Hace cuatro años que Liniers vive junto con su familia en el pueblo de Norwich, en el estado de Vermont. De solo 3500 habitantes, Norwich está a unos 400 kilómetros de Nueva York, donde la emergencia sanitaria causada por la pandemia ha sido crítica. "Pero acá el coronavirus no afectó a ese nivel, por suerte. El pueblo sigue más o menos igual. La gente usa barbijo y nadie se ve con nadie, pero no es tan impactante", cuenta el autor de Macanudo, que es profesor en The Center for Cartoon Studies, una facultad especializada en cómic y novela gráfica.
Pero, incluso en ese entorno relativamente protegido, las visiones apocalípticas que se despertaron con la llegada de la pandemia tocaron a la puerta del dibujante y editor. Por eso, a la hora de recomendar materiales de lectura, reconoce que se encuentra en plena relectura de Apocalipsis, novela que Stephen King escribió a fines de los años setenta. Recomienda también volver a leer novelas gráficas como El último recreo, de Carlos Grillo y Horacio Altuna, o El Eternauta de Solano López y Oesterheld. En este última historia, en cuyo primer tercio hay gente encerrada en sus departamentos sin poder salir, encuentra cierto paralelo con lo que se vive actualmente. Para acompañar musicalmente los días que corren, sugiere Rough and Rowdy Ways, el último álbum de Bob Dylan, pleno de referencias culturales e históricas, y vehículo de poderosas composiciones musicales.
A Siri el aislamiento por el coronavirus lo encontró con una hija de 12 años; entre las actividades que, descubrió, podía compartir con ella, está la de ver juntos la serie Seinfeld. Un buen plan para los largos días del encierro: los padres recuperan una serie emblemática, los chicos se inician en el humor inteligente... del siglo pasado.
MÚSICA
Bob Dylan, Una banda de sonido para los días que corren
Liniers no da vueltas al calificar el último trabajo de Dylan: "Es genial, maravilloso". El álbum incluye una canción de 20 minutos sobre el asesinato de John Kennedy, y pasajes donde Dylan se compara a sí mismo con Ana Frank, Indiana Jones y los Rolling Stones. En los temas, las referencias culturales van de Shakespeare a Walt Whitman, de Indiana Jones a Edgar Allan Poe. "Se ve que como ganó el Nobel de Literatura, se puso a revisar su biblioteca y se está comparando de una manera muy elegante". Dónde escucharlo. Disponible en CD, LP, Spotify y Deezer
NOVELA GRÁFICA
El último recreo
Por estos días, Liniers regresó a El último recreo, novela gráfica de Horacio Altuna y Carlos Trillo que, tras aparecer por entregas, se publicó completa, en dos volúmenes, a principios de los años noventa. La historia describe un mundo devastado por una hecatombe virósica, donde todos los adultos del planeta murieron y solo sobrevivieron los niños. "Es una especie de El señor de las moscas mezclado con The Walking Dead, pero sin zombis", describe. En tren postapocalíptico, también recomienda recuperar El Eternauta, de Solano López y Oesterheld, lectura que habilita algún paralelo con el encierro obligado de la actualidad. Fuera del territorio del cómic, está Apocalipsis, la novela de Stephen King. Los personajes de este libro deben lidiar con una pandemia mucho más extrema que la que asuela al planeta en este momento. "Es un buen libro para poner las cosas en perspectiva –señala–. Todo podría ser muchísimo peor aún, y nadie mejor que King para mostrarnos esa versión del mundo". Dónde encontrarlo. En Amazon o librerías especializadas en historieta
SERIE
Seinfeld
"Es como visitar a viejos amigos", describe Siri, que volvió a mirar Seinfeld en compañía de su hija de doce años, cuando la pandemia comenzó a imponer sus reglas. Y no duda en recomendar la experiencia. "La estamos pasando muy bien mirando esta serie que muestra gente encerrada en sí misma, en sus cerebros". Dónde verla. Amazon Prime Video, HBO
LECTURA
Bob Dylan: "Los jóvenes y adolescentes de ahora no tienen pasado que recordar"
El músico estadounidense, dueño de una particular visión sobre el mundo actual, comenta algunos aspectos de su último álbum, obra incluida en las recomendaciones de esta página. Extractos de la nota publicada originalmente en el New York Times y por LN Espectáculos, el 18 de junio
Por Douglas Brinkley, NYT
NUEVA YORK. Hace algunos años, sentado bajo la sombra de los árboles en Saratoga Springs, Nueva York, tuve un diálogo de dos horas con Bob Dylan que abordó temas como Malcolm X, la Revolución francesa, Franklin Roosevelt y la Segunda Guerra Mundial. En un momento, me preguntó qué sabía de la masacre de Sand Creek de 1864. Cuando le respondí que no sabía lo suficiente al respecto, se levantó de su silla plegable, subió a su autobús de giras y regresó cinco minutos más tarde con unas fotocopias que describían la manera en que los soldados estadounidenses habían masacrado a cientos de cheyennes y arapahoes pacíficos en el sureste de Colorado.
Dada la naturaleza de nuestra relación, me atreví a comunicarme con él en medio de la crisis del coronavirus, tras el lanzamiento inesperado de su canción épica de 17 minutos "Murder Most Foul", acerca del asesinato del presidente John F. Kennedy. Aunque no había ofrecido entrevistas fuera de su propio sitio web desde que ganó el Premio Nobel de literatura en 2016, aceptó charlar por teléfono desde su casa en Malibú, California, una conversación que resultó ser su única entrevista antes del lanzamiento de Rough and Rowdy Ways, su primer álbum de canciones originales desde Tempest, en 2012.
Pude comunicarme brevemente con Dylan, de 79 años, un día después del asesinato de Floyd, en Mineápolis. Claramente impactado por el horror que había ocurrido en el estado donde vive, sonaba deprimido. "Me sentí horrorizado de ver cómo torturaron a George hasta matarlo de esa manera", dijo. "Fue espantoso. Esperemos que la familia de Floyd y la nación obtengan justicia de inmediato".
–"I Contain Multitudes", en Rough and Rowdy Ways, tiene una frase poderosa: "Duermo con la vida y la muerte en la misma cama". Supongo que todos nos sentimos de esa manera cuando llegamos a cierta edad. ¿Pensás a menudo en la mortalidad?
–Pienso en la muerte de la raza humana, en el largo y extraño trayecto del simio desnudo. No es por ser ligero en ello, pero la vida de todos es pasajera. Todos los seres humanos, sin importar su fuerza ni su poder, son frágiles cuando se trata de la muerte. Lo pienso en términos generales, no de manera personal.
–Hay mucho sentimiento apocalíptico en "Murder Most Foul". ¿Te preocupa que en 2020 lleguemos a un punto sin retorno, que la tecnología y la hiperindustrialización se opongan a la vida humana en la Tierra?
–Claro, hay muchas razones para mostrarse aprehensivo al respecto. Definitivamente hay mucha más ansiedad y nervios que antes. Pero eso solo aplica a las personas de cierta edad como tú y como yo, Doug. Solemos vivir en el pasado, pero esos solo somos nosotros. Los jóvenes no tienen esa tendencia. No tienen pasado, así que todo lo que saben es lo que ven y escuchan, y se creen cualquier cosa. En 20 o 30 años todos estarán en la delantera. Cuando veas a alguien que tiene 10 años, sabrás que tendrá el control en 20 o 30 años, y no tendrá idea del mundo que conocimos nosotros. Los jóvenes y adolescentes de ahora no tienen pasado que recordar. Así que quizá lo mejor es adoptar esa mentalidad en cuanto podamos porque así será la realidad. En cuanto a la tecnología, nos vuelve vulnerables a todos. Pero los jóvenes no piensan así. Eso no les importa. Las telecomunicaciones y la tecnología avanzada forman parte del mundo en el que nacieron. Nuestro mundo ya es obsoleto.
La canción es como una pintura, no podés verla completa si estás demasiado cerca. Las piezas individuales son solo parte de un todo
–"I Contain Multitudes" tiene partes sorprendentemente autobiográficas. Los últimos dos versos expresan un estoicismo agresivo, mientras que el resto de la canción es una confesión cómica. ¿Te divertiste lidiando con tus impulsos contradictorios y los de la naturaleza humana en general?
–No tuve que lidiar mucho con eso. Es el tipo de situación en la que acumulás versos de corriente de conciencia y después lo dejás así para pulirlo todo. En esa canción, los últimos versos se escribieron primero. Así que esa era la dirección de la canción desde el principio. Obviamente, el motor de la canción es la frase que la titula. Es una de esas cosas que escribís por instinto, como en un estado de trance. La mayoría de mis canciones recientes son así. La letra es lo verdadero, lo tangible; no son metáforas. Las canciones parecen conocerse, y saben que puedo cantarlas, vocalmente y rítmicamente. Casi se escriben solas y cuentan conmigo para cantarlas.
–Una vez más, en esta canción nombrás a un montón de gente. ¿Qué te hizo decidir mencionar a Ana Frank junto a Indiana Jones?
–La historia de Ana Frank significa mucho. Es profunda. Y difícil de articular o parafrasear, especialmente en la cultura moderna. Todos tienen un lapso de atención muy corto. Pero estás sacando el nombre de Ana del contexto, es parte de una trilogía. También podrías preguntar, "¿Qué te hizo decidir incluir a Indiana Jones o a los Rolling Stones?". Los nombres en sí mismos no están solitarios. Es la combinación de ellos lo que agrega algo más que sus partes singulares. Ir demasiado al detalle es irrelevante. La canción es como una pintura, no podés verla completa si estás demasiado cerca. Las piezas individuales son solo parte de un todo. "I Contain Multitudes" es más como escribir en trance. Bueno, no es como escribir en trance, es escritura en trance. Es la forma en que realmente me siento acerca de las cosas. Es mi identidad y no voy a cuestionarla, no estoy en condiciones de hacerlo. Cada línea tiene un propósito particular. En algún lugar del universo, esos tres nombres deben haber pagado un precio por lo que representan, y están encadenados juntos. Y apenas puedo explicarlo. Por qué o dónde o cómo, pero esos son los hechos.
–Indiana Jones era un personaje de ficción.
–Sí, pero la banda sonora de John Williams lo trajo a la vida. Sin esa música no habría sido una gran película. Es la música la que hace que Indy cobre vida. Tal vez sea una de las razones por las que está en la canción. No lo sé, todos los nombres llegaron a la vez.
–¿Cómo pasaste el último tiempo refugiado en Malibú? ¿Pudiste soldar o pintar?
–Sí, un poco.
–¿Podés ser creativo musicalmente cuando estás en casa? ¿Tocás el piano y creás cosas en tu estudio privado?
–Eso casi siempre lo hago en habitaciones de hotel. Una habitación de hotel es lo más cercano que tengo a un estudio privado.
–¿Tener el océano Pacífico en tu patio te ayuda a procesar la pandemia de Covid-19 de manera espiritual? Hay una teoría llamada "mente azul", la cual señala que vivir cerca del agua es una cura para la salud.
–Sí, también lo creo. "Cool Water", "Many Rivers to Cross", "How Deep Is the Ocean". Cuando escucho esas canciones siento que es como un tipo de cura. No sé de qué, pero una cura para algo que ni siquiera sabía que sufría. Es como una sanación. Es como algo espiritual. El agua es algo espiritual.
–¿Cómo hacés que la mente y el cuerpo funcionen en conjunto?
–La mente y el cuerpo van de la mano. Debe haber algún tipo de conciliación. Me gusta pensar que la mente es el espíritu y el cuerpo, la sustancia. No tengo idea de cómo se integran esas dos cosas. Simplemente trato de continuar en línea recta y seguir adelante, tener el mismo nivel.