Malba Plus: una plataforma como Netflix, pero con contenidos literarios, donde las estrellas son los escritores

Una plataforma digital con contenido audiovisual de alta calidad, en un menú a demanda para que elijan los usuarios, según sus preferencias. ¿Hablamos de Netflix? No, de Malba Plus: una nueva propuesta de Malba, que ofrece, en lugar de series y películas, cursos de literatura a cargo de escritores nacionales prestigiosos. Márgara Averbach, Carlos Gamerro, Silvia Hopenhayn, Jorge Monteleone, Florencia Garramuño, Gonzalo Aguilar, Miguel Vitagliano, Juan José Becerra, Rafael Cippolini y Walter Romero integran el equipo literario convocado por el Departamento de Literatura del museo para abordar diez temáticas muy diversas en la primera etapa de “En la biblioteca”, como se titula esta producción original filmada con recursos del cine.

“Malba es mucho más que el museo, el edificio y la colección. Es un espacio de encuentro, de intercambio, de participación y de vínculos”, dijo Guadalupe Requena, Directora Institucional de Malba y coordinadora general de la plataforma, en la presentación de Malba Plus. El proyecto, que nació hace más de un año cuando el museo estaba cerrado por la pandemia, busca ampliar la audiencia y ofrecer contenidos digitales de calidad a quienes viven lejos y, también, a los miles que se sumaron a los cursos virtuales por Zoom durante la cuarentena.

Al ingresar a www.malbaplus.org.ar, el usuario debe registrarse con su nombre y dirección de correo electrónico. Después de la validación, podrá ingresar al menú de la plataforma, donde figuran los diez cursos disponibles. Cada uno consta de cuatro clases magistrales y cuesta cinco mil pesos. Como anticiparon, la idea es que más adelante haya también contenidos gratuitos y de otras disciplinas presentes en el museo, además del arte, como el cine, el teatro y la música.

Sobre el escenario del auditorio, ambientado como un living con sillones cómodos, velitas encendidas y un teclado al mando de Axel Krygier (autor de la música de la producción), Requena y Soledad Costantini, Directora del Departamento de Literatura, contaron a los invitados que a partir de la experiencia de las charlas y los talleres por Zoom decidieron buscar un nuevo formato y otros recursos técnicos “para promover y difundir la literatura”. Así, convocaron a los realizadores audiovisuales Fernanda Rotondaro, exdirectora de Canal Encuentro y de PakaPaka, y Alejandro M. Arias, quienes “hicieron posible algo que parecía imposible”, como dijo Carla Scarpatti, coordinadora del departamento literario junto con Magdalena Arrupe. “El resultado es un objeto estético en sí mismo”, definió.

Ya en el video de presentación de “En la biblioteca” se advierte una estética visual acorde con el estilo Malba y un clima de intimidad que da ganas de sentarse a ver la producción como si fuera una película de autor. En breves intervenciones en pantalla, los diez escritores cuentan algo sobre sus respectivos cursos, rodeados de libros, fotos y obras de arte. A diferencia de los escasos recursos visuales que aportan programas como el Zoom, esta realización cuenta con guion, edición, efectos, música, proyecciones, fotografías, escenografía, ambientación, vestuario, maquillaje.

El ítem make up fue el más comentado por los escritores en la presentación: con gran experiencia en clases universitarias y talleres, ninguno estaba acostumbrado al nivel de una producción cinematográfica. Y eso fue un desafío. “Me sentí en una serie de Netflix”, confesó Walter Romero, a cargo del curso “Literatura francesa contemporánea: una literatura viva. Amélie Nothomb, Virginie Despentes, Michel Houellebecq y Patrick Modiano”.

“Doy clases hace más de treinta años, pero nunca con vestuarista, peinador, maquillador. Ahí empezaron las dudas del estilo ‘¿Cómo me tomarán con la cámara’. Y justo a mí me tocó filmar el mismo día que Romero y sus zapatos de charol”, bromeó Aguilar, que definió la experiencia como “una película de acción y suspenso con diferentes historias”. Su curso lleva como título “Imágenes paganas: literatura latinoamericana y vanguardias artísticas”.

Hopenhayn, más fogueada en lo performático, da “Fantasmas de Rulfo” con lecturas y narraciones. “Me interesa el efecto de la lectura a la hora de pensar los textos. Y creo que, en este caso, se concretó una comunión perfecta entre palabra e imagen”, dijo sobre la producción. Garramuño, que analiza la obra de Clarice Lispector, reveló: “Quedé fascinada con la puesta en escena que enriquece nuestra performance docente”.

Para Monteleone, el clima logrado en la serie “es como un ágora íntima”: “El espacio brumoso de la biblioteca con los fantasmas de los poetas fue un verdadero juego poético. Como cinéfilo, el pasaje de la pantalla precaria del Zoom a la pantalla cinematográfica me produce tanta fascinación como extrañeza”, contó el crítico y poeta, que está a cargo de “Vida y poesía Lectura del poema latinoamericano desde la experiencia vivida”. Eso sí, confesó: “Nunca antes (y supongo que nunca jamás) tuve el pelo quieto por tanto tiempo gracias al spray que me pusieron”.

“Los laberintos de Borges”, según Gamerro; “William Hudson y la literatura argentina”, por Miguel Vitagliano; “Cuentos del fin del cuento”, a cargo de Juan José Becerra; “Diversidad cultural en la ficción estadounidense: Toni Morrison, Louise Erdrich y Barbara Kingsolver”, por Márgara Averbach; y “Las armas ocultas de la escritura. Mecanismos narrativos en los últimos 50 años de literatura argentina”, dictado por Rafael Cippolini, completan el menú de la primera etapa de Malba Plus. “Para un patafísico como yo –dijo Cippolini–, el equipo de realización logró una hazaña. Hicieron un gran trabajo de ingeniería psíquica. Coincido con mis colegas en que el momento del maquillaje fue inquietante. Pero yo, por suerte, zafé del spray”.

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