Mendoza sale al rescate del camino de los incas, Patrimonio Cultural de la Humanidad
Comenzó la puesta en valor del Sistema Vial Andino, un “camino poderoso” reconocido por la Unesco que atraviesa varias provincias además de Chile, Perú, Bolivia, Colombia y Ecuador
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MENDOZA.- Un paso clave para rescatar la cultura en los caminos de la historia latinoamericana precolombina. Así, la provincia cuyana busca poner en valor el Sistema Vial Andino, con el objetivo de llegar a preservar toda la red de rutas ancestrales incas a lo largo del continente. Por eso, el puntapié inicial toma gran relevancia, de cara al futuro: se trata del tramo Quebrada de Ranchillos, en las cercanías de la localidad de Uspallata, en plena montaña mendocina.
El Sistema Vial Andino, denominado Qhapaq Ñan, está reconocido por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad, y abarca a seis países de la región. Por tal motivo, desde el Gobierno de Mendoza, a través de los ministerios de Cultura y Turismo y de Infraestructura, en conjunto con la Dirección Nacional de Arquitectura y el Ejército, como parte de la unidad de gestión local de la Reserva Natural para la Defensa, trabajan para darle impulso a la preservación histórica local, con la creación de un centro para visitantes e interpretación del sitio, en Ranchillos, al costado de la ruta 7, que conduce a Chile.
El foco está puesto en el Valle de Uspallata y parte del río Mendoza, territorios que durante el siglo XV fueron ocupados por los incas para su subsistencia. Se trata de paisajes conocidos como el Camino del Inca, conformado en Mendoza por las zonas de Tambillos, Ranchillos y Tambillitos, donde se alojaban los chasquis o mensajeros y poblaciones que cumplían funciones estratégicas a su servicio, colonos, agricultores y militares. Por caso, la presencia del inca en esta zona se destacó por su red de caminos, por sus tambos y sus petroglifos, lo que representa un verdadero testimonio de la comunicación de los pueblos ubicados en esta región en la cordillera, indican los especialistas. De hecho, el Valle de Uspallata se constituía como un lugar de tránsito en su paso hacia Chile.
La tarea que lidera la Dirección de Patrimonio Cultural y Museos de la provincia cuyana, a cargo del antropólogo Horacio Chiavazza, se sostuvo durante la pandemia, lo que permitió avanzar en el proyecto, que abarca la Reserva Natural para la Defensa de Uspallata, una de las más grandes de las 14 existentes en la Argentina. Tiene 233.000 hectáreas y nace en la Curva de Guido, para finalizar en Punta de Vacas, hacia el norte.
“La propuesta apunta a proteger el sitio y regular los sistemas de visitas, con un punto de control de ingresos, que contendrá información inherente al pasado incaico del sector, explicando los restos del antiguo tambo, una posta incaica del Siglo XV, que servía de base de operaciones”, contó a LA NACION el especialista, licenciado en Historia, magíster en Arqueología Social de Iberoamérica y profesor de la Universidad Nacional de Cuyo.
De acuerdo con las tareas realizadas en la zona se determinó la existencia de estructuras de piedra, pircadas, que señalan espacios de habitación, como así también plazas ceremoniales y diferentes tipos de infraestructuras destinadas al sostenimiento de una población que garantizaba el establecimiento de la dominación incaica en un territorio que había estado poblada por los huarpes. “Este sitio tiene una gran relevancia porque era uno de los emplazamientos en los cuales se controlaba administrativamente el territorio que corresponde a Mendoza. Desde el punto de vista de la significación cultural, fundamentalmente en la dimensión patrimonial, estas acciones tienden a favorecer la preservación y gestión del sitio, apuntando a que tengan un uso público garantizado, pero favoreciendo la conservación”, apuntó Chiavazza.
Los recorridos sobre el terreno para avanzar en el plan estuvieron integrados también por Juan Carlos Marinsalda, jefe del Distrito Cuyo de la Dirección Nacional de Arquitectura, perteneciente al Ministerio de Obras Públicas de la Nación; Mariano Alguacil, de la Dirección de Planificación y Desarrollo Turístico; las arquitectas especializadas en intervención contemporánea del patrimonio arquitectónico Silvia Salustro y Alejandra Dutto, junto a Miguel Soria, por la Dirección de Patrimonio; y el teniente coronel Bernardo Cecchini y el sargento Perea, del Ejército Argentino.
El proyecto sobre este sector del patrimonio mundial Qhapaq Ñan recibió un subsidio de “50 Destinos”, una iniciativa del Gobierno nacional, en coordinación con las provincias, que permitirá desarrollar en esta región un centro para visitantes e interpretación y aprovechará playones antiguos de Vialidad para funcionar como estacionamiento y generar el sistema de accesibilidad que mejore la experiencia de visita los turistas y escolares.
“Parte del proyecto de Qhapaq Ñan, unirá las estancias de Tambillos, Ranchillo y Tambo de Tambillitos, que está más al oeste, sobre el curso del río Mendoza. Es importante rescatar la significación histórica de este lugar y las posibilidades que brinda por el gran flujo turístico que tiene la Ruta nacional 7, el corredor bioceánico más importante del continente que une tres continentes, América, Europa y Asia, pero sobre todo la posibilidad de dimensionar la cuantía histórica del sitio”, indicó el teniente coronel Bernardo Cecchini, jefe del Regimiento de Infantería de Montaña 16.
En definitiva lo que se busca es resguardar un sistema vial que es Patrimonio de la Humanidad y que involucra, además de Mendoza, a varias provincias como Salta, Jujuy, Catamarca, La Rioja y San Juan, y a otros cinco países: Chile, Perú, Bolivia, Colombia y Ecuador.
En cuanto al programa nacional “50 Destinos”, Mariano Alguacil, de la Dirección de Planificación y Desarrollo Turístico, explicó que se trata de una línea de financiamiento para obras de infraestructura turística o de facilitación turística en todo el país, lo que implica puesta en valor, recuperación de sitios o equipamiento en algunos lugares que pueden ser miradores, pasarelas, centros de información.
La Dirección General de Escuelas (DGE) de Mendoza imparte contenidos sobre Qhapaq Ñan o Sistema Vial Andino, destacando que es parte del itinerario cultural de la UNESCO. En lengua quechua, Qhapaq Ñan significa “Camino del poderoso”. Se trata de una red vial construida en las laderas de los Andes y que conectó territorios pertenecientes hoy a seis países. “Su espléndida extensión fue concretada por el pueblo incaico bajo el Imperio de Tahuantinsuyo en su época de mayor expansión, entre los siglos XV y XVI. Este camino formaba parte de la red o sistemas de caminos cuya principal función consistía en conectar los centros de producción, administración y ceremonias ubicados en los distintos territorios conquistados por el poder de este imperio”, señalan desde la DGE.
Qhapaq Ñan tiene una extensión de 23 mil kilómetros, desde el suroeste de Colombia hasta el centro-oeste de Argentina, donde comunica las provincias de Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, San Juan y Mendoza. A lo largo de este camino pueden encontrarse sitos arqueológicos de gran importancia para el campo científico y el interés turístico.
En el 2014, la Unesco declaró este camino como Patrimonio Mundial, lo que permite revalorizar y fortalecer la identidad y diversidad cultural que Latinoamérica cobija en su cultura y, a su vez, insta a ponderar el cuidado por las comunidades originarias, por sus construcciones y cultura, destacan los especialistas. “El Qhapac Ñan guarda un gran valor histórico, cultural y arquitectónico. Es en sí mismo un fiel testimonio de la comunicación e intercambio cultural que las culturas precolombinas experimentaron antes de la época de la colonización”, indican desde el gobierno escolar.
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