Leonardo Padura. “Los cubanos somos los argentinos del Caribe”
En el marco de la 24ª edición del ciclo Verano Planeta, que este año se hace en forma virtual debido a la pandemia, el escritor cubano Leonardo Padura (La Habana, 1955) conversó este jueves con el periodista marplatense Nino Ramella. Padura presentó en 2020 Como polvo en el viento (Tusquets), una novela sobre el exilio de los cubanos protagonizada por un grupo de amigos y ambientada en diferentes ciudades: Barcelona, San Juan de Puerto Rico, Buenos Aires y Madrid. El escritor respondió las preguntas del entrevistador desde su casa en Mantilla, en el cálido invierno de La Habana, con un cuadro del pintor cubano Arturo Montoto de fondo. El diálogo duró una hora. “Los cubanos somos los argentinos del Caribe, nos creemos lo mejor”, le dijo el escritor a Ramella. “Cuba y la Argentina son dos países con mucho en común, países con densidad cultural”.
El encuentro se inició con un recuerdo del historiador Eusebio Leal, también cubano, que falleció en julio de 2020. Para el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2015, Leal fue el “salvador” de la arquitectura de La Habana Vieja. Esto dio pie a que al creador del personaje del detective Mario Conde contara que los Padura habían llegado a la isla a mediados del siglo XIX. “Cuando mi padre era joven, Mantilla era la periferia de la periferia”, contó. La madre del escritor, de 92 años, está leyendo Como polvo en el viento y, según confió anoche el hijo, por ahora su único comentario ha sido “Coño, cómo escribiste”, en alusión a las casi setecientas páginas de esta historia sobre la “diáspora” cubana.
Ramella quiso saber cuánto había influido en el oficio de escritor el trabajo de Padura en la prensa gráfica. “Me ganaba la vida como periodista -respondió el autor-. Trabajé en una revista cultural, en el periódico Juventud Rebelde y luego en una revista cultural otra vez. Por quince años me dediqué exclusivamente al periodismo y allí practiqué toda una serie de herramientas”. La publicación de su primera novela, Pasado perfecto, de 1991, marcó el final de sus días como periodista. Recordó que en 1981 había entrevistado al escritor uruguayo Eduardo Galeno. “Solo había leído Las venas abiertas de América Latina y un libro de relatos suyos -evocó-. Él se dio cuenta de que yo no tenía idea de cómo hacer la entrevista y prácticamente se autoentrevistó. Años después le dije: ‘Debías haberla firmado tú’”.
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— Tusquets Editores Argentina (@TusquetsAr) January 22, 2021
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Con cierta cautela, Padura habló sobre la situación política de su país. “Se está viviendo de manera dramática todo un proceso de reordenamiento monetario y durante un tiempo se dijo que se iban a eliminar ‘gratuidades indebidas’ y subsidios; eso significa que va a imperar la ley del trabajo y del dinero, que tal vez se reparta de manera más equitativa, pero Cuba se va acercando cada vez más a un contexto en que lo económico tiene que funcionar con la lógica de lo económico, que no es la lógica de lo filosófico ni lo de social”. El escritor agregó que él había creído en “la gran utopía de la sociedad de los iguales” y que los personajes de sus ficciones expresan la desilusión de los cubanos en la actualidad. En lo personal, remarcó que su proyección pública en Cuba “está limitada y, a veces, censurada”. La prensa cubana no se hizo eco de la reciente entrega de la Medalla Carlos Fuentes a Padura, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, y que en ocasiones anteriores ganaron escritores como la brasileña Nélida Piñón, el peruano Mario Vargas Llosa y el estadounidense Paul Auster. “De eso no se dijo en Cuba una sola palabra”. Sus novelas circulan poco, en tiradas de cuatro o cinco mil ejemplares, y a destiempo: Como polvo en el viento aún no tiene fecha de publicación. “No afecta mi trabajo, afecta la proyección de la literatura cubana; creo que muy pocos países en América Latina y el Caribe tienen un Premio Princesa de Asturias”, agregó.
Para Padura, la novela es el “género de la libertad”. “La novela es una mentira que le cuentas a otro que sabe que mientes. Sabemos que es mentira pero la leemos como si fuera verdad”. En referencia a su labor como coguionista (junto con su esposa, la escritora Lucía López Coll) de Cuatro estaciones en La Habana, la miniserie de Netflix basada en el ciclo de novelas del detective Mario Conde, comparó el trabajo del novelista con el de guionista. “El problema del tránsito de la literatura al cine es que tienes que cambiar el chip, no solo del lenguaje sino también de mentalidad. Escribir un guion es un trabajo utilitario, de servicio, y tienes que acatarlo; el productor y el director tienen las grandes potestades”. Acotó que le gustaba coescribir con su esposa y, en broma, dijo que con López Coll tenían ahora “peleas adicionales”, no como pareja sino como compañeros de trabajo.
Para ver y escuchar la videoentrevista completa y subtitulada, clic aquí.
Para agendar
El próximo 26 a las 20, Nino Ramella conversará en la Usina del Arte con Pedro Saborido, autor de Una historia del conurbano; el 28, con Florencia Canale, autora de La libertina; el 2 de febrero, con el periodista Hugo Alconada Mon, que publicó Pausa; el 4, por videoentrevista, con la autora de Las malas, Camila Sosa Villada; el 9, dialogará con el best seller Jorge Fernández Díaz, autor de La traición, y el 11, con Darío Sztajnszrajber, que publicó el segundo tomo de Filosofía a martillazos. El 18 del mes que viene habrá un bonus track del ciclo Verano Planeta desde el Centro Cultural Kirchner, con un invitado sorpresa. Las charlas se emiten por el canal de YouTube de Planeta Argentina y la cuenta de Facebook del Banco Hipotecario, que auspicia el evento.
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