Los excéntricos Borges: la historia de un linaje literario muy particular
El autor de Ficciones no lo sabía: desciende de un clan de escritores
"Mi destino –dijo Borges una vez– es literario. Recibí esto como una herencia [...] En mi casa siempre se entendió que yo debía ser el escritor, que yo tenía que realizar el destino literario negado a mis mayores."
Esta afirmación lleva a varios interrogantes: ¿a qué mayores se refería Borges? ¿Cuál es el origen último de esa herencia? En numerosas ocasiones, Borges explica que su vocación literaria tiene origen en la rama paterna de su familia. "Si tuviera que señalar el hecho capital de mi vida –escribió–, diría la biblioteca de mi padre. Creo no haber salido nunca de esa biblioteca." Pero la biblioteca paterna es solamente la punta del iceberg de una genealogía mucho más frondosa y más antigua, que vale la pena revisar en estos días, cuando se cumple el 120 aniversario del nacimiento del autor de Ficciones.
La conclusión es asombrosa: Jorge Luis Borges desciende directamente, por vía paterna, de un clan de escritores e intelectuales bastante extravagantes, cuyos orígenes se remontan al siglo XVIII, y del que el autor de El Aleph heredó tanto su erudición como su vocación de escritor. Borges fue, de hecho, el séptimo u octavo escritor de su estirpe, pero ni él lo sabía.
El padre de nuestro escritor fue Jorge Guillermo (nacido en 1874), a su vez hijo del matrimonio del coronel Francisco Borges con una mujer inglesa, Frances Haslam. Pero el coronel Borges murió tras el combate de La Verde, también en 1874, y su esposa quedó entonces a cargo de la educación de sus hijos. Esta circunstancia tuvo el efecto de duplicar la fuerza del legado inglés de los Haslam en la familia. Por cierto, Borges recuerda que la biblioteca de su padre, en que se crió, era "una gran biblioteca con una mayoría de libros ingleses porque su madre [Frances Haslam] era inglesa". Y en su autobiografía comenta que su abuela inglesa "era una gran lectora", rasgo que no suscitaría sorpresa alguna hoy en día, pero que es sin duda notable para una mujer nacida en 1842. ¿Quién era entonces esta abuela de Borges? ¿Y cuál era el verdadero origen de su legado literario?
El fundador
Desde joven, sintió un singular amor por los libros. A pesar de una progresiva pérdida de la vista, continuó coleccionándolos hasta el fin de sus días; los volúmenes de su biblioteca se contaban entre sus bienes más preciados. Tenía el don de la palabra: era brillante y elocuente en su expresión y le gustaba citar a antiguos escritores. En la vida social era jovial y amable. Pero también era dueño de un agudo sentido del humor, era proclive al absurdo y era veloz para la réplica. Un rasgo curioso: le gustaba dar largas caminatas "para pensar en soledad".
Su nombre era William Haslam. Nacido en 1768 en el condado inglés de Lancashire, en el seno de una familia de granjeros, se unió de joven al metodismo, un movimiento protestante especialmente culto y "libresco". El fundador del metodismo, John Wesley, era un pastor anglicano egresado de Oxford, a la vez erudito y práctico, que consideraba que la lucha contra el mal y la ignorancia era una sola. A tal fin, Wesley llegó a crear su propia imprenta, cuyos libros hizo circular por toda Inglaterra. Fue precisamente este sesgo literario el que llevó al reverendo Haslam a forjar su preciada biblioteca, y a formar una familia que transmitiría este legado de generación en generación, hasta llegar a Jorge Luis Borges.
El árbol genealógico de los Haslam, que pudo ser reconstruido y develado minuciosa y gradualmente a través de testamentos, certificados de bautismo y registros diversos, en una investigación histórica y genealógica de cinco años de duración, demuestra que estos antepasados conformaban un verdadero clan intelectual, poblado por personajes tan eruditos como pintorescos. Entre otros: Marianne Haslam (1799-1866), autora de best sellers victorianos de "autoayuda", casada con el pastor metodista John Bakewell (1802-1863), a su vez autor del libro Admonitory Counsels; Joseph Barnard Davis (1801-1881), médico y "craneólogo", cuya colección de calaveras (que llegaba a 2500 ejemplares) plasmó en dos libros: Thesaurus Craniorum (1867) y Crania Britannica (1862). Este "craneólogo" estaba además en comunicación con Charles Darwin, quien lo citó más de una vez en sus obras.
Thomas Bakewell (1761-1835), precursor de la psicología, fundó hacia fines del siglo XVIII un manicomio al que incorporó actividades de laborterapia. Y escribió dos libros: The Domestic Guide for Cases of Insanity ("La guía doméstica para casos de insania", 1805) y The Moorland Bard ("El bardo de los páramos", 1807), cuyos poemas tienen títulos francamente excéntricos, como "La decepción de los comedores de ostras".
La familia Haslam estaba además surcada por líneas editoriales: el consuegro del reverendo, Thomas Allbut (1777-1857), publicó los libros de varios parientes; el yerno, John Bakewell, escribió un volumen que incluye la biografía del reverendo Haslam de la que provienen varios de los datos arriba citados.
Estamos entonces en condiciones de responder quiénes eran los Haslam: un verdadero clan de intelectuales, cuyo legado se encargó de transmitir y recrear en suelo argentino Frances Haslam. Estos hallazgos redefinen a Borges y contribuyen a establecer los orígenes de su erudición y su vocación de escritor. A través de los mares y los siglos, Borges heredó su inclinación literaria de este curioso clan de eruditos y excéntricos del que terminó convirtiéndose, sin saberlo, en el integrante más célebre.