Luis Manuel Otero Alcantára, nuevamente en huelga de hambre y sed en una cárcel de Cuba
Organizaciones internacionales y el gobierno estadounidense exigen a las autoridades de la isla la liberación inmediata del artista, detenido desde julio de 2021; intelectuales argentinos se suman al reclamo
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Detenido en la cárcel de Guanajay desde las protestas antigubernamentales del 11 de julio de 2021, el artista cubano Luis Manuel Otero Alcántara (1987) inició en enero una huelga de hambre y sed (la tercera en poco más de un año y medio) en protesta por su detención que, además de arbitraria según denuncian organismos internacionales como Human Rights Watch, el régimen cubano podría utilizar como “canje” por su liberación si Otero Alcántara abandona Cuba. El artista disidente, que integra el Movimiento San Isidro, tomó esta decisión después de que la fiscalía rechazara su petición de cambio de la medida cautelar que pesa sobre él para quedar en libertad a la espera del juicio, luego de más de seis meses en prisión preventiva.
En septiembre de 2021 el artista Hamlet Lavastida fue excarcelado a cambio de su salida definitiva del país, igual que el activista y periodista Esteban Rodríguez, luego de ocho meses de detención. La historiadora del arte Carolina Barrero fue obligada a abandonar el país a inicios de este mes.
Días atrás, el gobierno de Estados Unidos exigió la “liberación inmediata” del artista, que se encuentra incomunicado y sin acceso a su abogado desde el 18 de enero. Otero Alcántara está acusado de los presuntos delitos de desacato, desorden público, instigación a delinquir y ultraje a los símbolos patrios.
Un grupo de 57 artistas, intelectuales y académicos de diferentes países dieron a conocer un comunicado en el que exhortan a los diplomáticos extranjeros en Cuba a reclamar al gobierno cubano la inmediata liberación del artista y de otros presos políticos. Entre los firmantes se encuentran el actor cubano Alberto Pujol, las curadoras cubanas Taiyana Pimentel y Claudia Genlui, la artista cubana Tania Bruguera y su compatriota Hamlet Lavastida, la artista cubana-estadounidense Coco Fusco, la historiadora venezolana Elizabeth Burgos, y, por la Argentina, la ensayista y doctora en Ciencias Sociales Claudia Hilb, la investigadora y profesora Yanina Welp, el doctor en Ciencia Política Aníbal Pérez Liñán y la historiadora y diputada nacional de Juntos por el Cambio Sabrina Ajmechet.
“Lo que viene haciendo Cuba a lo largo de décadas es hostigar a todo activista democrático que logra la atención de la comunidad internacional y empieza a ser una referencia de otros opositores al régimen -dice Ajmechet a LA NACION-. Lo hace de diferentes formas: prisión domiciliaria, secuestros, presiones sobre la familia, amenazas constantes, detenciones prolongadas sin condena y, cuando nada de eso los persuade de su compromiso por luchar por la democracia en Cuba, se intenta expulsarlos de la isla”. Para Ajmechet, Otero Alcántara está convencido de la causa y de la repercusión que tienen sus acciones, tanto adentro como afuera de la isla. “Por eso es tan importante su decisión de quedarse: no lo van a callar y tampoco se lo van a sacar de encima -agrega-. Pero en el medio está sufriendo los ataques constantes de la dictadura así que por supuesto que todo el apoyo que recibe desde otros países es fundamental”.
Los firmantes del documento destacan que la acción urgente por la vida de Otero Alcántara “no implica invisibilizar a los cientos de cubanas y cubanos que, antes y después del 11J, permanecen en prisión o en procesos judiciales, por el único hecho de exigir su derecho a tener derechos”. En el documento se sostiene que Cuba es el país con más presos por causas políticas del continente americano.
El artista cubano Luis Manuel Otero Alcántara está en huelga de hambre desde el 18 de enero por su injusto encarcelamiento. Está preso por su arte y sus ideas críticas con las autoridades de Cuba. La escritora nicaragüense @GiocondaBelliP envía un mensaje sobre Luis Manuel pic.twitter.com/FPbOoo45uy
— Artists at Risk Connection (ARC) (@AtRiskArtists) February 1, 2022
También PEN Internacional y Artists at Risk Connection exigieron a las autoridades cubanas la inmediata liberación del artista, con un videomensaje de la escritora nicaragüense Gioconda Belli. “Es difícil comprender que un pueblo que debe tanto a los poetas, a los escritores y a los músicos esté ahora encarcelando a los mismos músicos y escritores -declaró Belli-. Creo que la Revolución Cubana tendría que dar un ejemplo de libertad, de escuchar lo que su pueblo quiere decir. El pueblo cubano ha pasado por tanto que lo menos que se merece es ser escuchado y tener la libertad para expresarse”. Y agregó: “Dejen que el pueblo hable. No le tengan miedo”.
En Ruanda
Margaret Atwood, Ben Okri, J.M. Coetzee, Paul Auster, Gioconda Belli, Elik Shafak, Jonathan Franzen y Michael Ondaatje, entre un centenar de escritores de todo el mundo, elevaron una carta al presidente de Ruanda, Paul Kagame, para expresar su “grave preocupación” por la vida y el paradero del poeta Innocent Bahati Moussa, que fue visto por última vez en un hotel del distrito de Nyanza, en el sur de Ruanda, a inicios de febrero de 2021. Los firmantes sostienen que la desaparición de Bahati está “en relación con su poesía y expresión crítica sobre cuestiones que afectan a la sociedad ruandesa”.
“Poetry is not a crime. The world awaits to hear the voice of Innocent Bahati, again.” Extract of an open letter by 100s of writers to Rwandan President @PaulKagame - expressing concern about the life of disappeared poet #InnocentBahati. Where is #Bahati? https://t.co/ReqADYjqdY
— PEN International (@pen_int) February 7, 2022
En la carta, impulsada por el presidente de PEN International, Burhan Sönmez, se llama la atención sobre la desaparición del poeta de 31 años. “Un año después, Bahati sigue desaparecido y se desconoce su situación -se lee en el comunicado-. Observamos con preocupación que las autoridades de Ruanda aún no han revelado ningún progreso o resultado de las investigaciones sobre su caso”. También se señala que un secretario de Estado a cargo del área de Cultura había hecho “comentarios escalofriantes” sobre posturas críticas de escritores a las autoridades ruandesas.