Menos regalos para los maestros, reflejo de una relación conflictiva
Los docentes se quejan de la indiferencia y la falta de reconocimiento de los padres
Son la mínima expresión de aquellos costosos obsequios que hicieron historia. Quizá sean los últimos testimonios de una costumbre que se extingue, aunque, a veces, ya ni son. Los regalos con los que alumnos y padres agasajan a los maestros en su día son una clara señal de cómo cambiaron los tiempos.
No se trata de una valoración económica. La escasez de presentes tiene un dejo de sabor a desvalorización, a desinterés. Y resulta un síntoma de que las cosas no andan bien.
"No pasa por el valor económico de los regalos, sino porque son comprados con indiferencia, no por parte de los chicos, sino de los adultos", lamentó Marcela Silverio, maestra de la Escuela Nº 25 del Distrito N° 6, de Boedo.
"Tampoco importa si solamente regalan un caramelo, pero acompañado con una notita escrita con amor. Lo que yo veo es que los padres no los guían. ¡Si hasta han traído regalos que se nota que han sido envueltos por los mismos chicos! La sociedad en su conjunto no valora a los maestros; los padres, tampoco, y demuestran indiferencia hacia sus propios hijos con esa falta de detalles", agregó la maestra.
"Algunos docentes nos contaron que ya los chicos no regalan nada y la fecha tampoco figuraba entre las tantas del calendario comercial. Ahí nos preguntamos qué se rompió, dónde se quebró el reconocimiento social de los maestros que hacen que los padres no les den un regalo", explicó el presidente de la Fundación Centro de Estudios en Políticas Públicas (CEPP), Gustavo Iaies, a La Nacion.
A 121 años de la muerte de Domingo Faustino Sarmiento, hay un dato que no resulta nuevo: la figura del maestro, antes incuestionada, hoy está en problemas. "Hay un nuevo fenómeno: las maestras van corriendo de escuela en escuela. No llegan a interiorizarse de lo que le pasa a cada alumno y los chicos tampoco se enganchan con ellas", dijo Alejandra, cuya hija cursa cuarto grado.
"Hay una pelea entre maestros y padres –reveló Iaies–. Los docentes descalifican a los padres porque ya no garantizan las mínimas cosas, como que los chicos duerman ocho horas, que tengan el hábito de estar sentados 40 minutos o se bañen. Y, por otro lado, los padres creen que el principal problema de la educación son los maestros."
Reproches cruzados
Según los últimos datos del Barómetro de la Deuda Social, de la Universidad Católica Argentina, desde la perspectiva de los adultos, los principales problemas de la educación que afectan a los niños y adolescentes son el ausentismo de los docentes, la indisciplina escolar, la violencia, la falta de autoridad y de normas, la ausencia de exigencias y evaluación, y la carencia de preparación de los maestros.
Atrás quedaron las épocas de opulencia. Estaba el regalo colectivo, más los regalitos individuales. Y muchas veces, hasta regalos de alumnos de años anteriores. "Recuerdo que un año me regalaron una multiprocesadora; otro año, un piloto con botas y paraguas al tono, carteras de cuero... Lo triste es que ahora son pocos los padres que saludan y llama la atención la cantidad de chicos que faltan el día del acto. Hay una enorme indiferencia", consideró Susana, una maestra con más de 30 años de experiencia.
La modernidad hizo lo suyo. Hoy los padres intercambian mails y se convocan por Internet. Y aunque ya no todos participan, las colectas de dinero entre varias familias siguen vigentes en los colegios. El monto varía y la recaudación alcanza para comprar presentes a auxiliares y maestros de actividades especiales como música, educación física y computación. Como en todo, están los extremos. Algunos piden tan poco dinero que, a pesar de reunirse, no alcanzan a comprar algo interesante. "Se juntan para pasar vergüenza", ironizó Beatriz, mamá y maestra.
Otros piden cifras excesivas. "Pese a la crisis, en varios colegios se empezaron a sobredimensionar cosas que antes eran simbólicas. El gesto del chico que le hacía un dibujo a la maestra por la supercartera o ropa de la última colección de la marca de moda. No creo que pase por ahí el reconocimiento", dijo María Funes, mamá de un alumno de preescolar.
"Creo que el desafío más serio es volver a construir la alianza donde los maestros trabajen con los padres", señaló Iaies. "No hay salida si no se reconstruye ese pacto entre escuela y familia que hoy está dañado", concluyó.