Literatura y danza, un diálogo de ida y vuelta en el CCK
De Orlando y Alicia, a un clásico de Lorca, un ciclo en la Sala Argentina del centro cultura se dedica a revisitar a partir del movimiento libros que no pueden faltar en cualquier biblioteca
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Orlando García tropieza de nuevo, basada en Orlando de Virginia Woolf, abrió el miércoles pasado en el CCK el ciclo Devenir Danza, que reúne diferentes obras inspiradas en títulos clave de la literatura universal. No son traslaciones ni adaptaciones de los libros al movimiento, como hay decenas de casos en la historia, sino más bien versiones muy libres que a partir de una situación o un personaje saltan de las páginas a la escena y crean un mundo propio y actual. Alicia al socavón, que se verá hoy, a las 20, en la Sala Argentina, es un muy buen ejemplo para esta definición.
Sobre el texto, las fotos y cartas de Lewis Carroll, la nueva creación del coreógrafo Carlos Trunsky trae a la protagonista hasta la virtualidad con toda una galería de seres imaginarios que la acompañan por ese laberinto contemporáneo, en una pieza de teatro musical. “El Conejo Blanco es sorpresivamente rosado, la Oruga sigue metamorfoseándose y el Sombrerero da paso a otros personajes igualmente locos, como el tal Apparicio, con doble “p”, como una “App” de celular. Y Alicia... Bueno, Alicia solamente a simple vista podría ser aquella, con su vestidito celeste Disney. Aquí cae al socavón –ya no en la madriguera, ya no hacia abajo, sino hacia arriba, donde está “la nube”– y la chica que fue, ahora grande, desemboca en el mundo de la virtualidad”, reseña la crítica que publicó LA NACION en marzo pasado, al momento de su estreno.
El ciclo continuará el viernes 28, a la misma hora, con Las Bernardas, de Teresa Duggan, que trabaja sobre el clásico lorqueano. No es extraño que la coreógrafa de Las Alicias y Las Fridas elija un drama femenino sobre un grupo de mujeres –hermanas de luto, en este caso– ni que parta de un libro para abordar la escena. Sin ir más lejos, este año creó para el Ballet Contemporáneo del San Martín la adaptación de un cuento de Alejandra Kamiya, Los gestos de la sal.
De paso, cualquiera de estos días, se puede hacer un alto en la sala 605 para ver el caligrama Nombres que danzan, con dirección de Susana Tambutti y participación de la performer Frana Zabala. Suerte de bis de aquel mural que habitó hasta hace poco el subsuelo del Museo de Artes Moderno, más de tres mil artífices de la danza del siglo XX se alistan y contonean sobre la pared. El miércoles 26, a las 18, la escritura se activará con los cantantes Luz Matas y Luca Eizaguirre, y el bailarín Rodolfo Prantte.
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