Más de 500 escritores, traductores y académicos firmaron una carta en defensa del Programa Sur
Entregaron a la Dirección de Cultura de Cancillería un apoyo al plan de traducciones, que este año redujo su presupuesto de 319.721 dólares a menos de 30.000 dólares, lo que alcanzaría para ocho o diez libros
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Este martes, los escritores Jorge Fondebrider y Carlos Gamerro entregaron a la canciller Diana Mondino una carta firmada por más de quinientos escritores, traductores, editores y académicos de todo el mundo donde se solicita la “plena vigencia” del Programa Sur de apoyo a las traducciones, cuyo presupuesto se redujo drásticamente este año. También se reunieron con la directora de Asuntos Culturales (Dicul) de Cancillería, María Alejandra Pecoraro, y otros funcionarios del área.
El programa fue creado en 2009 y puesto en marcha en 2010; debido a su eficacia, sirvió como modelo para los países vecinos. El apoyo a la traducción no puede superar los 3200 dólares por título.
Entre los firmantes aparecen escritores reconocidos y de distintas simpatías políticas, como María Teresa Andruetto, Beatriz Sarlo, Griselda Gambaro, Martín Caparrós, Luisa Valenzuela, Luis Alberto Romero, Claudia Piñeiro, Selva Almada, Mariana Enriquez, Daniel Guebel, Ana María Shua, Pola Oloixarac, Daniel Link, Martín Kohan, Pablo De Santis, Diego Muzzio, Daniel Samoilovich, Susana Torres Molina, Guillermo Martínez, Jorge Aulicino, María Negroni, Eduardo Berti, María Rosa Lojo, Juan Sasturain, Edgardo Cozarinsky, Luis Sagasti, Mercedes Roffé, Natalia Zito, Laura Wittner, Inés Fernández Moreno, Rafael Spregelburd, Cecilia Szperling, Edgardo Scott, Inés Garland, Maristella Svampa y Emilio García Wehbi.
Por Alemania, Brasil, Francia, Chile, Italia, Estados Unidos, Argelia, Ucrania y España, entre otros países, hicieron circular la carta traductores, editores, investigadores y académicos. Aún siguen llegando firmas desde distintas partes del mundo.
Además, Gamerro y Fondebrider entregaron a las autoridades de Cancillería el listado de obras y autores traducidos hasta la fecha, el informe fue presentado por la Dicul en las Jornadas Profesionales de la Feria del Libro y un informe comparativo de los programas de apoyo a las traducciones de la Argentina, Colombia, Uruguay y Chile realizado por Alejandro Dujovne, director del Centro de Estudios y Políticas Públicas del Libro de la Universidad Nacional de San Martín.
Desde Cancillería manifestaron el interés en continuar con el programa y aseveraron que los subsidios a las ochenta obras seleccionadas en 2023 serían abonados. No obstante, indicaron que, como el presupuesto de la Dicul se había reducido a un tercio del asignado el año pasado, el Programa Sur solo contaría con 30.000 dólares, lo que alcanzaría para apoyar la traducción de ocho o diez libros de poesía y ensayo. En 2023, el programa tuvo un presupuesto de 319.721 dólares y se subvencionaron 123 traducciones (seleccionadas en 2022). Los funcionarios no pudieron responder si en 2025 la situación mejoraría.
“Con el objeto de contribuir a su gestión, le hacemos llegar la siguiente carta, firmada por algunos de los más prestigiosos escritores, traductores, editores, agentes literarios y académicos del mundo entero, preocupados por la desfinanciación del Programa Sur, acaso una de las mejores herramientas con que, hasta la fecha, ha contado nuestro país para hacerse presente en los más variados foros internacionales, con el correspondiente provecho para el mundo del libro -se lee en la misiva que recibió Mondino-. Queremos recordar que la módica inversión llevada a cabo hasta el momento ha permitido que nuestros autores y sus creaciones fueran objeto de atención mundial, ya sea bajo la forma de películas, piezas teatrales, premios y distinciones de todo tipo, afianzando la imagen de Argentina como país de sólida cultura”.
Carta en defensa del Programa Sur
El Programa Sur de Apoyo a las Traducciones del Ministerio de Relaciones Exteriores (PROSUR) se inició en 2010. Es una política pública que, a lo largo de los últimos 15 años, atravesó diversas administraciones argentinas con distintos signos políticos, promoviendo de manera sustentable la exportación de derechos de autor de escritores argentinos como estrategia comercial en un contexto mundial muy complejo.
Gracias a esa inversión mínima, desde entonces se tradujeron y publicaron en el extranjero, en 52 lenguas correspondientes a 62 países, 1.687 títulos de autores argentinos. Esto equivale a unos 120 títulos anuales, con un promedio de 200,000 ejemplares publicados por año que, de acuerdo con las estadísticas de la Cancillería, fueron editados en países europeos (74 %), seguidas por Latinoamérica (9%), Asia (8 %) y los Estados Unidos (6 %). Todo esto se traduce en una importantísima presencia argentina en librerías y foros académicos de todo el mundo, lo que, a su vez ha implicado importantes premios en el extranjero e incluso adaptaciones cinematográficas llevadas a cabo por directores y guionistas de primer nivel.
Esta forma de incentivo a la publicación está presente en prácticamente todas las naciones desarrolladas del mundo, según distintas modalidades. Se destacan, entre otros programas, el francés, el alemán, el holandés, el noruego, el sueco, el danés, el español, el portugués, el ruso, el chino, el coreano, el israelí, etc. Y, en el ámbito de Latinoamérica, el programa brasileño, el chileno, el uruguayo, el colombiano y el mexicano. PROSUR ha estado a la altura de todos ellos, llegando a destacarse por su transparencia y funcionamiento ejemplar. Otorgando al editor extranjero un subsidio a la traducción (en la actualidad U$S 3200 por obra) ha permitido una enorme visibilidad en mercados altamente competitivos, donde los autores argentinos, sin este apoyo, difícilmente hubiesen logrado entrar.
Así, el PROSUR ha ayudado que se abrieran las puertas de numerosos mercados a la literatura argentina de todas las épocas. Ha habido clásicos de todos los géneros, como Esteban Echeverría, Domingo Faustino Sarmiento, Lucio V. Mansilla, Jorge L. Borges, Oliverio Girondo, Roberto Arlt, Silvina Ocampo, Julio Cortázar, Antonio di Benedetto, Manuel Puig, Juan José Saer, Ricardo Piglia, Rodolfo Walsh y Sara Gallardo, entre muchos otros, y un importante número de autores recientes, que responden a los más variados credos ideológicos y estéticos, como Tamara Kamenszain, Jorge Aulicino, Arturo Carrera, Martín Caparrós, Mariana Enriquez, Edgardo Cozarinsky, Samanta Schweblin, Claudia Piñeiro, Federico Andahazi, César Aira, Selva Almada, Ariana Harwicz, Luis Alberto Romero, Beatriz Sarlo, Luisa Valenzuela, Martín Kohan, Jorge Fondebrider, Alan Pauls, Diana Bellesi, Gabriela Cabezón Cámara, Juan José Sebreli, Inés Garland, Daniel Guebel, Jorge Consiglio y muchos más.
En síntesis, el PROSUR ha acompañado a autores y editores locales a internacionalizar la literatura argentina, ha permitido que escritores de nuestro país compitieran en los más prestigiosos premios internacionales y que, ya dados a conocer, siguieran publicando en el exterior obras de su autoría, ya sin necesitar el apoyo del subsidio del programa. Todo ello, sumado a los ingresos percibidos por derechos de autor de las obras traducidas, implica un retorno positivo a la inversión que el Estado hace en el marco del programa.
El monto asignado al actual presupuesto reduce el número de subsidios a diez por año. Y aun no ha sido ejecutado. En cuanto a su funcionamiento efectivo el Programa está, en los hechos, cerrado. Al encontrarse con esta situación, así sea temporaria, los editores extranjeros pierden interés y buscan autores en otros países. Dicho con todas las letras, lo construido en 15 años puede destruirse en un par de meses, y no podría reconstruirse, aun si existiera la voluntad para ello, con la misma facilidad.
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