María Rosa Lojo, premiada por la Fundación Argentina para la Poesía
Un nuevo premio distingue la obra de la escritora María Rosa Lojo (Buenos Aires, 1954); en esta ocasión, su trayectoria poética, que inició en 1984 con el libro Visiones. Con el Gran Premio de Honor 2020 de la Fundación para la Poesía, esta autora de novelas como Finisterre y La princesa federal, investigadora, poeta, ensayista y colaboradora del diario LA NACION cierra 2020 con dos galardones. “Este año tan difícil me compensó con la alegría de dos reconocimientos a la trayectoria: uno internacional, la Medalla Europea de Poesía y Arte Homero, que recibiré en 2021, y otro nacional: el Gran Premio de Honor de la Fundación Argentina para la Poesía, entidad dedicada exclusivamente a la promoción del género, que desde 1968 viene destacando itinerarios relevantes en el país”, dice Lojo a este diario. Además de la Medalla Europea de Poesía y Arte Homero, la East China Normal University Press publicará una antología literaria de su obra.
Un torrente de creatividad
“Siempre escribí textos poéticos, que fueron premiados y traducidos, con la particularidad de que casi toda mi producción en ese género tiene el formato que antes se llamaba ‘poema en prosa’ y ahora se suele incluir en la ‘microficción lírica’”, cuenta. Luego de Visiones, Lojo publicó Forma oculta del mundo (1991), Esperan la mañana verde (1998), Historias del cielo (2010, publicado un año después en Bosque de ojos, 2011) y Libro de las Siniguales y del único Sinigual (2016). “No son tantos libros como los de mi narrativa, pero ciertamente la mirada poética, que fisura la percepción rutinaria del mundo, es el lugar esencial en el que siempre me instalo para escribir”.
En 2020, poetas de amplia trayectoria, como la estadounidense Louise Glück, el chileno Raúl Zurita y el español Francisco “Paco” Brines, recibieron premios y distinciones por sus obras. Tal es su caso. “Me parece que en los circuitos literarios tanto argentinos como internacionales se prestó una atención particular a lo poético, como fue el caso de la concesión del Premio Nobel de Literatura a Glück, y la posterior discusión apasionada sobre su conducta con respecto a Pre-textos, su editorial española -dice Lojo al respecto-. Tuvimos además nuestro propio debate sobre el nuevo formato de los concursos del Fondo Nacional de las Artes, que se vio como una posible amenaza para la continuidad del concurso de poesía sin limitaciones temáticas y provocó una fuerte polémica”.
Para la escritora, la pandemia supuso “encierro, por momentos mucha angustia, pero no inacción”, revela. “Viajé virtualmente al interior y al exterior para encuentros literarios, incrementé la conexión con amigos y colegas distantes. Y la introspección dio sus frutos: hice una excursión por mis archivos y descubrí y terminé un nuevo libro de poesía; tengo en proceso de escritura dos del mismo género”. Escribió además varios ensayos y pudo concluir un libro de cuentos que publicará Alfaguara el año próximo: Así los trata la muerte. “Otro libro narrativo anterior, Lo que hicieron ahí, ya está reservado para una pujante colección de Corregidor -agrega-. Lo postergado en 2020 aparecerá en 2021. Cuando se levante la barrera de la pandemia, creo que se dejará ver, en general, todo un torrente de creatividad oculta”.
La Fundación Argentina para la Poesía es una entidad cultural sin fines de lucro, fundada en 1965. El Gran Premio de Honor fue creado en 1968 con el objeto de reconocer trayectorias líricas relevantes en el país. También concede otros premios, como el Puma de Plata, el Puma de Oro y el Diploma de Honor, a instituciones o personas que se hayan destacado por su labor en la promoción y la difusión de la poesía, y publica desde 1978 la serie Poesía Argentina Contemporánea, que alcanza actualmente veintiséis volúmenes. Escritores de primera línea obtuvieron el Gran Premio de Honor: Jorge Luis Borges, Ricardo Molinari, Juan L. Ortiz, Olga Orozco, Juan Gelman, Edgar Bayley, Jorge Boccanera, Leopoldo Castilla, María Granata y la riojana Lucía Carmona.
Un texto poético de María Rosa Lojo
Mañana vivirás. El sueño te acongoja y te exalta con la sólita promesa nocturna. Cierras los ojos; te cierras tú misma en la transparencia feliz de una crisálida que espera. Ves el portón acabado de barnizar, el olor crudo y brusco del cemento reciente; esos burdos umbrales de la casa nueva por donde aún asoman trenzados el hierro y su golpe sin cincelar, vibrante. Esta irrupción desmantelada de todas las primicias, estos jirones del rápido percibir. Se abre una hendija, un puñalito saja ya las brumas del día próximo. Te han de coronar con las olivas, has de montar en ese júbilo que se te ofrece, joven, flexible y gozoso como un animal selecto que ignora la cercanía del sacrificio. Oyes los salmos recién cantados. ¿Oyes? ¿Alguien ha dicho tu nombre en el sendero de arena? ¿Alguien te ha señalado? Quédate en paz. Aún no tienes destinación y cárcel. Eres. Mañana estarás viva.
De Bosque de ojos. Microficciones y otros textos breves