El jardín de las máquinas parlantes y otras aventuras callejeras para encontrar la literatura en el espacio público
La narración oral y la dramaturgia salen al encuentro del público en el espacio urbano en caminatas, bibliotecas al paso y audiocuentos breves para escuchar en el subte
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Con auriculares o con el celular pegado en la oreja, como si fuera una radio portátil: así se vive la experiencia de Jardín Sonoro, un recorrido literario al aire libre por los caminos del precioso jardín botánico porteño. Integrada por cuatro historias escritas por dramaturgas argentinas contemporáneas, la propuesta combina teatro y narración oral con recursos tecnológicos como una aplicación de descarga gratuita que permite escuchar los relatos y acceder a un mapa digital con las cuatro paradas “escondidas” entre árboles centenarios y plantas de distintos tonos y tamaños.
Creado por Aliana Álvarez Pacheco y Florencia Lavalle, Jardín Sonoro se suma a la oferta de proyectos culturales en los que la literatura y la dramaturgia salen al encuentro del público en el espacio urbano, como las caminatas poéticas por San Telmo, las bibliotecas libres barriales o los audiocuentos para escuchar en el subte con textos breves de escritores latinoamericanos que ofrece el programa Impulso cultural del ministerio de Cultura porteño.
Como en este último caso, para acceder al material sonoro es necesario escanear un código QR: en Jardín Sonoro se encuentran en los carteles identificados con un perfil femenino; en el subte porteño, aparecen en las paredes del Pasaje Newton de la galería Obelisco Norte, que conecta las estaciones Carlos Pellegrini (de la línea B), Diagonal Norte (de la C) y 9 de Julio (de la D).
Mientras que los audiocuentos de escritores latinoamericanos están leídos por figuras de la cultura (“Las hermanas Mc Lean”, de Esther Cross, por Flavia Pittella, con ilustraciones de Estrellita Caracol, es un ejemplo de lo que ofrece el menú al paso), las historias de Jardín Sonoro están narradas por actrices y directoras teatrales. Cada obra está vinculada con una estación. “Mi verano”, de María Marull, está interpretada por Paula Marull; “Stevlana” (en la parada “Otoño”), de Consuelo Iturraspe, tiene la voz de Camila Romagnolo; “Una mujer en el piso” (en “Invierno”), de Beatriz Catani, está narrada por Cynthia Edul; y “En el otoño empieza la primavera”, de Sol Rodríguez Seoane, está a cargo de Julieta Vallina. La obra de la estación “Primavera” fue seleccionada entre 150 piezas de todo el país.
El sábado 12, en la función inaugural, María Marull leyó su conmovedora obra, antes de que el público comenzara el recorrido por el botánico. “Mi verano” cuenta una historia autobiográfica, un recuerdo de la infancia de la autora durante unas vacaciones con su padre en el litoral. Al final se escucha un fragmento de una canción inédita, compuesta por Roque Marull, padre de María y Paula, que la dramaturga encontró en un viejo casete y logró recuperar.
Estaciones es la tercera edición de Jardín Sonoro y, al igual que en las anteriores, previas a la pandemia, las piezas son breves (duran alrededor de quince minutos cada una; por lo que el recorrido completo lleva cerca de una hora) y las tramas están vinculadas, de distintas maneras, con la naturaleza. Todas fueron escritas, dirigidas e interpretadas por artistas mujeres: una característica de la propuesta que se mantiene desde el inicio.
El menú de los audiocuentos subterráneos, en cambio, es más heterogéneo: hay relatos de Jorge Consiglio, Samanta Schweblin, Gabriela Cabezón Cámara, Carlos Chernov, Inés Garland, Andrés Neuman, Nicolás Hochman, Marcelo Figueras, Iosi Havilio, Gonzalo Garcés y Agustina Bazterrica, entre otros autores.
Caminatas poéticas
A mitad de camino entre las narraciones de Jardín Sonoro y los audiocuentos del subte se ubica la propuesta de Paseantes: caminatas poéticas por distintos barrios de Buenos Aires. En esta oportunidad, el paseo literario se realizó el sábado 12 por las calles de San Telmo. El punto de encuentro fue el pasaje San Lorenzo frente a la Casa Mínima; desde ahí, el grupo recorrió las calles Defensa, Chile, Perú, Venezuela, Bolívar, México e Independencia hasta el Pasaje Giuffra, donde terminó la caminata a eso de las 18.30. Durante el recorrido guiado por performers hay paradas programadas pero que el público desconoce: eso genera un efecto sorpresa interesante e invita a dialogar sobre el sitio en cuestión. Durante la caminata hay, también, espacio para lecturas y citas de los autores elegidos. Así como Jardín Sonoro propone vincularse con el entorno del jardín botánico, Paseantes se relaciona con la ciudad, sus personajes y sus historias.
Hubo propuestas similares durante el reciente Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA) e, incluso, en ediciones anteriores a la pandemia. Uno, por ejemplo, partió del cementerio de la Recoleta y otra, del de la Chacarita. Los participantes de distintas edades, todos con auriculares, caminaron por las calles porteñas ante la mirada atenta de vecinos y peatones.
En noviembre pasado, el Festival de Caminatas, que organiza el equipo Urbanismo Vivo, celebró su décima edición. Durante diez días, escritores y escritoras como Laura Wittner, Federico Falco, Félix Bruzzone, Martín Kohan, Alvaro Abós y Luis Pescetti oficiaron de guías por quince barrios porteños: entre ellos, Palermo, Colegiales, La Boca, Boedo, Agronomía, Villa Crespo, Flores, Retiro y Liniers. Como bonus track, cada caminata tuvo su versión digital en la página web del festival, con el formato de una audiocaminata: ideal para los que prefirieron escucharla desde el sillón del living.
Los que quieran sumarse a la experiencia de Jardín Sonoro tienen tiempo hasta el 17 de abril. Para participar solo es necesario contar con un celular con memoria suficiente para descargar de manera gratuita (desde el App store o el Play Store) la aplicación creada especialmente para este recorrido. Después hay que activar el bluetooth del teléfono, empezar la caminata por el Botánico y buscar los puntos de escucha identificados en el mapa digital y marcados en el espacio con los números de las estaciones. Al llegar a cada parada, se activa la obra (con el botón de Play de la aplicación o después de escanear el QR). Una vez que se pasa por cada punto del jardín, el audio queda guardado para poder escucharlo en otro momento y otro lugar.
Eso sí: además de los requisitos técnicos ya detallados también son necesario otros elementos que pueden resultar imprescindibles. Botella con agua, repelente de mosquitos y calzado cómodo.
Para agendar
Jardín Sonoro. Estaciones: Jardín botánico Carlos Thays (Av. Santa Fe 3951). Martes a domingos, desde las 9 (el ingreso cierra a las 17.30 y la recorrida dura unos 60 minutos). Actividad libre y gratuita. Hasta el domingo 17 de abril.
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