Lorca en Buenos Aires
Tiene razón la lectora Josefina Delgado en recordar que en 1933 Federico García Lorca estuvo en Buenos Aires.
Fue antes de la Guerra y no durante que el autor del Romancero Gitano visitó esta ciudad que sería refugio, exilio obligado y fuente de inspiración para tantos poetas, escritores, intelectuales y artistas durante el tiempo que duró la cruel guerra y el regimen que vino despúes.
La única visita de Lorca fue en octubre de 1933. En marzo se había estrenado "Bodas de sangre" y un mes después el "Amor de don Perlimplín". Llegó en el Conte Grande, un barco que tenía su fama, y se alojó en la suite 704 del Castelar de avenida de Mayo, su estadía se prolongó hasta marzo de 1934.
Dos años después, a los 33 años, moría fusilado por una guarnición falangista sin haber podido cumplir su promesa de volver a Buenos Aires.
Lorca fue el poeta amado de mis tiempos de estudiante, en el libro gordo de Aguilar, con páginas "biblia" y tapas de cuero, leía y releía el Romancero hasta aprender mis favoritos de memoria.
Mucho más tarde en el tiempo , los recitaba con mis hijos en la tórridas siestas del verano cordobés: "Antonio Torres Heredia hijo y nieto de Camborios, con un vara de mimbre va a Sevilla a ver los toros" . Y el otro, inolvidable, "que yo me la llevé al río creyendo que era mozuela, pero tenía marido fue la noche de Santiago y casi por compromiso ... "
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