Los nuevos miembros de la Academia Nacional de Periodismo recibieron sus diplomas con emoción y orgullo
En un acto en la Biblioteca Nacional, la institución incorporó formalmente a quince integrantes; hubo un homenaje a Magdalena Ruiz Guiñazú y José Ignacio López en reconocimiento por su defensa de la libertad de expresión
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Emocionados y agradecidos, los nuevos integrantes de la Academia Nacional de Periodismo recibieron los diplomas que los acreditan formalmente como miembros de número de esa institución. Fueron incorporados Beatriz Sarlo, María O’Donnell, Hinde Pomeraniec, Santo Biasatti, Fernando Bravo, Daniel Dessein, Gustavo González, Marcelo Longobardi, Fernando Ruiz, Ernesto Tenembaum, Eduardo van der Kooy, Hugo Alconada Mon, Fernán Saguier, Héctor Guyot y Norma Morandini. A excepción de Guyot y Morandini (ambos ausentes con aviso), los flamantes académicos se reunieron en un acto organizado en el auditorio Borges de la Biblioteca Nacional, que empezó con un homenaje a Magdalena Ruiz Guiñazú y José Ignacio López, “dos de los periodistas argentinos más comprometidos con la profesión”, como los definió la Academia.
López recibió su diploma y el de Ruiz Guiñazú, de reposo por unas líneas de fiebre. Sus colegas aplaudieron de pie. En un video con el testimonio de Graciela Fernández Meijide, presente en el acto, se recordó la valiente pregunta de López al por entonces presidente de facto, Jorge Videla, sobre la cuestión de los desaparecidos. Su pregunta y su repregunta desataron la tristemente célebre frase de Videla: “Son desaparecidos, no están vivos ni muertos, no tienen entidad”. Era el 13 de diciembre de 1979, fecha que los integrantes de la Academia proponen como Día del Periodista, a partir de una iniciativa de Alconada Mon. A pesar de las diferencias políticas e ideológicas, que todos resaltaron y valoraron, los académicos coincidieron en impulsar el cambio de fecha, en reconocimiento a la valentía de López en aquel contexto histórico.
El presidente de la Academia, Joaquín Morales Solá, el vicepresidente Jorge Fontevecchia y la académica secretaria Silvia Naishtat entregaron, además, el diploma del periodista Daniel Muchnik (quien murió en abril de 2021 a los 81 años) a su familia. Fue uno de los momentos más emotivos del acto. Su hijo recorrió la trayectoria del periodista y destacó su legado: “Una biblioteca repleta de libros y de discos”.
Después de dos años de paréntesis obligado por la pandemia, en el acto se congregaron los académicos que ingresaron desde 2019 y no habían recibido su diploma debido a la suspensión de los actos presenciales. Uno por uno, por riguroso orden alfabético, los periodistas subieron al escenario a recibir el diploma y a agradecer el reconocimiento. Antes, Morales Sola les había dedicado unas palabras a cada uno. Morales Solá destacó, como una coincidencia fundamental, el rol del periodismo ante el poder. “Si el periodismo no es crítico del poder, no tiene razón de existir”, afirmó.
Alconada Mon leyó unas palabras de Guyot e hizo suyos los sentimientos compartidos de alegría y honor por la incorporación a la Academia. También, “el compromiso de trabajar por un periodismo que mantenga los valores tradicionales y pueda adaptarse a los desafíos del presente sin perder rigurosidad”. Las palabras a la distancia de Morandini fueron leídas al final por Naishat. La periodista cordobesa también agradeció el nombramiento con orgullo, como todos sus colegas. Sarlo, con humor e ironía, se definió como ‘una infiltrada del periodismo”, oficio que ejerce hace décadas en diversos medios.
A cada nuevo académico que se suma a la institución le corresponde un sillón de honor que lleva los nombres de figuras culturales de distintas épocas como Domingo Faustino Sarmiento, Victoria Ocampo y Félix Hipólito Laíño. Así, Alconada Mon ocupará el de Estanislao Zevallos; Guyot, el de Edmundo Guibourg, y el director de LA NACION, Fernán Saguier, el de José María Gutiérrez. Sarlo, por su parte, fue honrada con el sillón de Alberto García Hamilton; Morandini, con el que lleva el nombre de Sarmiento; O’Donnell, con el de José María Cao, y Pomeraniec, con el que rinde tributo a Victoria Ocampo. A Biasatti le corresponde el sillón de Félix Hipólito Laíño; a Bravo, el de Fernán Félix de Amador; a Dessein, el de Enrique Julio; a González, el de Joaquín Carballo Serantes (Fioravanti); a Longobardi, el de Alberto Gainza Paz; a Ruiz, el de José Manuel Estrada; a Tenembaum, el de José Varas, y a Van der Kooy, el de Gustavo J. Franceschi.
“Mantener el sentido crítico es el mayor desafío de nuestra profesión”, dijo Gustavo González. Y Longobardi puso el acento en “el compromiso en defensa de la democracia y la libertad de expresión”. Se destacó, además, el desafío del periodismo frente al avance de las fake news y la manipulación informativa en las redes.
Creada en 1987, en el ámbito del Círculo de la Prensa por iniciativa de un grupo de profesionales de larga y prestigiosa trayectoria, la Academia vela por la defensa del periodismo profesional y por los valores éticos y republicamos en los que funda el ejercicio del periodismo.
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