Marcelo Panozzo: "Reflejaremos la efervescencia de la creación artística"
Flamante ingreso en el Ministerio de Cultura, armó con la colaboración de otros especialistas una programación de escenas argentinas
Marcelo Panozzo, quien fuera director del Bafici y de la Usina del Arte, es el actual secretario de Patrimonio del Ministerio de Cultura de la Nación, cargo que ocupó hasta hace unos días Américo Castilla. Como parte del ministerio, además, es el encargado del diseño de la programación de Escenas Argentinas, una de las plataformas de artistas que se llevará a ARCO. Al respecto, el funcionario respondió a una serie de preguntas que LA NACION le envió por email.
-¿Cuál fue el criterio curatorial de Escenas Argentinas?
-Procura prolongar aquello que tiene epicentro en la selección que hizo Inés Katzenstein. Por su parte, Sonia Becce, para su Programa Paralelo, toma el testigo y amplía el scope: a las artes visuales suma literatura, performance y música. Escenas Argentinas recibe la posta allí donde la deja Sonia, con un programa que incluye artes escénicas, cine, música y literatura. El criterio fue reflejar la efervescencia de la creación artística contemporánea.
-La programación más numerosa de la sección a tu cargo es de artes escénicas. ¿Por qué no hay más montajes de corte performático o coreográfico?
-Hay espectáculos de ese corte en el programa de Sonia [La Wagner, de Pablo Rotemberg; y Under de si, de Luis Garay y Diego Bianchi]. La selección de escénicas corrió por cuenta de Alejandro Tantanian [Teatro Cervantes], Federico Irazábal [FIBA] y Marcelo Allasino [Instituto Nacional del Teatro, INT].
-Respecto de los artistas escénicos, el grupo rosarino La Piara se bajó de ARCO porque no aceptó ir sin cachet. Tengo entendido que por gestión de Enrique Avogadro, secretario de Cultura y Creatividad, y ante los reclamos de otros artistas convocados, ahora sí hay un cachet: mil dólares, pagaderos a 90 días de la firma de los contratos. Para elencos numerosos -como Piedra sentada, pata corrida, de Nacho Bartolone, entre otros-, ese dinero es menos de lo que cobró el año pasado en la Fiesta Nacional del Teatro, en Tucumán.
-Apostamos a la difusión de la cultura argentina en el exterior. En ese sentido lo propusimos y fue aceptado por todos en primera instancia: llevar a nueve compañías sin cachet podía ser uno de los caminos. Luego, a partir de reclamos muy razonables esto fue revisado. Pudo haber alguna tensión lógica en un marco en el que van a mostrarse obras de más de 100 artistas.
-¿Illya Kuryaki tiene el mismo cachet?
-Es un caso extraordinario. Los queríamos en el programa de música (que se completa con Entre Ríos y el trío de jazz de Iaies, Fumero y Loiácono) y coincidió con que para esa época estarán de gira por Europa. Su cachet allí es mucho menor y los pasajes corrieron por cuenta de ellos.
-¿En qué consisten el Programa Literatura y Programa Cine?
Hay una muestra, Inventario de invenciones (inventadas), del escritor Eduardo Berti y el colectivo de arquitectos y diseñadores Monobloque. Fue una recomendación de Alberto Manguel, que la va a traer a la Biblioteca Nacional más adelante. Se trata de un catálogo maravilloso de todas las cosas que la literatura ha sabido inventar, pero que el mundo nos debe. Y en lo que hace a cine, Alejo Moguillansky presentará Castro, El loro y el cisne, El escarabajo de oro y El teorema de Santiago.
-En otro orden de cosas, asumiste como secretario de Patrimonio de la Nación. ¿Cómo te sienta ocupar ese cargo cuando tenés una reconocida experiencia como programador, pero no sobre temas vinculados a museos o patrimoniales? ¿Cuál es el desafío?
A la gran solidez del trabajo que ha hecho Américo Castilla -quien sigue formando parte del equipo del ministerio- y a la de un staff capacitado y experimentado, me sumo para aportar capacidad de gestión y entusiasmo. De lo que se trata es de llevar el asunto más allá: trabajar integralmente por el patrimonio, entendiendo, por ejemplo, a los museos como instituciones clave en el tejido social y cultural. No son solamente edificios en los que se cuidan e investigan objetos de un determinado valor; son, o deben ser, además, espacios que le brinden al público inspiración, regocijo, descubrimiento e ideas.