Llamarse Picasso es “una herencia pesada, pero llena de amor”, declaró Paloma, la hija del pintor
La última heredera del artista español, de quien se cumplen 50 años de su muerte, recuerda la infancia con su padre y el revuelo que generó el libro que publicó su madre, en el que lo llamó “tiránico y egoísta”
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Vivir con el apellido Picasso es “una herencia pesada pero llena de amor”, considera Paloma Picasso, de 73 años, la última hija del pintor, del que se cumplieron el sábado pasado 50 años exactos de su muerte. Las conmemoraciones en todo el mundo por el gran aniversario continuarán hasta finales de 2023.
Nacida de la relación de Pablo Picasso con Françoise Gilot, de 101 años, la única mujer que dejó al pintor, Paloma habló en una entrevista radial del “sufrimiento” que supone esa herencia para los descendientes. “Diría que es pesado, pero que había mucho amor detrás”, explicó la empresaria de la moda, en la nota con la radio France Inter.
Creadora de perfumes, ropa y accesorios, Paloma calificó de “absolutamente mágica y maravillosa” la relación con su padre. Se recordó como “una niña pequeña muy silenciosa” a la que el artista autorizaba permanecer en su taller mientras trabajaba. Con los paquetes de cigarrillos que fumaba sin parar le construía “pequeños personajes para colorear”, reprodujo en un extracto de la conversación con la emisora la agencia de noticias AFP.
En 1963, en plena adolescencia, su madre Françoise sacó un libro, Vivir con Picasso, en el que describió al famoso artista como un “ser tiránico, supersticioso y egoísta”. Por su puesto, el volumen fue un éxito de ventas en los Estados Unidos, pero en Francia un grupo de intelectuales trató de impedir que circulara. Finalmente, el texto salió publicado. “Mucha gente que conocía dejó de saludarme. Aprendés lo que es la vida muy, muy joven. Y ya no pude ir a ver a mi padre”, una experiencia “muy dolorosa”, declaró su hija ahora.
“No era un libro contra Picasso, ella [Françoise Gilot] humanizó a Picasso, era algo positivo porque para mí esa imagen de dios todopoderoso (...) lo convertía en alguien menos interesante”, puntualizó.
En esa época los hijos nacidos fuera del matrimonio no podían llevar el nombre del padre en Francia. Solo años después Paloma y su hermano mayor, Claude, conseguirán ese privilegio.
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