Los inicios de un poeta
A FAVOR DEL VIENTO Por Rodolfo Alonso-(Argonauta)-136 páginas-($ 19)
"Una poesía que no usa las palabras por la sensualidad que desprenden, sino por el silencio que concentran: así es la de Rodolfo Alonso...". Lo señaló en Brasil, y en 1969, Carlos Drummond de Andrade. Y lo convalida A favor del viento. Poesía reunida 1952-1956, que rescata los seis primeros títulos del poeta argentino desde su inicial Salud o nada, publicado a los 20 años, cuando era el miembro más joven del legendario movimiento-revista "Poesía Buenos Aires". Alonso es autor de cerca de una treintena de libros -en su mayor parte de poemas, pero también de ensayos, narrativa y traducciones-; por eso recuperar estos seis poemarios inhallables es un acontecimiento de particular interés a la luz de una obra consagrada.
El poeta que en el poemario Música concreta se preguntaba, en 1994: "¿Canta el pájaro en sí,/ por sí y para sí,/ o canta para otros,/ hombre, pajarerío,/ o el que alcance a escuchar?", es -y no es- el mismo que en un poema de Salud o nada se ilusionaba cuatro décadas antes: "...mi muchacha está lejos del rencor/ está lejos del miedo/ no conoce más cielo que mis manos/ construye simplemente". Quizás en aquel poema juvenil palpite la marca, casi inevitable en esa época, de Paul Eluard, incomparable cantor del amor. Pero un cambio radical se advierte en los otros poemarios seleccionados: Buenos vientos (1956), El músico en la máquina (1958), Duro mundo (1959), El jardín de aclimatación (1959) y Gran Bebé (1960). A la notoria mayor madurez del registro poético se le suma un aliento más amplio. En varios textos esto encarna en cortes lineales vecinos a la prosa, aunque sin declinar nunca la vibrante tensión poética, unida a una peculiar distribución espacial y al juego rítmico. En otros, las enumeraciones y la proliferación de imágenes facilitadas por esta escansión lineal no excede en Alonso los límites trazados por la contención y el riguroso control creativo.
Antologado y premiado en muchos países, Alonso ratifica con estos poemas juveniles su visión de que "si la poesía tiene algún sentido en estos tiempos de miseria", es el de rescatar la condición humana. Porque "somos lenguaje". Como reza el poema que cierra el volumen: "...estas son tus palabras y tus gestos, tus/ alabanzas y tus decisiones, lo mejor de ti mismo."