai, hace un contrapunto entre los escenarios existentes a los dos lados del mundo
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DUBAI.- Hombres con túnicas y mujeres con abayas -que llevan sobre la ropa, hasta los pies, algunas con ribetes dorados y pedrería-, velos y carteras de primerísimas marcas caminan entre los 130 stands que integran Art Dubai. Es el recorrido para invitados especiales a la feria en Madinat Jumeirah, Dubai, que abrirá sus puertas hoy, con un centenar de expositores de más de 40 países.
Participan en esta edición las galerías porteñas Ruth Benzacar, que llevó obras de Tomás Saraceno, Pablo Siquier y Marina De Caro, y Piedras, con piezas de Santiago Gasquet, Carla Grunauer y Teresa Giarcovich. Ambas se encuentran en el sector principal Art Dubai. Organizada en cuatro secciones (Contemporánea, Moderna, Bawwaba y Art Dubai Digital), la 16ª edición de la feria se celebra bajo el patrocinio de Su Alteza el Jeque Mohammed bin Rashid Al Maktoum, Vicepresidente y Primer Ministro de los Emiratos Árabes Unidos y Gobernante de Dubai.
El predio se encuentra cerca de Palm Jumeirah, un archipiélago artificial que alberga hoteles de lujo, playas vírgenes y residencias privadas y que, desde el aire, se asemeja a una palmera estilizada dentro de un círculo. Construida sobre la arena, Dubai, uno de los siete emiratos de los EAU, es una ciudad de arquitectura descomunal que deja sin aliento y parece exudar arte o tenerlo en su ADN. Como si fuera poco, en 2017 inauguró su propio museo Louvre con piezas históricas invaluables, posicionándose como una ciudad de turismo cultural que recibe visitantes de todo el mundo.
“El coleccionismo de Oriente es mucho más joven y mucho más fresco. No se trata de un coleccionismo que viene con la lista de las diez cosas que las revistas especializadas recomiendan”.
Convertida ahora en un moderno centro financiero, Dubai es la ciudad más poblada de Emiratos Árabes Unidos (EAU) y está flanqueada por el mar, por un lado, y por una alfombra de arena aparentemente interminable por el otro.
Todo es monumental e hipnótico: el Burj Khalifa es el edificio más alto del mundo (de 828 metros); además cuenta con el único hotel de siete estrellas, las fuentes danzantes y el centro comercial más grandes. Y la lista sigue en esta ciudad con mayor cantidad de rascacielos del planeta. Esta brillante metrópolis urbana tiene entre sus edificios descomunales el Dubai Frame, inaugurado en enero de 2018 en El Parque Zabeel y diseñado por el arquitecto Fernando Donis. Se trata de un marco de 150 metros de altura que permite ver la arquitectura de Dubai. El edificio se considera un puente metafórico entre el presente y el pasado de la ciudad.
También cerca, siguen los récords en materia de arte y cultura. El jeque Hamad ben Yasem ben Yaber Al Zani, exprimer ministro y excanciller de Qatar, adquirió en 2015 en Christie’s Nueva York Las mujeres de Argel, de Pablo Picasso, por 179 millones de dólares, la obra de arte más cara de la historia vendida en un remate público hasta ese momento. Pero si hay una puja significativa en la que Oriente fue protagonista se trata de la compra de Salvator Mundi, atribuido a Leonardo Da Vinci, el cuadro más valioso hasta hoy. En 2017, tras una larga puja en la misma casa de subastas fue comprado en 450, 3 millones de dólares por Mohamed Ben Salmane, príncipe heredero de Arabia Saudita. Aquel remate conmocionó al mercado del arte. Además, la obra, que nunca fue exhibida en público, se convirtió en una verdadera incógnita respecto a su autoría y al lugar donde se encuentra. En 2019, el vendedor de arte Kenny Schachter consignó en el sitio web de Artnews que la pintura se guardaba en el gigantesco yate del heredero a la corona saudita.
El director artístico de Art Dubai, Pablo del Val (Madrid, 1964), con experiencia como gestor cultural, curador y director de galerías de arte, recalca el importante papel que desempeña esta feria en “la presentación y el apoyo de los ecosistemas culturales del Sur Global”, que incluye a todas las geografías a Oriente Medio, África, Asia Meridional, el Sudeste Asiático, India, Pakistán y países emergentes, como es el caso de Argentina.
En diálogo con LA NACION, el español analiza las características del mercado de arte contemporáneo de Oriente y de Occidente, que encarnan, señala, dos parámetros bien diferentes. “Cuando hablamos de coleccionismo en Occidente está basado en la historia judeo-cristiana y en ciertas verdades y estéticas asociadas a su historia. Lo que se produce en esta parte del mundo tiene otras bases”, dice el especialista que vive entre la capital española y Dubai. Y agrega: “Los coleccionistas encuentran fascinante enfrentarse a propuestas que rompen su zona de confort. Porque estéticamente tienen otros formatos, conceptualmente miran otras realidades y porque hay otras verdades que dominan ese discurso: no son las verdades del arte de Occidente”.
En esa diferencia entre ambos mercados, Del Val señala que “mientras los occidentales se guían por barómetros de mercado; el coleccionismo de Oriente es más sincero y viene del alma”. No cuentan tanto los estándares del mainstream: “Si a un coleccionista de esta parte del mundo, una galería le cuenta que el artista va a tener no sé cuántas bienales, que en su currículum patatín patatá, se aburre y se va”. Y añade: “Lo que realmente quiere es meterse en el universo y en la historia del artista. Si una galería cuenta la historia que hay detrás de una manera atractiva, la venta está cerrada. Aquí no importa si va a Documenta, si va a la Bienal de Venecia: ese no es un argumento”. Una de las causas de esa diferencia radica, apunta, en que son muy diferentes los parámetros: “El coleccionismo de Oriente es un coleccionismo mucho más joven y mucho más fresco. No viene con la lista de las diez cosas que las revistas especializadas recomiendan”.
Esta edición de la feria cuenta con mayor participación de galerías africanas y del sur de Asia, y más galerías y artistas expositores de Dubai que en otras ediciones. Hay piezas de los principales artistas de la región y participantes de los seis continentes. Hay galerías de Londres, Nueva York, Venecia, Madrid, París, Bérgamo, Venecia, Viena. Entre los pesos pesados, están Perrotin y Continua.
“Mi mayor héroe es Borges”
Art Dubai también presenta una sección de arte digital donde se puede comprar con criptomonedas. Se exhibe una obra nunca antes vista de Refik Anadol, artista aclamado internacionalmente, que presentó en 2022 una monumental escultura mutante de arte digital NFT en el Teatro Colón. “Mi mayor héroe es Jorge Luis Borges: “La biblioteca de Babel inspiró la mayoría de mis obras”, señala ahora en diálogo con LA NACION.
Esta edición incluye desde activaciones artísticas hasta presentaciones en vivo, charlas (se destacan los debates críticos que mantendrán Oriente Medio y el Norte de África sobre las tendencias actuales del coleccionismo en la región y la descolonización de nuestro canon histórico-artístico), y una serie de diez nuevas obras de performance que incluyen propuestas gastronómicas encargadas a artistas de todo el sur de Asia. La sección Bawwaba, que significa puerta de entrada en árabe, pone el foco en obras del Sur Global poco representado.
En cuanto a las diferencias entre el arte contemporáneo de Occidente y de Oriente, Del Val señala que hay una cosmovisión diferente entre ambas. “Una de las diferencias es toda la poesía que hay en esta parte del mundo –incluyendo también el sudoeste asiático—. Se habla del conflicto de una manera totalmente diferente: menos obvia, menos en la cara. Todo gira en torno a capas, capas y capas. Porque eso se asocia a cómo tú eres culturalmente o cómo la cultura en la que tú vives está desarrollada. La forma en la que los artistas indios enfocan problemáticas específicas de una comunidad, me recuerda mucho a Latinoamérica, esa poesía surrealista que hay detrás: tenés que pelar la cebolla para llegar finalmente al mensaje”.
“Hay también una utilización de recursos y de conceptos muy similares sobre migración y sobre desplazamientos, que son básicas para entender la realidad latinoamericana –señala—. Estamos hablando de historias paralelas entre lo que ocurre en América Latina y Medio Oriente. Con grandes diferencias, pero estamos hablando de colonias”.
A la par del arte digital, la pintura copa la escena de la feria poniendo el foco en la condición humana, en los límites y desafíos vitales. Lo hacen con distintos abordajes. Miryam Haddad expone en el stand de la galería parisina Art: Concept. Nacida en Damasco en 1991, Haddad, quien vive actualmente en París, aborda clásicos de la literatura como la Odisea de Homero. Su obra tiene referencias la experiencia de la diáspora.
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