Libros, plantas y flores: un maridaje exquisito entre hojas, historias y poesía
Nuevas librerías porteñas suman propuestas originales a los clientes: de catas de vino a un vivero con cultivo propio de café, de talleres literarios y clubes de lectura a clases de botánica y jardinería
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Flores, plantas exóticas y originarias, café cultivado y cosechado allí mismo, delicias dulces y saladas y libros. Muchos libros, para todas las edades y preferencias. Tesoros con hojas verdes y de papel para regalar en el Día de la Madre. No es un combo caprichoso: son propuestas de varias librerías porteñas que “maridan” ficciones y poesía con plantas, flores, café y vinos.
En una cuadra apacible del barrio porteño de Villa Ortúzar, germinó un proyecto original que combina un vivero y una cafetería de autor. Hace dos meses, en ese mismo espacio, una antigua casa chorizo con patios y varias habitaciones, abrió una librería. Así fue cómo de la fusión del amor por la botánica y por la lectura surgió un oasis urbano comandado por dos familias: los tres hermanos Ridolfi, a cargo del vivero y la cafetería, y los fundadores del sello Niño Editor, Denise Stasi y los hermanos Valeria y Pablo Curti.
En La casa vivero y en Niño librería, que recibe al público de miércoles a domingos en Donado 1652, los visitantes pueden degustar un café sentados al lado de una planta de Coffea arabica de 8 metros de altura que luce imponente en un cantero del patio. También pueden pedir recomendaciones de lecturas en el sector de librería, ubicada al frente del local con vidriera a la calle, y elegir una planta entre la gran cantidad de variedades que cultiva Daniel Ridolfi. En 2020, plena pandemia, junto a sus hermanos Leonardo y Guillermo decidieron convertir la casa de la infancia en un vivero. Allí, su padre había levantado hace décadas un invernadero donde cultivaba orquídeas. “Esta ha sido nuestra casa y acá siempre se cocinó mucho y bien y se le dedicó mucho tiempo tanto a la comida como a las plantas. También, a la lectura y a los libros –cuenta Daniel a LA NACION–. Ese es, justamente, el tercer eje del proyecto que viene a aportar Niño librería”.
“Con Denise somos vecinos del barrio y conocíamos el vivero. En diciembre nos enteramos que habían abierto un café y vinimos a desayunar. Sentados en este mismo lugar –recuerda Pablo mientras señala la mesa del patio rodeada de plantas donde transcurre la entrevista– charlamos con Guillermo sobre nuestro trabajo en el campo editorial. En un momento surgió el tema del local, que estaba vacío. Ellos fantaseaban con la idea de sumar una propuesta cultural y nosotros, con abrir una librería”. Esa conversación dio lugar a un proyecto conjunto en el que la jardinería convive con libros de botánica y herbarios, pero también con novelas, cuentos, ensayos y literatura infantil y juvenil.
Una de las primeras decisiones conjunta que tomaron fue tirar abajo una pared que separaba la casa centenaria del local. Así, desde el sector de librería se accede al vivero y al café. Ahora, con el clima primaveral, sacaron mesas y sillas a la vereda, donde hay un puesto con flores coloridas y se ven, a través de la vidriera, distintas mesas pobladas de ejemplares y bibliotecas que llegan casi hasta el techo.
Dos de los primeros libros publicados por Niño conectaron a los editores con los hermanos Ridolfi aun antes de conocerse. Hace una década, Daniel buscaba un libro para regalarle a su hijo, que por entonces tenía tres años, y encontró en una librería un volumen que lo conmovió. Era Amor, de Gian Berto Vanni, un rescate editorial del original publicado en Francia en 1964, con un diseño moderno con ventanas en las páginas que, con el tiempo, devino en preciado objeto de culto. Es el primer título editado por los Curti, en noviembre de 2016.
El otro volumen de colección que los unió fue El jardín, de Atak, nombre artístico del ilustrador e historietista alemán Georg Barber. Un día, Pablo regaló a los hermanos ese álbum ilustrado publicado en Alemania en 2013 y editado por Niño en el país a fines de 2017. Es un libro peculiar, que atrae y desconcierta, porque plantea el jardín no como un lugar sino como un estado de ánimo. “Cuando vi el logo de Niño en la tapa me di cuenta de que ellos eran los editores de Amor, uno de mis libros preferidos”, dice Daniel.
Así como en el vivero se consiguen variedades exóticas (algunas clases de orquídeas, por ejemplo) y, también, suculentas y plantas más comunes, como Alegrías del hogar repletas de flores, en la librería no solo hay volúmenes de colección: hay bestsellers, novedades de grandes sellos y un gran surtido de excelentes opciones para chicos y adolescentes. “Nos interesa que sea una librería en la que cualquier persona que llegue (sea o no lectora) pueda encontrar algo que lo conmueva. Tenemos una sección de libros raros, donde se combina la ilustración y la narrativa: es una de las mesas principales. También hay una mesa con ensayo y poesía. En un espacio que convoca a lo poético”, asegura Pablo. Y su hermana agrega: “La mayoría puede encontrar lo que necesita o lo que le gusta, sin que sea solamente lo que a nosotros nos gusta”.
Todos coinciden que esta alianza cultural es un “maridaje perfecto”, que funciona bien y que los nutre recíprocamente. “Quien entra a La casa vivero busca plantas y también encuentra libros y al revés: quien entra por un libro puede encontrar una planta que lo enamore”, acota Daniel, que remarca que se trata de una casa “donde siempre hubo lugar para la literatura”.
Entre las ideas y los proyectos futuros, hay talleres, charlas y cursos que combinen naturaleza y literatura. Hoy, en la previa del Día de la Madre, sorprendieron a los vecinos con el encuentro Pop Up Vereda: sacaron a la calle plantas, flores y libros y sumaron estampas, serigrafías, libretas, cuadernos y acuarelas. Este domingo, con el café al tope de reservas (los fines de semana trabajan con reserva, pero suelen dejar algunas mesas libres para los clientes espontáneos), abrirán de 15 a 20 y el vivero ofrecerá 25 % de descuento.
Entre otras propuestas “maridadas” para el Día de la Madre, Mandolina Libros, de Belgrano, hoy regaló plantas y ofreció una copa de vino a los clientes. En tanto este domingo, en Naesqui Libros (Charlone y 14 de julio), inaugura la muestra Correspondencia en Díaz de Cartoonn, un trabajo conjunto creado en el intercambio de correspondencia entre Albert Díaz y Cartoonneros, un artista callejero vecino de Villa Ortúzar. A las 17.30 habrá una performance con la participación de Richard Coleman.
Dime qué clase de madre sos y te diré qué leer
Cinco libros recomendados por Niño Librería para el Día de la Madre
Para una madre de novela: La vida por delante, de Magalí Etchebarne (Páginas de Espuma; $20.990). Lo trágico y lo cómico se cruzan en cuatro relatos que se ensamblan para devolver un reflejo preciso y crudo sobre el mundo femenino.
Para una madre botánica: El increíble viaje de las plantas, de Stefano Mancuso (Galaxia Gutenberg; $21.100). Cómo llegan, cómo navegan alrededor del mundo, cómo llevan vida a lugares inaccesibles e inhóspitos, a veces abandonados o dañados por el propio hombre.
Para una madre poeta: Violeta Parra. Poesía (Ediciones Universidad de Valparaíso; $25.900). Obra poética completa de la artista chilena, en una edición de belleza absoluta que invita a leer y releer una y otra vez.
Para una madre melómana: Incierto y sinuoso. Una autobiografía. Daniel Melero con Mariano Vespa (Caja Negra; $22.000). Una cuasi autobiografía que confirma y honra la sensibilidad de un artista experimental único, pieza fundamental de nuestra historia musical.
Para una madre al borde de un ataque de nervios: Soy un desastre, de Einat Tsarfati (Libros del Zorro Rojo; $43.200). Un libro para reírse de la desgracia del desorden y combatir la sobrevaluada tiranía de la perfección.