Los efectos ópticos de Jesús Soto, en la Fundación Proa
Abre hoy una muestra del precursor del cinetismo
Con las obras de ampliación postergadas, ante la posibilidad de que la Fundación Proa adquiera un terreno lindero lo cual le permitiría expandirse sobre una superficie de más metros-, la institución de La Boca inaugura hoy la muestra "Jesús Rafael Soto. Visión en movimiento", organizada por el Museo Tamayo, de México, con la curaduría de Tatiana Cuevas y Paola Santoscoy.
Precursor del cinetismo en los años 50 -la disciplina que buscó hacer visible el movimiento real o virtual-, la exposición, que puede verse hasta el 7 de septiembre en Pedro de Mendoza 1929, presenta 27 obras históricas del artista venezolano que dan cuenta de su afán por pasar de la bidimensión al espacio tridimensional mediante el juego de diversos efectos ópticos. Soto (1923-2005) conquista ese espacio en 1968, al crear las instalaciones bautizadas como "Penetrables", en las que el espectador es invitado a recorrer la obra entre una infinidad de cables de nylon que invaden la totalidad del espacio, concebido como una estructura rectangular de 14 por 4 metros.
Uno de ellos, el azul, de 1999, se presenta en la vereda de Proa como preludio de esas láminas superpuestas de plexiglas, pintadas a rayas en colores primarios, sus primeras indagaciones en los fenómenos visuales. Bajo el nombre de Sotomagie, y en diferentes soportes, las presentó en 1955 en la parisina Galerie Denise René junto a las creaciones de Calder, Tinguely y Duchamp.
Los intereses de Soto fueron el cubismo y la abstracción de la mano de Mondrian y Malevich para explorar los efectos ópticos. A partir de ellos se valió de la repetición de figuras geométricas simples como el cuadrado que, separado del plano y atornillado al bastidor, crea "vibraciones" ópticas a partir del desplazamiento físico del espectador.
Luego vendrán las barillas de metal sobre fondos plenos de color y también rayados blanco y negro, que producen un efecto de deformación de la materia. La "esfera", de 1996, cimentada a partir de finos y tensados hilos de nylon pintados constituye una de sus creaciones-instalaciones más notables: un caleidoscopio de formas geométricas diversas, suspendidas en el espacio como por arte de magia.