Se vendió en US$ 91,1 millones una obra de Jeff Koons, el artista vivo más cotizado del mundo
Lo hizo de nuevo. Jeff Koons recuperó su lugar en el podio como el artista vivo más cotizado del mundo, tras haber sido desplazado en noviembre por el pintor británico David Hockney.
El artista estadounidense, de 64 años, logró este nuevo récord con Rabbit (Conejo,1986), una de sus inconfundibles esculturas de acero inoxidable con forma de animal, vendida anoche en Christie’s de Nueva York por un total de 91,075 millones de dólares (80 millones más comisión). Un valor muy superior al estimado inicialmente por la casa de subastas, de entre 50 y 70 millones.
Definida por expertos como "una de las esculturas más significativas del siglo XX", la obra pertenecía hasta ahora al editor Samuel Irving Newhouse Jr. –fallecido en 2017–, y era la única que quedaba en manos privadas de una serie de cuatro.
Si bien Christie’s se negó a dar información sobre la identidad del comprador de Rabbit, el New York Times y la prestigiosa plataforma digital Artsy aseguraron que se trata del galerista Robert E. Mnuchin, padre de Steven Mnuchin, actual secretario del Tesoro de los Estados Unidos. Agregaron que hizo la oferta ganadora en la sala, donde estaba sentado cerca del coleccionista Peter Brant y del galerista Jeffrey Deitch.
Esta compra volvió a poner en primer plano a Koons, que ocupaba hasta noviembre el primer puesto de los artistas vivos más caros gracias a la venta de Baloon Dog (Orange) –un perro que evoca los que suelen crear los payasos con globos– por 58,4 millones de dólares en 2013.
Eso implica que ahora ocupa dos puestos, el primero y el tercero, en el top five del ranking de las obras más codiciadas en el mercado. En el segundo puesto quedó Portrait of an Artist (Pool with two figures), de David Hockney, subastada en noviembre también en Christie's por 90,3 millones de dólares.
"Rabbit es una de las obras más famosas de la carrera de Koons, y una de las más famosas de los últimos cuarenta o cincuenta años", opinó Scott Rothkopf, curador de la retrospectiva que le dedicó al artista el Museo Whitney en 2014.
En el mismo sentido, según Christie’s, "muchos críticos afirman que el conejo de Koons marcó un hito en la historia del arte al señalar el fin de todas las nociones conocidas de la escultura tradicional hasta entonces, y el comienzo de una nueva era para el arte contemporáneo".
"Creo obras de arte que provienen del mundo cotidiano. Las pienso como objetos ready-made que el público probablemente considerará familiares. Los elijo como una metáfora de autoaceptación y la aceptación de los demás", dijo Koons a LA NACION cuando visitó la Argentina hace tres años.
Entonces presentó en la explanada del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) su Ballerina, una escultura de superficie espejada que mide más de dos metros y pesa 1543 kilos. La obra pertenece al coleccionista argentino Eduardo Costantini, quien pagó 14 millones de dólares en 2012 por esa obra y por Pluto and Proserpina. Ambas esculturas se instalaron en Oceana Bal Harbour, un condominio de lujo que el empresario construyó en Miami.
La elegante Ballerina, inspirada en una porcelana antigua y de apariencia delicada, poco tiene que ver con aquellas obras de la década de 1990 en las que se podía ver a Koons teniendo relaciones sexuales con su mujer, Ilona Staller, más conocida como la Cicciolina. El matrimonio no terminó bien y Koons estuvo muchos años sin poder ver a Ludwig, el hijo de ambos.
No fue la única polémica que alimentó su carrera desde la década de 1980. Además de haber sufrido denuncias judiciales por plagio, en los últimos años fue criticado por la colección de carteras que diseñó en 2017 para Louis Vuitton, inspiradas en grandes obras del arte universal. También por la donación a Francia del proyecto –no la realización– de la escultura Bouquet de Tulipanes, en honor a las víctimas de los atentados terroristas de 2015.
"Pienso que ser honesto, ser verdadero, es lo que va a shockear al público. Si alguien intenta shockear, no tiene relevancia. Si los artistas jóvenes quieren hacer obras con la intención de provocar, eso va durar muy poco tiempo", dijo sin embargo a LA NACION durante su visita a Buenos Aires, en 2016.
Ex agente de bolsa, Koons ha demostrado tener cintura para moverse en todos los ámbitos. Autor de Puppy, el perro gigante cubierto de flores que custodia la entrada del Guggenheim de Bilbao, tiene tres talleres en Fráncfort, Nueva York y en Pensilvania, con un ejército de trescientos colaboradores. Fue comparado nada menos que con Andy Warhol y Marcel Duchamp, padre de los readymades, objetos cotidianos convertidos en arte al cambiarlos de contexto.
Aunque tal comparación parezca exagerada, lo cierto es que demostró una gran cintura al unir lo tradicional con lo contemporáneo, el arte y el mercado, lo conceptual con el pop y el kitsch. Sus obras evocan a su vez temas profundos, como el deseo de trascendencia, la búsqueda del placer y la belleza.
Incluso colaboró con Lady Gaga en el diseño de la tapa del disco Artpop que presenta a la cantante como la Venus de Botticelli. Por último, y no menos importante, logró convertirse dos veces en el artista vivo más codiciado del mundo.
Ranking de ventas de artistas vivos en subastas
1. Rabbit - Jeff Koons (2019): US$91,07 millones
2. Portrait of an Artist (Pool with two figures) - David Hockney (2018): US$90,31 millones
3. Balloon Dog - Jeff Koons (2013): US$58,40 millones
4. Henry Geldzahler and Christopher Scott - David Hockney (2019): US$49,52 millones
5. Abstraktes Bild - Gerhard Richter (2015): US$46,35 millones
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