Lo solidez y la rutina
Elvio E. Gandolfo
Después del anochecer
Por Stephen King
El cuento ocupa sólo algunos libros de las decenas que integran la obra de Stephen King. Su primera recopilación, El umbral de la noche , tenía una fuerza salvaje para imponer tramas delirantes y terribles, varias de ellas llevadas al cine. La última, Todo es eventual , tal vez la mejor, incluía varias historias complejas y muy logradas.
Los trece cuentos de Después del anochecer mezclan buenos relatos con rendimientos más bien rutinarios. Entre los primeros está "Willie", que, con romanticismo oscuro y nostálgico, es un eficaz cuento de fantasmas; el tono feroz de sus viejos relatos aparece en "El gato del infierno", cuento rescatado de aquellos años; y "Mudo", de estructura compleja (confesión en una iglesia, que abarca una confesión en un auto), un cuento con sobretonos morales y de culpa entrelazados.
Dos de los relatos fallan porque se plantean algo casi imposible: hacer reales las metáforas. En "La bicicleta estática", el protagonista pintor e ilustrador logra crear un mundo "real" que representa la carretera, donde aparecerán incluso los "obreros" hechos carne que un médico pintó como responsables hipotéticos de su digestión. "Las cosas que dejaron atrás", por su parte, trata de abarcar el impacto del 11 de septiembre de 2001 con los objetos de algunos sobrevivientes que visitan al protagonista, y lo consigue a medias.
El King profesional, que maneja lo que siempre dominó bien, aparece tanto en "La chica del pan de jengibre", extenso relato de violencia polarizada entre mujer en crisis y demente asesino, y en "Área de descanso", con los tonos y matices del abuso doméstico en un espacio aislado. Ese mismo impulso de pintar el horror de lo cotidiano, extenso y tensado milímetro a milímetro, resurge en "Un lugar muy cerrado", pero levanta demasiada presión y termina con unas últimas páginas débiles.
Mención especial merece "N", intento honesto pero un poco rígido de hacer horror sobrenatural al estilo de Arthur Machen (citado en el texto) y Lovecraft. El resto de los cuentos son menores. Tienden a olvidarse casi de inmediato. En conjunto, un libro sin desniveles enormes (frecuentes en otras recopilaciones de King), pero también con contados aciertos plenos, que superan la rutina sólida de un profesional.